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Vox pide a Mazón negociar los Presupuestos de la Generalitat de 2025 antes de que se presenten

Foto: JOSÉ CUÉLLAR/CORTS
9/10/2024 - 

VALÈNCIA. Los presupuestos de la Generalitat para 2025 son el primer gran escollo al que se enfrenta el presidente Carlos Mazón en esta legislatura, pues la salida del gobierno auspiciada por Santiago Abascal el pasado mes de julio dejó al Partido Popular en una posición de debilidad en Les Corts Valencianes porque ya no tiene la mayoría suficiente en el parlamento para sacar adelante las cuestiones principales. 

El Consell ya ha comenzado a elaborar las cuentas del próximo ejercicio y parece que Vox, ahora fuera del ejecutivo autonómico, no tiene intención de ofrecer su apoyo a cambio de nada. Más aún cuando ya no forma parte del gobierno. Como hiciera ya en su día Podemos con PSPV y Compromís, Vox reclama a Mazón negociar los presupuestos por adelantado, antes de que el pleno del Consell apruebe el diseño de las cuentas y las remita a Les Corts para que inicien su trámite parlamentario. 

Una petición que este martes puso sobre la mesa el síndic de Vox, José María Llanos, quien el día anterior -este lunes- estuvo en Madrid reunido con la cúpula estatal del partido para definir, junto a otros dirigentes territoriales, cuáles serían las exigencias de los voxistas para la negociación presupuestaria en aquellas comunidades autónomas donde el PP les necesita para sacar adelante los presupuestos.

En este sentido, el portavoz de Vox en la Cámara aseguró que "espera" que el PP se ponga en contacto con él y su grupo para negociar un "borrador" y "no un proyecto de ley". Es decir, como si todavía formaran parte del gobierno autonómico. Una petición que choca totalmente con el planteamiento que se venía barajando hasta ahora en el PP, quien había advertido que la negociación comenzaría ya en el trámite de enmiendas y no antes. 

Foto: JOSÉ CUÉLLAR/CORTS

Preguntadas por este diario, fuentes próximas a Mazón señalaron hace un par de semanas que "en ningún caso" se planteaban una negociación previa con Vox referente a los presupuestos. "Ya no están en el Consell", comentó uno de los altos cargos, para explicar que no barajaban hacer partícipe al partido de Abascal del diseño de las cuentas antes de que estas llegaran al Parlamento valenciano.

Si bien se mostraron abiertos al diálogo con Vox y mantienen su confianza en que puedan existir los puntos de encuentro suficientes para que terminen respaldando los presupuestos, aseguraron que será un debate y negociación que se producirá con posterioridad a la presentación de las cuentas. 

Cabe apuntar que los populares llevan varias semanas tratando de quitar hierro al hecho de que los presupuestos pudieran prorrogarse y, ya en el Debate de Política General, dejaron claro que también ellos tienen líneas rojas respecto a algunas cuestiones que exige Vox, especialmente en materia de migración. Por lo que la intención era no seguir la senda de Puig con Podem. 

La intención del Consell de Mazón, a priori, era la de no replicar la fórmula a la que en su día tuvo que recurrir el primer Botànic cuando Podemos no garantizó el apoyo a las cuentas elaboradas por PSPV y Compromís. Durante la primera legislatura del gobierno de izquierdas, los morados decidieron no entrar a formar parte del Ejecutivo valenciano y se vivieron momentos realmente tensos. En particular, en el último trimestre de cada año, cuando el Consell debía presentar los Presupuestos y la Ley de Acompañamiento del siguiente curso. 


En más de una ocasión, el grupo entonces liderado por Antonio Montiel advertía que los presupuestos no eran lo suficientemente valientes ni sociales. Y aunque en un principio emplearon el trámite de enmiendas para tratar de modificar partidas -rebajar ayudas a la patronal y sindicatos, ayudas a dedo, ayudas a Air Nostrum, o crear la tasa turística, la Agencia de Cambio Climático o poner en marcha el Impuesto de Residuos, etcétera-, lo cierto es que a partir de diciembre de 2017 -cuando se votaban las cuentas de 2018- la el escenario dio un vuelco por completo. 

Podemos decidió abstenerse en la Ley de Acompañamiento y los cuatro diputados no adscritos ex de Ciudadanos -Alexis Marí, David de Miguel, Alberto García y Domingo Rojo- tuvieron que salvarla. El entonces líder de los morados, Montiel, advirtió que con este gesto mandaban un "mensaje claro al Consell". "Esto no se trata de una negociación entre partidos, si no de cumplir un acuerdo. Llevamos desde ayer evaluando los distintos escenarios y la decisión se ha tomado cuando el PSPV ha decidido que no estaba dispuesto a negociar algunas cosas. Le hemos dicho bien claro al señor Puig que no hay ninguna garantía de que Acompañamiento y Presupuestos salgan adelante. Hemos dicho muchas veces que no hay cheques en blanco ni adhesión incondicional", defendió tras la votación en pleno. "Va a depender del Consell que se pueda llegar a acuerdos para que ambas leyes salgan adelante", concluyó el entonces síndic. 

Con este escenario, Podem comenzó a negociar las cuentas vía enmiendas. Para ello, el secretario general, Antonio Estañ, y el diputado César Jiménez mantenían encuentros en la Conselleria de Hacienda que entonces pilotaba Vicent Soler para plantearle las enmiendas que iban a registrar a los Presupuestos con la intención de que estas fueran aceptadas por el gobierno. El hecho de que acabaran logrando mover 15 millones de euros para destinarlos a Vivienda y 33 millones a pobreza farmacológica inclinó la balanza e hizo que finalmente secundaran los Presupuestos de 2018.

Foto: EVA MÁÑEZ

Ahora bien, al año siguiente la exigencia fue a más: las negociaciones debían producirse antes de que el Presupuesto llegara a la Cámara. Es decir, que Podem reclamó pactar las cuentas de 2019 en el Consell, antes del trámite de enmiendas, porque ahí entendían que tendrían mayor margen para negociar partidas presupuestarias. Todo ello, a pesar de que no formaban parte del Ejecutivo. Sus votos, sin embargo, eran prioritarios para que el gobierno pudiera validar los cuartos presupuestos puesto que les otorgaba la mayoría parlamentaria que necesitaban. 

Cada diputado de Podem negoció conselleria por conselleria las partidas que querían ver reflejadas en las cuentas a cambio de un voto favorable en Les Corts. Y al final, no solo hubo negociación, sino que también hubo foto. Ximo Puig, Mónica Oltra y Antonio Estañ escenificaron el acuerdo en el Palau de la Generalitat y rubricaron las cuentas antes de que Soler fuera a presentarlas a Les Corts, lo que otorgó a Podem de una mayor visibilidad que también venía reclamando. No solo eso, sino que también se trataba de un presupuesto que aumentaba un 9% en pleno año de elecciones a base de incluir ingresos del Estado que la Generalitat no tenía garantizados, como los 300 millones por la atención sanitaria a pacientes de otras comunidades (FOGA) pendientes desde hacía años o los 250 millones adicionales por liquidaciones pendientes del IVA de 2017. 

El escenario al que se enfrentará ahora el PP con Vox es el mismo. Pero los populares no quieren que esa negociación tenga lugar antes de llegar a la Cámara y en Vox, precisamente, quieren todo lo contrario. 

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