ALICANTE. La reapertura de las conexiones aéreas entre Alemania y la Costa Blanca, a la que se ha sumado ahora Suiza tras el fuerte descenso de los contagios en la provincia, llega como un balón de oxígeno en el momento más indicado para el sector inmobiliario. Alemania y Suiza no son los mercados principales del turismo residencial de la Comunitat, pero aportan alrededor de 1.500 ventas de vivienda al año, en números redondos. Es decir, alrededor de 300 millones de euros anuales.
Si el impacto del corredor alemán puede ser más limitado en el turismo hotelero, para el residencial puede ser clave, según las fuentes consultadas. Los promotores tienen decenas de viviendas reservadas por compradores alemanes o suizos, que han comenzado los trámites durante la pandemia, y las conexiones aéreas con Alicante-Elche que reestrenan a partir de la próxima semana varias aerolíneas contribuirán a formalizar estas ventas, al poder visitar los compradores la vivienda y acudir a realizar los trámites presencialmente.
A pesar de que el peso de los compradores alemanes y suizos en el mercado extranjero de vivienda residencial de la Comunitat Valenciana sea inferior al de otras nacionalidades, los promotores consultados por este diario se han mostrado esperanzados en que estos corredores seguros permitan aumentar el volumen de operaciones cerradas esta primavera, y que a estas conexiones sigan otras en el corto plazo con mercados clave. A saber, el Benelux (sobre todo Bélgica y Países Bajos) y el norte de Europa (Suecia, Noruega y Dinamarca), además del consabido Reino Unido.
También miran con interés la evolución de la conectividad con los países de Europa del Este, ya que en este caso los trámites telemáticos son mucho más complicados. "El resto de países, mal que bien, tienen embajadas o consulados que permiten realizar sin venir a España la mayoría de los pasos de la compra, pero con Europa del Este no existe esta red, por tanto es fundamental que puedan desplazarse", explican las fuentes citadas.
Como ha contado este diario, en el último año prepandemia el sector del turismo residencial (la venta de viviendas de obra nueva a extranjeros) generó 3.200 millones de euros de negocio en la Comunitat Valenciana, al margen de los impuestos generados y de los gastos asociados al proceso, como los viajes. El cierre de fronteras, al estar considerada España zona de riesgo, durante el primer cuarto del año ha podido costar unos 1.000 millones de euros, según cálculos del sector, teniendo en cuenta además que los confinamientos perimetrales han dificultado también las ventas a compradores nacionales de otras regiones.
Precisamente, la principal asociación del sector del turismo residencial, la alicantina Provia, ha exigido al Gobierno que se tenga en cuenta a los promotores como perjudicados por el cierre de fronteras al igual que al resto de empresas turísticas, de forma que se les incluya en los planes de apoyo estatales como afectados por la crisis. Provia esgrime que el sector del turismo residencial impulsa más de 116.000 puestos de trabajo directos en la Comunitat Valenciana, y genera de media al año ingresos en las distintas administraciones públicas por valor de 1.600 millones de euros.