BRUSELAS. La aprobación hoy del nuevo Pacto Verde Europeo implica una de las mayores revoluclones en los últimos 100 años que afectará, especialmente, a la industria del automóvil en la Unión Europea (UE). La desaparición de los coches a motor de combustible fósil y su sustitución por los vehículos híbridos y eléctricos se hará realidad en los próximos diez años, provocando la desaparición de miles de trabajadores especializados y la conversión de la red de carreteras en infraestructuras inteligentes y sostenibles. En la Comunitat Valenciana, Ford ya ha apostado por implantar en Colonia (Alemania) la fabricación de sus coches eléctricos, mientras que Almussafes (València) se quedará con la línea de coches híbridos.
El Pacto Verde Europeo prevé para 2030, al menos, 30 millones de coches de cero emisiones que estarán en funcionamiento en las carreteras europeas. Además, 100 ciudades europeas serán climáticamente neutras y el tráfico ferroviario de alta velocidad se duplicará en toda Europa. Los viajes colectivos programados para viajes de menos de 500 km deberán ser neutros en carbono y la movilidad automatizada se implementará a gran escala, Los buques marinos de cero emisiones estarán listos para el mercado.
Para 2035, la UE contará con aviones grandes de cero emisiones estarán listos para el mercado. Y, para 2050, casi todos los automóviles, furgonetas, autobuses, así como los nuevos vehículos pesados, serán cero emisiones. El tráfico ferroviario de mercancías se duplicará. Y se construirá una Red Transeuropea de Transporte (RTE-T) totalmente operativa y multimodal para un transporte sostenible e inteligente con conectividad de alta velocidad.
Mientras tanto, los fabricantes de automóvil están haciendo sus deberes. Ford anticipa que el 40% de su oferta será totalmente eléctrica en 2030. Ello implica la fabricación del coche híbrido en Almussafes (València) y la instalación de una fábrica en Colonia (Alemania) para sus coches eléctricos. Además, Ford tendrá un segundo coche eléctrico en Europa junto al Grupo Volkswagen porque, aun con el lanzamiento de este segundo coche eléctrico, Ford necesita de más modelos para completar su gama en Europa.
Volkswagen aspira a contar con seis fábricas de baterías en Europa, junto con socios en funcionamiento para el 2030 para garantizar la seguridad de suministro. Hyundai reducirá este año a la mitad los modelos impulsados por combustibles fósiles y en 2040 tendrá una oferta totalmente electrificada.
En Alemania ya se ha cuantificado en un informe el paso a los motores eléctricos, que afectará a 178.000 empleados que dependen, directa o indirectamente, del motor de combustión. Además preocupan otras variables, como el precio de mercado que, sin subvenciones públicas, pueden duplicar el de cualquier turismo de gama media. Esta circunstancia, además de la apuesta de la UE por los vehículos colectivos y autónomos, o el transporte ferroviario para medias y largas distancias, hacen que se tambalee esta industria.
Problemas adicionales son la necesidad de construir mega fábricas de baterías eléctricas y puntos de recarga entre ciudades, para viajes de larga distancia. Tanto Alemania como Francias ya han comenzado a invertir en estas instalaciones. Según los expertos, “el fabricante que no tenga una batería puntera perderá mercado. Y, el país o la región que no tenga una giga-fábrica de baterías saldrá del mapa productivo del coche eléctrico”.
En el corazón de esta transformación en el caso de la movilidad, está el objetivo de reducir el 90% de las emisiones para 2050, proporcionada por un sistema de transporte inteligente, competitivo, seguro, accesible y asequible. Frans Timmermans, Vicepresidente Ejecutivo del Pacto Verde Europeo, explica que la nueva estrategia “cambiará la forma en que las personas y las mercancías se mueven por Europa, y facilitará la combinación de diferentes modos de transporte en un solo viaje”. La comisaria de Transporte, Adina Vălean, añade que, "las tecnologías digitales tienen el potencial de revolucionar la forma en que nos movemos, haciendo que nuestra movilidad sea más inteligente, más eficiente y también más ecológica”.
La estrategia industrial pasa porque “todos los modos de transporte deben ser más sostenibles, con alternativas ecológicas ampliamente disponibles y los incentivos adecuados para impulsar la transición”. Para que el transporte sea sostenible, en la práctica esto significa impulsar la adopción de vehículos, buques y aviones de cero emisiones, combustibles renovables y bajos en carbono, por ejemplo, mediante la instalación de tres millones de puntos de carga públicos para 2030. Crear aeropuertos y puertos de cero emisiones, a través de nuevas iniciativas para promover combustibles sostenibles de aviación y marítimos.
Hacer que la movilidad interurbana y urbana sea saludable y sostenible duplicando el tráfico ferroviario de alta velocidad y desarrollando infraestructura adicional para bicicletas en los próximos 10 años. Ecologizar el transporte de mercancías, duplicando el tráfico ferroviario de mercancías para 2050. Fijar precios al carbono y proporcionar mejores incentivos a los usuarios, por ejemplo, mediante la aplicación de un conjunto completo de medidas para ofrecer una tarificación justa y eficiente en todo el transporte.
La innovación y la digitalización darán forma al modo en que los pasajeros y el transporte de mercancías se muevan en el futuro. La estrategia prevé hacer realidad la movilidad multimodal conectada y automatizada, por ejemplo, haciendo posible que los pasajeros compren billetes para viajes multimodales. Impulsar la innovación y el uso de datos e inteligencia artificial (IA) para una movilidad más inteligente, apoyando plenamente el despliegue de drones y aeronaves no tripuladas y nuevas acciones para construir un Espacio Común Europeo de Datos de Movilidad.
El transporte ha sido uno de los sectores más afectados por la pandemia de la covid-19, y muchas empresas del sector están experimentando inmensas dificultades operativas y financieras. La Comisión se ha comprometido a reforzar el mercado único, con más inversiones para completar la Red Europea de Transporte para 2030. El objetivo es hacer que la movilidad sea justa para todos, haciendo que la nueva movilidad sea asequible y accesible en todas las regiones y para todos los pasajeros.