VALÈNCIA. La Unión Europa es esa realidad que muchas personas contemplan como lejana, pero que marca la vida, las ciudades y los proyectos del panorama nacional. Es la guía que orienta a países con culturas distintas, pero con mismos retos e inquietudes, que requieren de un marco común que establezca cuáles son las pautas a seguir para alcanzar grandes logros.
Una de sus principales líneas de actuación es fomentar la movilidad sostenible, un desafío presente en los proyectos de cualquier corporación municipal a través de estrategias que minimicen el impacto en el territorio. La eficacia de las políticas locales si no se comparten en comunidades vecinas, qué directrices precisa Europa y cómo influye la colaboración público-privada en las iniciativas fueron algunas de las cuestiones tratadas en el último desayuno informativo organizado por Valencia Plaza y la Mancomunitat de l'Horta Sud.
El encuentro sirvió para reflexionar acerca del contexto actual, así como para debatir sobre las expectativas de futuro, para las que será decisivo que el cambio comience ahora. En él, participaron José Cabanes, presidente de la Mancomunitat de l’Horta Sud y alcalde de Sedaví; Bartolomé Nofuentes, asesor especial de la Generalitat para la gestión de fondos europeos; Laurie Barriol, técnica en I+D+i y especialista en proyectos europeos y alianzas internacionales de Las Naves; Juan Bueno, CEO de Myrentgo mobilty y coordinador del Mobility Hub Valencia; y Juan Viesca, director de Fondos Europeos de Finnova.
La reducción del 57% de las emisiones de gases de efecto invernadero en 2030 y las cero emisiones en 2050: estos son los objetivos planteados por la Unión Europea para las próximas décadas. Un impulso radical que, según defendió Juan Viesca, solo será posible a través de los fondos de Europa. "Sin fondos no hay transformación porque acelerar este cambio importante resulta bastante difícil. La UE lo sabe y por eso casi la mayoría del presupuesto está destinado a temas relacionados con el Pacto Verde, como la movilidad".
Asimismo, el director de Fondos Europeos de Finnova recordó que hay mucho dinero que está sin utilizar y que podría emplearse para innovar y experimentar, por lo que animó a las empresas y municipios a aprovecharlo "al máximo". "No hay que dejar que se quede en Bruselas ni un céntimo de euro que pueda venir a la Comunitat Valenciana", insistió.
A pesar de ser una gran oportunidad para desarrollar proyectos en una situación de crisis agraviada por el conflicto entre Ucrania y Rusia, tan solo el 2% de la ciudadanía identifica que Europa influye en su vida, según expuso Bartolomé Nofuentes. Por este motivo, el asesor especial de la Generalitat destacó la importancia de promover un buen plan de comunicación, clave para concienciar a la ciudadanía.
Además, Nofuentes explicó que es necesario definir una estrategia organizativa: "Hay que tejer alianzas para que los fondos europeos aceleren esa nueva forma de entender la movilidad. Pero, previo a acceder a las distintas líneas, es básico definir un modelo organizativo de gobernanza que contemple la formación de los agentes que están dentro del ecosistema y la profesionalización de la forma de justificar esos proyectos". Se trata de un modelo que considera que aún no está delimitado en el ámbito del desplazamiento, pues debe existir un consenso hegemónico en las distintas comarcas.
Al igual que el resto de participantes, la técnica en I+D+i Laurie Barriol hizo hincapié en que los diferentes sectores, la sociedad civil, las autoridades públicas, el sector privado y las instituciones académicas vayan de la mano, algo esencial para llegar a tener una ciudad respetuosa con el entorno.
A su vez, Barriol quiso poner de manifiesto los avances logrados hasta la fecha en la ciudad de València, que será Capital Verde Europea en 2024 y también ha sido designada por la Comisión Europea como una de las 100 ciudades del continente que asumirán el reto de convertirse en "climáticamente neutras e inteligentes" en 2030; posicionándose como un referente internacional en la lucha contra el cambio climático.
Se evoluciona hacia una "movilidad a la carta", en la que la gente pueda decidir con total libertad cuándo y cómo viajar. Juan Bueno, coordinador del Mobility Hub Valencia, definió el desarrollo como una vía de suscripción, intermodal y multimodal, que además debe ser pública y universal, "con tarifas si no gratuitas, ridículas para los ciudadanos". Bueno mencionó también nuevos servicios establecidos como el carsharing -alquiler de coche compartido durante un tiempo determinado- o el car pooling, mediante el cual varias personas que van al mismo destino comparten vehículo durante el trayecto. Estas reducen la contaminación y además suponen una ventaja económica para los usuarios, hecho que incentiva su expansión.
El presidente de la Mancomunitat de l'Horta Sud, José Cabanes, situó la sensibilización ciudadana como un aspecto crucial: "Lo primero que falta es educación de movilidad porque si no educamos desde pequeños, por mucho que hagamos, lo tenemos un poco complicado; hay que dar a conocer los beneficios que conlleva".
Cabanes también reflejó la problemática de la comarca, pues ha habido muchos avances respecto a la conexión con la capital provincial, gracias en gran medida a los fondos de la UE, pero estos escasean entre municipios que son próximos. "El transporte público es muy deficiente. Para ir de Quart de Poblet a Torrent o para ir de Sedaví a Paiporta hay que ir primero a València. La ciudad está creciendo en la zona sur, en toda el área de la Pista de Silla con polígonos como el de Beniparrell y no hay transporte directo, tenemos que depender del vehículo propio", lamentó. Por ello, reivindicó una mayor oferta de servicios que unan los pueblos para dotar de más accesibilidad y de beneficios a los habitantes. Como ejemplo de éxito de rentabilidad, señaló la incorporación de la EMT en Sedaví con la línea 9 de autobús.
Además, compartió algunas de las iniciativas locales exploradas: vías ciclopeatonales, puntos de carga de vehículos eléctricos o renovación del parque móvil. No obstante, apuntó: "Si dejamos de contaminar aquí pero vamos a contaminar en otro país al final el problema lo seguimos teniendo".
Es por esta cuestión por la que Europa ha desarrollado un rol protagonista que marcará las líneas del futuro. A través de subvenciones y normativas, dirige a las naciones involucradas hacia un mundo limpio, premiando las actuaciones responsables y animando al resto al seguir el mismo camino. Un sendero en el que las decisiones relacionadas con la movilidad, si se implantan con buenos criterios estratégicos, pueden cambiarlo todo.