La BBC estrena la cuarta y última temporada de la miniserie sobre el comisario Wallander protagonizada por un Kenneth Branagh que, como productor de la obra, redescubrió el género noir
28/05/2016 -
VALENCIA. “El examen de un delito es una manera eficaz de ver reflejadas las contradicciones y tensiones de una sociedad”. La afirmación es del recientemente fallecido escritor sueco Henning Mankell, creador del policía Kurt Wallander, uno de los más populares autores de novela negra en Europa, y una figura crucial para entender el éxito televisivo de las series noir. Mankell entendió que las historias de crímenes son un género universal, popular y altamente adictivo: “Los griegos lo sabían hace 2.500 años. La tragedia de Medea es la historia de un crimen. Macbeth también es la historia de un crimen. La mejor obra criminal de la historia”.
El boom de la ficción nórdica no se entendería de la misma forma si no hablásemos de él y su fructífera colaboración con el actor británico Kenneth Branagh, la otra figura clave. En concreto la cronología no sería la misma sin la siguiente escena: una esquina oscura, la cola del baño de un teatro llena, y dos hombres evacuando con urgencia. Los dos personajes, que hasta entonces no se conocían, eran los mismísimos Henning Mankell y Kenneth Branagh.
Antes de la BBC, se produjeron dos versiones en Suecia
Les pongo en precedentes: con el éxito de ventas de las novelas sobre el investigador sueco Wallander, más de 35 millones de ejemplares vendidos en todo el mundo, la televisión pública sueca SVT produjo, entre 1994 y 2006, diez tvmovies independientes, basadas en cada uno de los libros sobre el comisario, protagonizadas por el actor sueco Rolf Lassgård.
Las películas para televisión se exhibieron en países cercanos tanto territorial como culturalmente. Mercados donde las películas para televisión de género estaban ya de moda, como es el caso de Alemania. Sin embargo, estas obras todavía se consideraban productos menores entre los ejecutivos de las televisiones de otros territorios. Se veían como productos para consumo de cadenas cercanas geográficamente, que no podían competir dentro del mercado norteamericano, por ejemplo.
En 2005 la televisión privada sueca TV4 en coproducción con la alemana ARD lanzó una nueva versión, esta vez como serie de trece episodios, protagonizada por el actor Krister Hernriksson. En esta nueva adaptación, los casos policiales cogieron su propio camino al margen de los libros y se llegaron a producir hasta 32 episodios, pese a que las novelas sobre Wallander fueron sólo doce. La obra, emitida también en Gran Bretaña a través de la BBC Four cuatro años después, ofrecía, eso sí, el mismo Wallander cansado y torturado que conocemos de las novelas y en el resto de versiones televisivas.
Historia de dos Manneken Pis
Las ventas en DVD de ambas versiones estaban funcionando a las mil maravillas, cuando una noche del año 2007, en una sala de cine de la localidad de Fårö, Suecia, dos hombres se encontraron en un rincón en penumbra a la vuelta de un teatro para hacer sus necesidades más primarias.
El yerno del director de cine Ingar Bergman conoció esa noche al actor y director británico, y de aquellos chorros salieron unos lodos en forma de la primera miniserie de gran producción de la BBC, bajo la producción ejecutiva de Branagh y con el propio actor interpretando el papel de Wallander. Uno de los más talentosos hijos de la Gran Bretaña puso su mirada en el popular personaje de Mankell, consiguiendo con ello la atención del público anglosajón de ambos lados del charco, ya que la miniserie se emitió también por la cadena norteamericana PBS. El actor se marcó un espectacular Wallander en su primera temporada de 6 millones de espectadores en su país, consiguió la ovación de la crítica y arrasó en los premios televisivos de medio mundo.
El universo nórdico se expande
Ese 2007 fue el año que la televisión danesa estrenaba en su país Forbrydelsen, una serie que no entendería cómo iba a ser su futuro, hasta que después en el 2010-2011 saltó a televisiones como la británica BBC Four, la cadena que, tras el éxito de la miniserie de Brannagh, compró todos los productos nórdicos que hasta entonces nadie había prestado ni la más mínima atención en los mercados internacionales.
La BBC giró su mirada hacia los productos nórdicos como las danesas Forbrydelsen, Borgen o la suecodanesa Bron/Broen tras el éxito de Branagh, y en consecuencia los norteamericanos, que históricamente han bebido siempre de la producción y la industria británica, imitaron la estrategia, lanzando obras como The Killing, la adaptación estadounidense de Forbrydelsen, o la adaptación de Bron llamada allí The bridge.Lo nórdico se puso de moda en todo el mundo.
8 años han necesitado para sacar adelante cuatro temporadas de tres episodios cada una en formato de películas para televisión, en una de las producciones que mayor huella ha dejado tanto entre los seguidores del comisario Wallander como entre los seriéfilos, y que personalmente tengo una admiración especial, por todo lo que significó, además de, por supuesto, por su magnífica producción y el espectacular trabajo interpretativo de Kenneth Branagh.
Porque desde el punto de vista de la industria marcó un antes y un después para las obras europeas. Cuando nos referimos al Wallander de Branagh, hablamos de una dirección de fotografía, unos escenarios y paisajes de Suecia, una exquisitez en la dirección en cuanto a planos, que ampliaron los límites de las series europeas, y ayudaron al mercado europeo a auto-redescubrirse. Wallander de Branagh fue la proclamación del “Yes, we can” para Europa. Se puede conquistar Norteamérica. Se puede hacer ficción de calidad y estar en mercados tan competitivos como el yanqui.
Desde entonces, Branagh, sin prisa pero sin pausa, ha ido regalándonos, cada dos años, tres tvmovies, hasta completar, con esta cuarta tanda, las doce novelas que conforman la obra sobre Wallander, en un trabajo ya para seguidores más acérrimos. Pero sobre todo nos ha dado una lección a la industria que no deberíamos olvidar. “¿Marcamos alguna diferencia? Quizás. A veces. No demasiadas. Lo que sí sé es que nunca deberíamos dejar de intentarlo”, afirma Wallander en su primer episodio de esta cuarta y última temporada.
Échenle un ojo a Wallander. Las primeras temporadas están disponibles en el catálogo de Netflix.
Bonus track: Nostalgia de Emily Barker & The Red Clay Halo, B.S.O de Wallander (BBC), Premio BAFTA a la mejor banda sonora.
Décadas antes de Stranger Things, Richard Ayoade, el mítico Maurice de The IT Crowd (Los informáticos) creo una de las mejores series de humor inglés de la historia. En ella pretendía burlarse y parodiar todos los clichés de la televisión de los años 70 y 80. Era una serie de hospitales, pero los médicos resolvían misterios paranormales como se liaban a tiros con recortadas o hacían artes marciales. Mientras, se abrían las puertas del infierno y ojos con patas querían sodomizar a los pacientes. Y todo contado como telenovela melodramática