Gastronomía (en oferta y formación), música en directo, exposiciones y demás actividades tratarán de abrir el edificio de su eminente carácter privado al ámbito más público
VALENCIA (VP/Europa Press). "La arquitectura debería hablar de su tiempo y lugar, pero anhelar la atemporalidad". Lo que dijo el maestro Frank Gehry es, al fin, una oportunidad para el Veles e Vents. El brutal edificio de David Chipperfield y Fermín Vázquez ideado como icono de la competición deportiva más elitista del mundo (y huelga decir que acogió las únicas dos America's Cup que ha visto Europa en siglo y medio), se reabre este 15 de junio de la mano de Heineken España y el Grupo La Sucursal. La multinacional y el destacado equipo gastronómico valenciano han entendido que su cometido, más allá de convertirse en el primer operador que explota de forma unificada sus instalaciones, pasa esencialmente por dejar de estar de espaldas a Valencia; tanto o más para con los Poblados Marítimos.
El proyecto tiene licencia para los próximos siete años. En él se invertirán 5,5 millones de euros, aunque algo más de uno ya se ha consumido en la remodelación interna de sus espacios. Las funciones específicas son tres: contenedor cultural multidisciplinar, oferta y formación gastronómica. Del primer ámbito, aun siendo la propuesta más modesta de partida, dice mucho que Veles e Vents haya decidido acoger en su planta de acceso la exposición fotográfica 'El Clot', de Jorge Muñoz. El artista valenciano exhibe en gran formato los retratos de los vecinos de un barrio referencia del castigo de un modelo de ciudad ahora clausurado. Del mismo solo queda un edificio y el genial proyecto ciudadano, tan espontáneo como desconocido para la ciudad, Cabanyal Km. 0. Este fotógrafo ganador del Lux Professional Photography Award (2015) y finalista de los Premios ZEISS de Sony Worldphoto (2016), recoge en la obra expuesta un retrato documental que "refleja la identidad de la cultura gitana" y la vida de estas familias en el barrio marítimo.
Artes plásticas
Este gesto de sensibilidad en su programación de partida se une a la instalación las Figuras de la batalla del escultor Miquel Navarro. La obra del Premio Nacional de Artes Plásticas hace una revisión contemporánea de los soldados de Xi'an en piezas de aluminio de 3,5 metros de altura y 300 kg. Una de sus características no es casual: si la obra nunca se había visto hasta el momento es por la intención de los promotores de convertir al edificio en un obligado punto de encuentro para la sociedad valenciana y "seducir" tanto a los vecinos de los barrios marítimos como a turistas de todo el mundo.
Pero habrá más: conciertos, exposiciones, teatro, conferencias, danza y todo tipo de expresiones artísticas. La programación de artes plásticas combinará el impulso a los jóvenes valores y el reconocimiento de figuras consagradas del arte como Björn Dahlem, cuya presencia se espera para el último trimestre del año según ha sabido este diario. De hecho, la escultura y la fotografía serán dos referencias constantes en esta planta de acceso al edificio, donde ya se programan festivales fotográficos y creaciones new media art que utilizarán el impresionante videowall de 25m2 que da la bienvenida a los visitantes del 'nuevo' Veles e Vents.
Música en vivo
El escenario 'Amstel Art' será sede de la próxima edición del Circuito Bucles de Danza Contemporánea. Además acogerá un club de jazz y ofrecerá conciertos de artistas locales, nacionales e internacionales. Su programación arrancará con el ciclo estival 'Dijous al Veles', que semanalmente ofrecerá directos junto al mar de músicos locales. Otra propuesta llegará en julio con 'Els Vents al Veles', enmarcada en el Festival AETYB Valencia 2016, reunirá grandes figuras nacionales e internacionales de los instrumentos de viento. Próximamente la Berklee College of Music se sumará a la programación del edificio, aunque todavía la gestora no ha concretado con qué formato y periodicidad.
Sin embargo, este gancho de atracción a través de la cultura solo es el consorte del motor que debe generar la principal actividad del Veles e Vents. El empresario y director gastronómico del Grupo La Sucursal, Javier de Andrés, presentó la parte culinaria que espera convertir La Marina Real de Valencia en "destino gastronómico". Con una "oferta variada en consonancia con el espíritu del Veles e Vents, que reivindica las aportaciones más singulares de la cultura valenciana sin renunciar a la innovación", ha apuntado.
La Marítima
La principal sorpresa se encuentra en la planta de acceso, el restaurante mediterráneo 'La Marítima' que nace bajo el concepto de "kilómetro cero" utilizando las materias primas valencianas y de temporada. Al frente del mismo estará Míriam de Andrés y su cocina en arroces combina técnicas del horneado cerámico japonés junto al reposo de las brasas en naranjo. En la carta aparecerán productos frescos del mar y una recuperación del patrimonio de la cocina dulce valenciana, a la que durante algunos días se sumará entre sus fogones Loles, la matriarca de la familia impulsora y quien arrancó con la saga de empresarios gastronómicos en el bar de un polideportivo, como recordó su hijo Javier durante la jornada de presentación.
Malabar
Desde que hace algo más de un año empezáramos a dar cuenta del proyecto a través de pequeñas pinceladas y con una idea más concreta en el pasado otoño de 2015, una idea gastronómica que estaba clara era la de generar un espacio más "canalla" en palabras del propio Javier de Andrés. En este caso, en la primera planta, se abre la microcervecería 'Malabar'. Totalmente consciente del interés por las cervezas naturales, esta propuesta incluye un sistema de cerveza en tanques de bodega. Esto es, que la cerveza Amstel que se fabrica en Quart de Poblet llega directa hasta el bar, sin más carbónico añadido que el que genera su fermentación. Refrigerada, se sirve "fresca", su principal aliciente y el ahorro de ese carbonatado extra la hace más suave en el paladar y mucho menos pesada para la digestión. No obstante, la propuesta del bar va mucho más allá de esta cerveza (25 referencias disponibles) y sobre todo se enfoca para ofrecer una cocinan non stop y finger food. Preparaciones informales y de calidad, que podrán acompañarse con más de 25 marcas distintas de cerveza.
La (nueva) Sucursal
Por último, la alta gastronomía subirá a la tercera planta con 'La Sucursal' en su definitivo traslado desde su sede original en el IVAM. El restaurante a cargo del chef Jorge de Andrés ofertará la vanguardia culinaria y las innovaciones técnicas serán la seña de identidad de una cocina de creativa y de autor. Con una Estrella Michelin, el espacio se abrirá definitivamente al público después de verano, aunque hasta entonces iniciará su actividad con algunos eventos privados. Es posible que en este impass, como reconoció el propio Javier, pueda perder el reconocimiento de la citada guía, aunque él mismo aseguró que "el proyecto de Veles e Vents ha adquirido en este momento una mayor importancia que este tipo de consideraciones".
La oferta cultural y la gastronómica "convivirá" con los cursos de formación en hostelería, en esta resituación del emblemático edificio valenciano con actividades que pretenden hacerlo atractivo "todo el año". Un planteamiento que, por cierto, se dará a conocer en ferias turísticas a partir de las conversaciones que la gestora mantiene con Turismo Valencia. Así lo han avanzado este martes el director regional de Relaciones Institucionales de Heineken España, Pablo Mazo, y el director general del Consorcio de La Marina Real Juan Carlos I, Vicent Llorens, impulsores del proyecto en colaboración con la Escuela de Hostelería de la Fundación Cruzcampo y la Universitat de València (UV).
La Escuela de Hostelería de la Fundación Cruzcampo
Y es que la tercera pata sobre la que se asienta la nueva oferta del Veles e Vents trata de "profesionalizar" el sector de la gastronomía. Así se convierte en la nueva sede de la Escuela de Hostelería en Valencia, con un equipo docente coordinado por el chef Jorge de Andrés, que viene a sumarse a los ya existentes en ciudades como Sevilla o Jaén, con más de 15 años de historia y un programa de desarrollo de habilidades en la hostelería moderna que incluye prácticas en centros de primer nivel.
La vinculación a la universidad pública
Además, el edificio acogerá actividades del primer Grado en Ciencias Gastronómicas impartido en la UV, cuyos estudios quieren formar profesionales con una buena base de conocimientos científicos, tecnológicos, de salud y de gestión empresarial, capaces de diseñar proyectos y gestionar servicios gastronómicos en los campos profesionales de la alta cocina, de la restauración comercial y colectiva y de la industria alimentaria.
Del enfoque diametralmente opuesto a lo que sucede en el Basque Culinary Center, entre otras ofertas privadas de Grado en Gastronomía, habló también en la presentación el decano de la Facultad de Farmacia de la UV, Juan Carlos Moltó. "La gastronomía no debe ser patrimonio de unos pocos, se debe democratizar" y que los alumnos de una universidad pública la UV puedan utilizar las modernas instalaciones del Veles e Vents y se pueda "recuperar" este espacio para llenarlo de actividad.
Por su parte en la presentación, el director general del Consorcio de La Marina Real Juan Carlos I hizo suyos los versos del célebre poeta valenciano Ausiàs March, cuyo poema Veles e Vents da nombre a este edificio de 11.000 m2: "faent camins dubtosos per la mar". Llorens remarcó que emprenden una "aventura dudosa pero imaginativa y creativa en la que sufrimientos por el camino pero lo pasaremos mejor" con el proyecto. Él mismo aseguró que le gustaría que "el nuevo Veles e Vents fuera el inicio de esa nueva Valencia que tras años de sufrir lo que no se merecía inicia un nuevo reconocimiento".
Para ello, Llorens deja claro que la nueva oferta del Veles e Vents ha de servir como eje para "recuperar los poblados marítimos." Es "nuestra responsabilidad", asume, y no se esconde a la hora de hablar de la necesidad de conectar la Marina con la ciudad al apuntar que el edil de Movilidad, Giusepe Grezzi, ya está "estudiando" la manera convertir la avenida del Puerto en un bulevar que conecte Valencia con el mar. "Las conexiones son buenas", ha defendido, pero "hay que romper con la sensación de que la Marina es un lugar reservado". El proyecto, de hecho, tiene como principal reto desmontar la idea de club privado y exclusivo para la ciudad que la última década ha sostenido.
Pero el Veles e Vents no es un espacio aislado del enjambre en el que se ha convertido la Marina durante los últimos años. Llorens afirma que su intención es la de "reordenar" el frente marítimo y terminar con las "antiguas secuelas de la Fórmula 1" que hacen que "ni los taxistas saben cómo funcionar" por la zona. Esta reformulación del entorno tiene en cuenta al Veles e Vents, pero también los tinglados, su entorno y hasta J.J. Dómine. Por lo que respecta al proyecto del Veles e Vents ahora reactivado, solo cabe apuntar que a finales de mes todas las instalaciones estarán a pleno rendimiento.
El productor español Cristian Ferrer encabeza la fiesta Hed Kandi, que se celebrará el próximo sábado 17 de junio a partir de las 17h en Veles e Vents, con una fiesta cuyo lema es “Back to love”
Amor Butano, Muro María, Amarillo Fiesta y Mario Summers pondrán música a la jornada con sus actuaciones en directo