Esta semana me he sentado con la intención de hablar de la cuarta subasta benéfica One Day Yes pero no puedo. Un caso más de violencia contra la mujer en Vinaròs y el Día Internacional para la eliminación de la violencia contra la mujer ocupan mi alma y mi mente
Mi propósito era hablar de la subasta benéfica que organiza cada año desde la organización One Day yes. Un evento divertido y único en València, con un formato original y que este año cuenta con la colaboración especial de la Asociación de Diseñadores de la Comunitat Valenciana, con ilustradores y con artistas de diferentes disciplinas que se reúnen y se unen por una buena causa el próximo jueves 30 en el Restaurante Little Queen, Hotel Reina Victoria. No quería hablar de lo que voy a hablar porque tengo la sensación que durante toda la semana se ha dicho mucho, se ha escrito mucho y se ha leído mucho sobre la violencia contra las mujeres. Pero ayer un caso más.
Y aunque como dije la semana pasada tengo la sensación que poco se puede aportar más y poco más se puede decir no puedo escribir de otra cosa. Eso sí, yo ya no sé qué decir ni qué escribir.
El desánimo es generalizado, es algo que ya nos desborda por todos los lados. Esta semana hemos podido escuchar varios testimonios de mujeres víctimas de malos tratos, hemos llorado un caso más en Vinaròs, hemos visto la exposición que el Ayuntamiento de València ha inaugurado con dibujos que los niños y niñas dibujan mientras esperan en las salas de espera de la policía cuando sus madres declaran que han sido víctimas de malos tratos. Una exposición que me ha paralizado el corazón y me recuerda a la niña asesinada en Alzira por su padre para vengarse de la madre o el caso de Elda cuando un hombre mata a su pareja enfrente de su hijo… Dramas que vuelven a sacar a la luz la figura de los niños y niñas como víctimas de esta violencia que sufren sus madres.
Todos estos casos más mediáticos han pasado en este mes de Noviembre pero lamentablemente no serán los únicos casos de violencia contra la mujer. Nos hemos acostumbrado a vivir con la violencia contra la mujer como banda sonora en nuestra vida.
Una banda sonora compuesta por el juicio de La Manada, la sentencia a Robinho, condenado a nueve años de cárcel por una violación en grupo, o le caso de abusos sexuales que cada día aparecen en medios de comunicación. Es terrible.
Hoy es un día donde se visibiliza de manera oficial esta lacra. Cada vez que pasa un caso que acaba en muerte empiezan las muestras en la calle. Muestras que visibilizan que estamos en contra, que salimos a la calle, que guardamos minutos de silencio, etc. Y todo es necesario pero hay que avanzar porque luego todo sigue igual.
Pensaba el otro día que este tipo de manifestaciones parecen ya actuaciones que hacemos sin pensar y sin reflexionar. Salvando las distancias, es como cuando un niño o niña hace algo incorrecto y le animamos a que pida perdón. A veces pide perdón pero sigue repitiendo las mismas actuaciones. Y los adultos a veces somos como niños y parece que hagamos lo mismo.
Estas actuaciones de denuncia y de protesta que realizamos cuando estamos rabiosos, enfadados con el mundo, compungidos, tristes… no sirven de nada si no se acompañan de otras acciones.
Tenemos que trabajar desde la base. Desde las casas con la educación de nuestros hijos o hijas, con la denuncia de casos de violencia que sepamos y conozcamos… ya no sirve de nada callar y no entrar en la intimidad de las casas cuando hablamos de violencia. Ya no. Un caso de violencia es un caso que hay que denunciar, tenemos la responsabilidad y la obligación de denunciar. Igual de importantes es la educación a los niños y niñas, desde la erradicación absoluta de mensajes sexistas aún más cuando vienen desde instituciones públicas. Tenemos que trabajar todos juntos para eliminar esos “micromachismos” con los que convivimos y pasan desapercibidos. ¡Basta ya!
Basta ya de lavar conciencias y de redactar informes o firmas declaraciones de intenciones que se quedan en la teoría. Necesitamos medidas efectivas reales, acompañadas de técnicos y presupuestos que permitan trabajar de manera real. Necesitamos actuaciones políticas, judiciales y sociales más radicales y más efectivas que seguro que se puede conseguir.
Existe un gran número de profesionales expertos en la materia que saben seguro cómo trabajar de manera más efectiva para erradicar esta lacra y quiero pensar que aún no tienen las herramientas necesarias para ello. Herramientas que tienen que ir acompañadas de recursos económicos por parte de las administraciones públicas porque de otra manera no sirve de nada.
Mi intención no era hablar de esto, no era volver a repetir lo mismo pero estamos hablando de una lacra social terrible. Yo quería hablar de esta subasta que celebra su cuarta edición y que ya es un evento consolidado en la ciudad de Valencia.
Créanme que la subasta es muy chula y muy molona y es un evento diferente a los que estamos acostumbrados. La subasta reúne a gran parte de la sociedad valenciana de diferentes sectores (social, político y empresarial) que vienen a pasarlo bien, se va con regalos a precios increíbles y al mismo tiempo está colaborando con una buena causa de manera divertida. Porque la subasta está amenizada por el humorista Eugeni Alemany, la compañía de improvisación Subit y un montón de protagonistas que van desfilando por la tarima y pujando entre risas y risas.
La subasta es el evento estrella de la organización ONE DAY YES y se realiza en favor de la escuela Twashukuru Nursery School en Lamu (Kenia). Una escuela 100% ecológica que mantiene a 35 niños con comida y educación construida con de botellas. Un proyecto fundado por Omar Islam Ali, que además acaba de recibir el reconocimiento por parte de Fundación por la Justicia y Fundación Bancaja por su labor como emprendedor social.
El jurado del XIV Premio Fundación por la Justicia—Fundación Bancaja ha resuelto la nueva edición de este galardón con la concesión del premio al emprendedor social Omar Islam Ali, por su intensa labor en defensa de los derechos de la población de la isla de Lamu, en Kenia, y por la fundación de la escuela infantil Twashukuru Nursery School.
Lo mejor de la subasta es que cada año se muestra el éxito conseguido con cada edición. En 2016 se alcanzó el objetivo de comprar la barca que necesitaban y este año el reto es seguir construyendo futuro, seguir construyendo aula.
Y con ese reto arrancará la subasta del jueves próximo, con el compromiso de muchas empresas valencianas que donan producto y con la implicación de la sociedad valenciana a poner su granito de arena por un mundo más justo. Me gustaría cerrar este artículo de hoy con un ¡Ven y puja por una buena causa! pero no puedo. No puedo no hacer una referencia al día de hoy. No quería porque tengo la sensación que poco más puedo aportar y que ya está todo dicho, pero no puedo.
Y no quiero mezclar temas pero sí que puedo hilar nuestras acciones y nuestros comportamientos ante determinadas injusticias. De la misma manera que con pequeñas acciones conseguimos mejorar la vida de estos niños y niñas en Lamu, en Kenia. Con otras acciones y comportamientos modestos podemos empezar a cambiar actitudes, comportamientos y acciones y, contribuir así, a la eliminación de violencia contra la mujer. Se trata de una actitud ante la vida sea con acciones “aquí” o con acciones “allí”. Porque trabajar con las niñas de allí y aquí es trabajar con las mujeres del mañana.
Hoy venía hablar de mi “libro” pero no he podido. Quería hablar de acciones positivas y alegres por un mundo mejor como la Subasta One Day Yes pero no he podido centrarme sólo en eso. No podía hoy especialmente dejar de escribir sobre este tema aunque pueda aportar poco pero no he podido… Por ser el día que es y por la tristeza, desolación e indignación que sentimos gran parte de la sociedad ante un caso más de violencia contra la mujer.
La semana que viene… ¡más!