VALÈNCIA. Continúan las conversaciones para que la hostelería y las asociaciones de vecinos alcancen un acuerdo con el Ayuntamiento de València sobre cambios a implementar en las terrazas de la ciudad. La voluntad manifestada por las tres partes es pactar medidas que permitan a bares, cafeterías y restaurantes la vuelta al trabajo sin que ello suponga un impacto económico severo por las medidas obligadas de distanciamiento social por la pandemia de coronavirus.
Así, uno de los puntos en los que menos de acuerdo parecen estar tanto la Federación Empresarial de Hostelería de Valencia (FEHV) y la Federación de Asociaciones de Vecinos (FFVV) es el de los horarios. El colectivo de la hostelería ha propuesto en reiteradas ocasiones que este año, el horario de verano se pudiera ampliar hasta finales de año, permitiendo abrir a los locales de restauración y similares durante más tiempo, especialmente por la noche, durante los meses de otoño e invierno de 2020. Una propuesta que no ha acabado de cuajar en la Federación.
Su presidenta, María José Broseta, fue tajante este lunes al respecto tras la reunión: "Tenemos claro que los horarios no se pueden incrementar nada porque hay dos horarios diferenciados: uno de verano y otro de invierno". Al parecer, se trata de uno de los obstáculos importantes en las negociaciones entre ambas partes. En la concejalía de Actividades, que dirige Lucía Beamud, subrayan que todavía se están estudiando "todas las propuestas" y que aún no existe un acuerdo al respecto entre los agentes implicados.
Con todo, fuentes próximas al equipo de gobierno señalaron que la pasada semana, en la reunión de coordianción de las dos fuerzas del equipo de gobierno, Compromís y PSPV, esta cuestión no acabó de cerrarse, si bien está abierta la puerta a que esta medida propuesta por la hostelería pueda salir adelante. Ahora bien, el consenso con los vecinos se antoja esencial, por lo que las conversaciones continuarán en próximas reuniones. Este jueves, se intentarán concretar más estas medidas.
Se había planteado también la posibilidad de levantar algunas restricciones impuestas en las Zonas Acústicamente Saturadas (ZAS). Broseta hizo hincapié en que las ZAS, "puesto que están bajo sentencia judicial, no deben ser modificadas". "Insistimos en las grandes diferencias que hay entre los distintos barrios y pueblos de la ciudad, por lo que sería positivo poder trabajar desde esta premisa", añadió.
Por el momento, lo único claro es que las tres partes han convenido en la necesidad de bajar algunas terrazas a la calzada con el propósito de que puedan albergar las mismas mesas y sillas que antes pero guardando las obligatorias distancias de seguridad. El Ayuntamiento de València ya estudia hacerlo sin necesidad de cambiar la ordenanza municipal sobre la ocupación de la vía pública con mesas y sillas dado que este procedimiento tardaría meses, según explicó la propia Lucía Beamud tras el encuentro.
Beamud mantendrá este martes varias reuniones técnicas con diferentes departamentos del Ayuntamiento para determinar la fórmula que se usará y el próximo jueves habrá una tercera mesa de trabajo para concretar en qué espacios de la ciudad se aplicará esta novedad. "Seguimos apostando por el diálogo y la puesta en común para dar un alivio al sector hostelero y respetar derechos básicos de los vecinos y vecinas de València como es el del descanso", señaló la concejala.
La Federación de Asociaciones de Vecinos expuso, por su parte, que la ocupación del espacio público para cumplir las normas de lucha contra el virus "ha de hacerse en espacios que no limiten la movilidad y paso de peatones" y propuso que se coloquen sillas y mesas en la calzada o zonas peatonales o ajardinadas, zonas ORA e incluso en algún carril bus a ciertas horas". Además, dijo su presidenta, "si se ocupa la calzada, se debería revisar y facilitar el uso de los garajes públicos para vecinas y vecinos y clientes". La Federación remarcó que "el aumento de espacio para asegurar la distancia social de seguridad no conlleva aumento de número de mesas".
Asimismo, Broseta pidió que "las medidas excepcionales que se tomen deben estar enmarcadas en periodos claramente delimitados, susceptibles de revisión" y que se debe dar "prioridad absoluta" al peatón, de forma que se garantice espacio para viandantes y personas de movilidad reducida. Igualmente, defendió que los establecimientos deban exponer "en un lugar visible al público" la autorización, número de mesas y espacio autorizado del que disponen, sin además modificar horarios. "El derecho al descanso debe primar ante otras consideraciones", ha reivincidado.