VALÈNCIA. El debate sobre el uso del espacio público por parte de las terrazas de bares y locales de restauración parece eterno. Pero este verano cobra más sentido si se tiene en cuenta que el Ayuntamiento de València permitió la ampliación de terrazas e incluso su bajada a las calzadas como medida excepcional para que la hostelería pudiera subsistir frente a las restricciones sanitarias y de distancias impuestas por la pandemia de coronavirus.
Las asociaciones vecinales siempre se han manifestado reacias a entregar más espacio público a la hostelería, si bien es cierto que para esta medida de carácter puntual y por la pandemia la Federación de Asociaciones de Vecinos de la ciudad alcanzó un acuerdo con la Federación de Hostelería de València y la concejalía de Espacio Público, que dirige Lucía Beamud. Concretamente, la medida aprobada suponía que la hostelería pudiera solicitar al consistorio un permiso extraordinario y puntual para ampliar sus terrazas tanto en las aceras como en los aparcamientos en calzada -excepto en la zona ORA-, en plazas y zonas ajardinadas.
Pero ahora, cuando la vacunación ya avanza y de cara al otoño se prevé una relajación de las restricciones por la desescalada, los vecinos insisten en que todo vuelva a la anterior normalidad. O incluso más, porque consideran que en la anterior normalidad, en muchos casos, el sector privado también hacía un uso abusivo de las aceras, plazas y otros espacios que, insisten, deberían ser de exclusivo disfrute de viandantes.
Según dijo el alcalde, Joan Ribó, el consistorio se planteará "tras las vacaciones que las terrazas de los bares vuelvan a su espacio habitual". Una medida que afectará a casi 700 terrazas -son datos del pasado 4 de junio, por lo que ahora pueden ser superiores-. Por su parte, la Federación de Hostelería ha solicitado mantener las ampliaciones hasta final de año y compensar así a los negocios por la mala situación económica que atraviesan.
La concejalía de Espacio Público, por su parte, ha aseverado que la intención es modificar la ordenanza de ocupación del espacio público para que se puedan mantener las terrazas que se hayan bajado a la calzada, ocupando espacio de aparcamiento, según publicó este fin de semana el Levante-EMV. Se hará "en calles estrechas y donde se pueda para liberar espacio de la acera para las personas", y "siempre atendiendo a criterios de seguridad vial", según fuentes de la concejalía de Beamud.
Con todo, es una medida que la edil quiere consensuar con los dos agentes implicados, vecinos y hostelería. Es por ello que esta semana, representantes de la Federación de Asociaciones de Vecinos mantendrán un encuentro con la edil de Espacio Público, al objeto de trasladarle sus reivindicaciones sobre cómo debería articularse la llamada "nueva normalidad" en cuanto a este asunto. A juicio de la Federación, se abre una "oportunidad para recuperar la ciudad para sus vecinas y vecinos" porque se parte de una situación previa "de saturación, de sobreocupación" de la vía pública por parte de las terrazas.
En este sentido, entre las propuestas vecinales sobre el uso del espacio público, la Federación asegura que la desescalada de las medidas contra la pandemia "debe ir acompañada de una profunda revisión de la ocupación comercial" de las aceras: "Hay demasiados puntos negros en la ciudad en los que se constatan abusos, problemas de accesibilidad peatonal, ruido y suciedad. Es urgente darles solución".
A su juicio, la prioridad "no debe ser la explotación comercial" de la calle sino "el reparto equitativo de usos". A este respecto, la Federación insiste en que el viandante debe ocupar "un lugar central": el 50% del espacio publico debe estar libre de uso comercial y estar destinado a mobiliario urbano o al transito de personas a pie. "El resto debe repartirse entre el tránsito a motor, aparcamiento, la actividad comercial o las terrazas", señala la entidad.
Por todo ello, entre las reivindicaciones a trasladar al Ayuntamiento de València se encuentra una mayor vigilancia policial y tramitación de los partes de denuncia, la realización de una campaña de información social sobre un uso responsable del espacio público y la firma de un "acuerdo de ciudad" sobre el reparto equitativo de usos.