ALICANTE. Waynabox, la startup que ofrece viajes sorpresa a destinos europeos (el usuario sabe dónde viaja 48 horas antes), amplía la nómina de aeropuertos españoles desde los que pueden partir sus clientes. El aeropuerto de Alicante-Elche, en la pedanía ilicitana de El Altet, se suma a los de Madrid, Barcelona y Málaga como punto de origen de estas escapadas sorpresa desde España, además de Lisboa y Oporto en Portugal, y París en Francia.
El cofundador y CEO de Waynabox, Pau Sendra, ha presentado este martes el 'aterrizaje' de su empresa en Alicante acompañado del director general de Lanzadera, Javier Jiménez. Waynabox, de hecho, es una de las startups surgidas hace dos años de la aceleradora de empresas del dueño de Mercadona, Juan Roig. La compañía se lanzó en marzo de 2015, y desde entonces ha atendido a más de 20.000 viajeros y ha superado los tres millones de euros de facturación anual.
La elección del aeropuerto de Alicante, según Sendra, se explica por la amplia variedad de destinos con la que está conectada la terminal (un valor crucial para poder mantener el elemento sorpresa característico de la empresa), así como la alta frecuencia de estas conexiones. La idea es que el aeropuerto de Alicante se convierta en el punto de partida para los usuarios de Waynabox en la Comunitat Valenciana y Murcia.
Los viajes sorpresa desde Alicante tendrán un precio fijo de 200 euros por persona, e incluyen los vuelos de ida y vuelta y dos noches de hotel en el destino. Sendra destaca que su empresa trabaja con las principales compañías aéreas europeas, aunque el "esfuerzo" se realiza en el hotel, buscando alojamientos que estén cerca del centro o bien conectados, y que tengan al menos una valoración de 3,5 sobre 5 en TripAdvisor. Waynabox trabaja con entre cinco y diez hoteles en cada destino, que su equipo ha visitado previamente, aunque también se apoyan en el feedback de los usuarios para modificar su cartera.
La web de Waynabox permite realizar reservas desde Alicante a partir del fin de semana del 17 de febrero, y entre los destinos a los que puede viajar el wayner, como llaman a sus usuarios ('wayna' significa 'joven' en quechua), se cuentan las principales capitales europeas, como Berlín, París, Oslo, Estocolmo, Londres, Dublín, Bruselas, Ámsterdam, Roma... La empresa tiene 54 destinos en cartera, aunque cada fin de semana solo hay disponibles 12 desde cada aeropuerto de partida: el usuario puede decidir eliminar alguno si ya lo ha visitado (el primero gratis, los siguientes por 5 euros adicionales cada uno) y espera a que el miércoles antes de embarcar se le comunique dónde viajará.
"No vendemos viajes, creamos emociones", explica Sendra. "Nuestra idea era recuperar el concepto de irte a un aeropuerto y meterte en el primer avión que salga, el concepto de escapada". Por eso su startup se enfocó inicialmente hacia el público joven y con un planteamiento que no triunfó: el de no saber si podrías volar hasta seis horas antes, porque se trataba de aprovechar las plazas libres de última hora. A lo largo de su periplo por Lanzadera evolucionó hacia el concepto actual, en el que el viaje está garantizado aunque no se sepa a dónde, y los usuarios son de todas las edades. "Nos hemos dado cuenta que la edad no está en el DNI, nuestro público objetivo es alguien capaz de tener preparada una maleta de frío y otra de calor debajo de la cama".
Waynabox nació en la tercera planta de la sede de Lanzadera en la Marina Real de Empresas, en Valencia, fruto del ingenio de Pau Sendra, Ferran Blanché y Daniel Jiménez (dos ingenieros aeronáuticos y un informático). Se dio a conocer en el Mobile World Congress de Barcelona en marzo de 2015, cuando apenas tenía dos semanas en el mercado, y ha crecido gracias a las redes sociales y al boca-oreja. Hoy, tras mucho ensayo y error ("no sabíamos nada del modelo de negocio, si no quizá no nos hubiéramos metido en esto") emplea a 37 personas y factura 3 millones de euros al año con la idea de sorprender a sus usuarios.