ALICANTE. Siguen los contactos entre la dirección del Grupo Levantina y la comisión negociadora formada por los sindicatos para negociar las condiciones del ERE que ha planteado el gigante alicantino del mármol. Al término de la reunión de este martes, que tendrá continuidad el miércoles, las posturas siguen bastante alejadas, aunque las dos partes han comenzado a destapar sus cartas. Levantina ha ofrecido sacar del ERE a 35 afectados, lo que supone reducir la afección del expediente algo más de un 11% (inicialmente se planteó para 307 trabajadores). Mientras, los trabajadores defienden cambiar el expediente a una regulación temporal (ERTE), y han convocado una jornada de huelga para protestar el próximo martes.
Como publicó este diario la semana pasada, el plan de negocio de Levantina pasa por producir menos mármol Crema Marfil, variedad de la cual la firma es el máximo exponente en el mundo, para ajustar la oferta a la demanda. De esta forma, el grupo espera poder elevar el precio de este material, que en los últimos años se ha devaluado por el exceso de oferta al que la propia firma ha contribuido y la caída de la demanda externa en mercados clave, sobre todo en China. En base a esta estrategia, la firma planteaba despedir a 307 personas: 106 en la cantera del Monte Coto de El Pinós, 168 en las plantas de Novelda (con el cierre total de la planta 'Novelda 1') y 33 en Galicia.
Tras la reunión de este lunes, el planteamiento de la empresa pasa por reducir en 7 el número de despidos de la cantera (la reducción de la actividad extractiva es la clave del plan) y en 28 los afectados en las plantas. Una propuesta que los sindicatos consideran insuficiente, ya que los trabajadores defienden poner en marcha un ERTE rotatorio, en lugar de extinguir esos 272 contratos, para testar el plan de negocio sin necesidad de despidos. "Si el plan de negocio de Levantina no funciona y dentro de unos meses volvemos a estar en este punto, ¿qué hacemos?", critican fuentes sindicales consultadas por Alicante Plaza. La propuesta de los empleados sería, así, un expediente regulatorio temporal, como los que suelen aplicar grandes industrias como Ford, para probar si la estrategia de Levantina funciona sin necesidad de despedir a nadie.
Las reuniones continuarán este miércoles, y el lunes que viene, en la última semana de consultas antes de que Levantina entregue el expediente en Trabajo, se trasladarán al Tribunal de Arbitraje. También están previstos contactos el martes y el miércoles, aunque podrían ampliarse en busca de un acuerdo que a estas alturas no parece fácil. Si finalmente no hay acuerdo, ni siquiera con la mediación del Tribunal de Arbitraje, a partir del 10 de abril la dirección de la empresa tendría un plazo de 15 días para presentar el ERE ante la autoridad laboral (en este caso, Labora, el antiguo Servef, para la cantera, y el Ministerio para las plantas, al estar en dos comunidades autónomas) y notificar a los afectados. Los sindicatos esperan que, llegado el caso, incluso sin acuerdo, haya una especie de plazo de adscripción voluntaria.
El ERE, acompañado de una modificación de las condiciones laborales de los empleados que sigan en la empresa para adaptarse a los nuevos turnos y el plan productivo de Levantina, es prácticamente la primera decisión que ha tenido que adoptar el nuevo presidente del grupo, el ejecutivo de origen alemán Andreas Fluhrer, designado por el fondo británico Bybrook para relevar a Don Nicolson el pasado mes de febrero. La regulación que se negocia en estos momentos es la tercera que acomete la firma en una década. En 2009 ya tuvo que llevar a cabo un ERE para reducir la plantilla en unas 200 personas, y en 2012 (ya en manos de BNP Paribas), la firma aplicó otro ERE rotatorio para 100 empleados.