ALICANTE. La empresa alicantina de helicópteros Inaer, rebautizada como Babcock Mission Critical Services España (el nombre de su matriz británica) el pasado año, vio cómo su cifra de negocio y su beneficio después de impuestos se resentían el pasado ejercicio (la firma cierra sus años fiscales en marzo, para coincidir con la cabecera del grupo), tras los escándalos de la conocida como 'trama del fuego'.
Según las cuentas anuales del ejercicio que va de marzo de 2016 a marzo de 2017, Inaer-Babcock facturó el último ejercicio 175 millones de euros, un 10,8% menos que en el anterior, cuando la cifra de negocio se quedó en 196,3 millones. Es el segundo ejercicio consecutivo en el que los ingresos de la empresa con base en Mutxamel se resienten, aunque de forma mucho más notable. En el anterior, en plena eclosión del escándalo por el cártel del fuego (el exconseller Serafín Castellano fue detenido en mayo de 2015), la cifra de negocio bajó apenas un 5% respecto a los 204 millones del ejercicio de 2014. Entre medias, un ejercicio de solo tres meses, de enero a marzo de 2015 (41 millones) para acompasar los ejercicios de la filial española a los de la matriz británica.
Según la memoria adjunta a las cuentas anuales, el 28% de la cifra de negocio corresponde a servicios de salvamento, otro 26% a servicios de extinción de incendios, y un 20% a servicios de rescate. Con menos peso relativo, los ingresos llegan también vía venta de respuestos (6%), servicios de mantenimiento (4%) o de transporte (4%). El peso conjunto de los servicios de salvamento, extinción y rescate supone así el 74% del negocio de Inaer-Babcok, o lo que es lo mismo: 130 millones de euros. En el ejercicio anterior, según la memoria, el peso conjunto de estas tres áreas suponía un 67%, que se traduce en 131,5 millones. En términos brutos, los ingresos por la principal actividad de la empresa se han mantenido intactos, mientras se ha resentido en el resto de categorías (las que no están vinculadas a contratos concesionales en vigor), que pierden peso relativo en la facturación.
El impacto de los escándalos en los ingresos de la empresa se ha trasladado a los beneficios. Aunque Inaer-Babcock sigue ofreciendo un resultado positivo después de impuestos, este es muy inferior al de hace un año. Así, según las cuentas de la empresa, al cierre del ejercicio en marzo de 2017 la firma con base en Mutxamel se anotó un beneficio de 2 millones de euros, un 80% menos que en marzo de 2016, cuando este fue de 12,3 millones. Los administradores de la empresa decidieron destinar el beneficio íntegro a reservas, una vez compensados el año anterior los resultados negativos (pérdidas) de ejercicios anteriores.
Según la memoria, la firma tiene en vigor contratos por valor de 180 millones de euros a prestar en los próximos cuatro años (hace un año el valor de los contratos por ejecutar ascendía a 227 millones), de los que 108 se facturarán durante el ejercicio en vigor. La empresa expresa en la memoria que "no se estiman dudas razonables sobre su nueva adjudicación" una vez que dichos contratos venzan.
En este sentido, cabe recordar que durante el último año Inaer-Babcock se ha adjudicado varios contratos de servicios con distintas administraciones públicas, como ha venido contando este diario. Las dos últimas adjudicaciones de envergadura en las que se ha impuesto la firma de Mutxamel han sido en Canarias (12,7 millones de euros por el servicio de helicópteros medicalizados para dos años) y en Galicia (32,9 millones por el servicio de guardacostas para cuatro años). Como ha contado este diario, además, la empresa alicantina está pendiente de que se resuelva la adjudicación del contrato de helicópteros de la Generalitat, que se licitó por 46 millones para cuatro años. Este es el mismo contrato que ha venido prestando Inaer, en UTE con SAU y Foresma, en los últimos años (objeto de investigación en la trama del fuego). En la actualidad se está prestando fuera de contrato, tras vencer la última prórroga en noviembre.
Fundada por el empresario Luis Miñano y los propietarios de la empresa agrícola Bonnysa en 1984 (bajo el nombre de Helicópteros del Sureste), Inaer dio entrada en su accionariado al fondo italiano Investindustrial en 2005 para crecer en Europa y crear el grupo Avincis, hasta convertirse en la mayor empresa del ramo en el sur del Continente. En 2014, el grupo británico Babcock adquirió el grupo italiano Avincis por unos 2.000 millones de euros, e integró a la empresa de Mutxamel en su grupo.