VALÈNCIA. 177 pequeñas empresas y autónomos de la ciudad de València tendrán que devolver las Ayudas Paréntesis por no haber presentado en tiempo y forma la justificación de los gastos por los cuales se les concedió en su momento la subvención. En este sentido, cabe recordar que las Ayudas Paréntesis forman parte del Plan Resistir que puso en marcha la Generalitat Valenciana para apoyar a los sectores más afectados por la pandemia. En este caso, los pequeños negocios de menos de 10 trabajadores.
Así, con todo, estas ayudas estaban orientadas a cubrir los gastos corrientes de los negocios para favorecer su actividad y evitar el riesgo de cierre después de las pérdidas provocadas por el confinamiento y las posteriores restricciones sanitarias. Concretamente, la subvención consistía en una cantidad fija de 2.000 euros para todas las empresas ampliable a otros 200 euros por cada trabajador contratado hasta los diez. Es decir, que el montante máximo que podía percibir cada solicitante era de 4.000 euros.
A este respecto, la cantidad tenía que ser justificada mediante facturas por un valor igual o superior al de la ayuda percibida, y dentro de ellas se podían contemplar cuestiones como las mensualidades del alquiler del local en el que desarrolla la actividad, los suministros de luz y agua, los gastos de personal y seguros o incluso las inversiones en la promoción del negocio, así como las mejoras en los establecimientos para hacerlos más atractivos o accesibles.
Sin embargo, no todos los negocios han llegado a cumplir con la exigencia de justificar sus gastos: aunque más de 2.000 personas sí que han resuelto de manera tan efectiva como satisfactoria sus obligaciones con la convocatoria, otras 177 tendrán que devolver total o parcialmente el dinero que en su momento recibieron.
La mayoría de ellas tendrán que reintegrar 2.000 euros, según se desprende de la resolución que ha publicado el Ayuntamiento de València. Por lo que, al cálculo, se puede estimar que la cantidad que recuperará el consistorio será de unos 360.000 euros. Además, a esto hay que añadir los intereses de demora, que en casi todos los casos oscilan entre los 50 y los 60 euros. Y es que, el primer aviso para devolver las subvenciones no justificadas se publicó durante el mes de septiembre, aunque solo cinco personas lo atendieron de manera voluntaria.
Las Ayudas Paréntesis han sido subvencionadas a un 62,5% por la Generalitat Valenciana, un 22,5% por la Diputació de València y el 15% restante por los Ayuntamientos, que en este caso también se han encargado de gestionarlas y adjudicarlas. En este sentido, València recibió un presupuesto total de 28,8 millones de euros para repartir entre sus negocios, y ha puesto en marcha sucesivas convocatorias con el objetivo de agotar el crédito.
La primera ronda de las Ayudas Paréntesis estaba sujeta a las condiciones impuestas por el gobierno autonómico, que consistía en una lista de sectores prioritarios a los que atender, tales como la venta minorista o la hostelería. A partir de ahí, y con el dinero sobrante, los municipios podían repartir las ayudas de la manera que mejor se ajustara a sus necesidades. De este modo, València optó por atender actividades que no habían entrado en la primera, como por ejemplo el sector del taxi, cultura y educación, belleza, peluquería, floristas, fotografía, turismo, ocio nocturno y ceremonias y celebraciones, entre otros.
Asimismo, también lanzó una línea específica para los negocios de Ciutat Vella, con unas cantidades sensiblemente superiores a las del resto. Finalmente, y después del reparto de todas estas subvenciones, todavía quedó un remanente de 4,4 millones de euros, por lo que el Ayuntamiento puso en marcha las Ayudas Complemento, que básicamente consistían en repartir el dinero equitativamente entre todas las personas que ya se hubieran beneficiado de anteriores rondas y pudieran justificar que seguían manteniendo su actividad. Todo ello con el objetivo de agotar hasta el último céntimo en beneficio de las pequeñas empresas y autónomos.