VALÈNCIA. Wau es lo pensé cuando, en junio, vi la gráfica que conmemora el ochenta aniversario de la Orquesta de València, que se presentó pocos días después de la fecha real del cumpleaños. Los músicos empezarán la próxima temporada con una identidad que les representa. Por fin, un logo, un color, una composición y una imagen que les dará valor. Gran trabajo del camarada Boke Bazán. No tengo mucha idea de música, pero sí sé algo de gráfica, y esa nueva imagen me parece muy buena
A la orquesta le faltaba una identidad, un icono o un llámalo como quieras que visualmente la representara, y ¡¡por fin, la tiene!! Disfruto cuando en estos tiempos algo me sorprende. Esta cumple, se la juega y, encima, es elegante. Este trabajo tiene de todo eso y me ha emocionado. Felicidades a unos y enhorabuenas a los otros.
Es importante la imagen, o lo que la gente percibe, y la identidad, o cómo visualmente se representa. Da igual una orquesta, ciudad, empresa, institución, producto, persona… lo que sea. En València se ha avanzado, pero no todo vale. Hay interés, pero el nivel de los resultados no dice lo mismo. Muchos de los que veo están aprobados con criterios poco afinados; la exigencia es mediocre; el riesgo, escaso, y casi todo huele a modernor de Pinterest. Para colmo, la IA enseña las orejas, las dudas, la ética y todo lo demás.
Milton Glaser dijo aquello de que los trabajos pueden ser de sí, de no o de wau. La ciudad está saturada de ni fu ni fa. Hacer un cartel es muy difícil, mucho. Hay que llamar la atención e informar en un entorno hostil contaminado de info visual. Estos últimos años lo que ha ocurrido, en cuanto a comunicación gráfica, es regulón. Imagino la autocrítica: lo que tengo es flojo, pero lo plasmo en varios carteles y queda resultón.
Medito y dudo de si la llamada a proyecto, la capitalidad del diseño, las posibilidades donde estudiar diseño, etc., solo ayudan a ensuciar la ciudad o de si sirve para algo.
Milton nunca hizo cinco carteles para contar un mismo evento. Y también dijo que si tienes que explicar un cartel es porque no funciona.
Tuvimos la suerte de que aparecieran los ordenadores, clik. Un trasto que simplificó el proceso de producción, sobre todo lo artesano, clak. Tipografía, maquetación, equilibrio, composición… todo para volvernos más vagos e ignorantes, clik. Luego llegó la época digital donde cualquiera era capaz de crear imágenes y hacer retoques con una calidad asombrosa, y una pesadilla, clak. Nos vimos viviendo en un catálogo de filtros y efectos especiales, clik. Al poco, el ciberespacio nos daba la posibilidad de conocer cualquier creación en cualquier parte del mundo, clak. Resultado: acabamos diseñando todos igual, clik. Ahora aparece la IA, clak, en la que lo importante es generar preguntas, referencias y contextualizar, clik. La respuesta es inmediata, clak, y el resultado, un porrón de opciones a partir de infos ya creadas, clik. La realización es impecable, pero vuelta a cuando la estética tiene más valor que el concepto, clak. Esto parecía superado, nos estamos olvidando de pensar, clik. Vivo rodeado de trabajos que ni fu ni fa. Clak.
Aquello de que si copias de uno, plagias; si copias de dos, versioneas; y si copias de tres, creas, aquel axioma no queda mejorado, queda aniquilado por un solo clik. Y ooohhh, sorpresa: nuestra profesión, ¡está en peligro de extinción! Clak. Y si no, clik, clik, clik clik clik, clik naranja escribe fino, clik cristal escribe normal… clak.