El Teatre el Musical acoge el 30 de septiembre y el 1 de octubre el “concierto” de Playmodes, una inmersión en videomapping en el que el cuarteto de cuerda de Berklee interpreta partituras hechas por softwares y algoritmos de la mano del estudio de investigación visual Playmodes en una actividad enmarcada dentro del festival Volumens
VALÈNCIA. El festival Volumens de València ha dado un paso más allá, en su intención por investigar sobre el “new media art” de la Comunitat Valenciana. El 30 de septiembre y 1 de octubre enfrenta cuarteto de cuerda de la Berklee a interpretar una partitura totalmente digital, generada por algoritmos y proyectada a través de videomapping en el escenario del Teatre el Musical. El cello Guillaume Latil, el viola Olivier Samouillan y los violines Federico Nathan y Rodrigo Bauza deben interpretar en estos dos conciertos las partituras generadas por el estudio de investigación audiovisual Playmode, quienes a través de su “enfoque innovador y tecnológico” han generado una instalación inmersiva de video mapping en la que la escenografía y el diseño sonoro generan una partitura única para que el cuarteto de cuerda de la escuela Berklee la interprete en directo. Nathan confiesa que se trata de un reto totalmente nuevo para el equipo, que ya está acostumbrado a alcanzar la excelencia con partituras "clásicas y en papel": “Es una nueva aventura artística para nosotros, es la primera vez que trabajamos en una colaboración de este tipo. Artísticamente todo encajó muy bien y nos da mucha curiosidad enfrentarnos a estas nuevas partituras, es una locura que puede quedar muy bien”.
Lo que hacen desde Playmodes es generar una partitura a través de un ordenador, con directores musicales que serían los “softwares”, tal y como lo explica Santi Vilanova, uno de los encargados de generar este tipo de pentagramas gracias a la mano amiga codificada: “Al final la música la está generando un algoritmo, lo que se trabaja es una animación experimental de la música de principios del siglo XX y hacemos una modelación para que pueda convertirse en algo intepretable”. Todo esto se proyecta en un espectáculo entero de videomapping a través del que se pueden leer estas peculiares partituras: “Al final la interpretación que se lleva a cabo es como la que haría cualquier artista, solo que a través de gráficos. Lo que hacemos es transformar la imagen en un sonido electrónico, pero la interpretación musical final corre a cargo de músicos reales”, explica Vilanova. El cuarteto de cuerda debe pues enfrentarse a una partitura muy lejos de lo tradicional, que en términos visuales es lo más parecido a estar “dentro de un videojuego: “A nosotros siempre nos estimula mucho la idea de divertirnos sobre el escenario, ver esto desde fuera debe ser increíble”, comenta el violinista Nathan.
“Lo que hace la máquina realmente es aportar un componente de aleatoriedad”, cuenta Vilanova sobre las partituras, “nosotros decidimos si esta música va a tener más bajos o menos, si estará en unas escala u otra y la velocidad. Nosotros programamos los algoritmos "para que suene bien" aunque siempre persiste este nivel de aleatoriedad”. De esta manera el espectáculo es completamente nuevo cada vez, y es la maña de los músicos lo que genera un buen directo. Es por ello que para esta puesta en escena contar con un equipo experimentado es totalmente clave, ya que son ellos quienes deben de valorar también la sonoridad de lo que se les plantea: “Antes de llevar esto a lo gráfico el software estudia partituras “tradicionales” y el trabajo de compositores contemporáneos del siglo XX, a partir de ahí nosotros hacemos una interpretación y con diferentes números y códigos se van generando espectáculos nuevos”. Parte del factor sorpresa de la interpretación está también en el planteamiento que se le ofrece al cuarteto de cuerda de Berklee, quienes se enfrentan a esta “novedosa” partitura por primera vez tan solo dos días antes de realizar el concierto, tal y como lo cuenta Nathan: “Nos cuentan todo por Zoom y luego ya nos ponemos manos a la obra. De momento lo que tenemos es mucha curiosidad y un poco de nervios, hemos visto algunos ejemplos de partituras pero tenemos que saber como interpretarlas”.