ALICANTE. Marina Vicente cree que es una locura lanzarse al mercado editorial desde su ciudad, Alicante. Pero en ello está para cumplir el sueño que tenía desde los diez años, cuando recopilaba sus cuentos y los de los demás compañeros de clase para presentarlos en público. Por aquel entonces, recuerda, la directora de su colegio le pidió que le dedicara el primer libro que saque. Ahora, décadas después, podrá hacerlo con El silencio y el mar, un texto de Enrique Botella sobre el mayor bombardeo de la Guerra Civil.
"Llevo soñando toda mi vida en montar una editorial y nunca me había atrevido", empieza a contar con voz pausada en la cafetería del hotel Abba Centrum. Relacionada desde hace años con los libros, lleva un par gestionando eventos como cenas literarias, como las que realiza en dicho hotel. De estas colaboraciones con las editoriales, ha conseguido dar "con el equipo perfecto para el proyecto que tengo en la cabeza y al final he sucumbido a la tentación".
Esa tentación a la que cede por su cabezonería -"soy una persona que cuando tengo una idea me cuesta renunciar a ella, es algo que me puede", reconoce- viene acompañada por un equipo en el que Jorge Chillón será su compañero como editor y Cari Guardiola se encargará de prensa y eventos. A ellos sumará otros dos hombres y mujeres para lanzar su idea de conseguir ser "una editorial de referencia a nivel nacional que nace en Alicante".
El plantear Editorial Mankell desde esta capital lo considera "la muestra clara de que un proyecto editorial puede salir de una provincia y es posible con las claves y ayudas adecuadas". Para ello es necesario "contactar con un distribuidor, tener una red de colaboradores y sobre todo invirtiendo lo mismo en producción que en marketing".
La publicidad es la clave. "Ese es el tema del que pecan las pequeñas: los libros no se venden solos", destaca. Esa es una labor que sabe que "cuesta", tanto por los lectores que "no irán a una librería por inspiración divina ni el librero tampoco lo venderá si no sabe que existe o a que público dirigirse". Acostumbrada a la promoción de los eventos literarios tiene muy claro que ese factor pesará en su negocio, no se trata de "dejarlo en una estantería".
Destacar entre los más de 80.000 libros que se editan cada año en España cree que es cuestión de "cuidar el detalle". Con Mankell quiere conseguir "un libro bonito, no uno fresado por abaratar el coste, queremos que sea un producto que la gente busque". Tanto que lo llegue a considerar "una joyita, porque para el que valora la literatura, cada libro de la estantería es una joya". A ese público es al que pretende llegar, "sin desmerecer a otros lectores".
El 25 de mayo con la que pretende sea una espectacular presentación en Casa Mediterráneo quiere empezar de manera oficial su proyecto. El primer libro elegido lo tiene desde hace tiempo, El silencio y el mar. Esta novela de Enrique Botella fue finalista en el premio Azorín en la edición de 2016. En ella la fecha del 25 de mayo se convierte en un elemento recurrente, con una serie de acontecimientos que ocurren entre la isla de Tabarca, Villena y Alicante.
El alicantino Mercado Central recuerda bien esa fecha. En 1938 sufrió un bombardeo en el que murieron centenares de personas. Este año se recuerda a esas 393 víctimas y Vicente quiere sumarse a los homenajes que se realizarán en el 80 aniversario con un libro que considera "perfecto" para ello. La joven editora agradece que Botella, con el que contactó mediante Manuel Avilés, corra "el riesgo con nosotros sabiendo que había otras editoriales interesadas".
En estos días están revisando las galeradas, un proceso de tres revisiones en el que confiesa los nervios antes de tenerlo entre manos. De momento está contenta con haber pasado la fase de maquetación, en la que han establecido las pautas de diseño que quiere que rijan los siguientes libros, y la de diseño de portada, "después de meses creo que ya tenemos la imagen perfecta".
A este primer libro en primavera le acompañaría otro, previsiblemente, en otoño. "Y luego abrir una línea de literatura infantil, según vayan los números", adelanta, "para la que ya estoy hablando con varios autores de la provincia". Esas son las intenciones con las que se embarca en un sector en el que deseaba entrar desde niña; "no me meto en esto por el boom de pequeños editores", puntualiza.
El empuje le llega porque siente que "hay una demanda de literatura real, un público que demanda que se vuelva a la calidad literaria". Una situación a la que cree se ha llegado "porque hay una sobreproducción de autores que no son escritores". Frente a estos "nombres televisivos que venden muchos libros" ve al "lector de literatura que necesita sellos, que se suelen llamar independientes".
Y esta es una palabra que no la acaba de complacer, "porque no sabría decir de qué es independiente". Lo que si sabe es que "cuidamos más quizá el libro desde la narrativa hasta el producto que sale de imprenta". Remarcando claramente una posición, "no desmerezco el trabajo de las otras editoriales y de otros autores que consigan que la gente lea". Porque leer es para ella "el objetivo último".
Con esa idea seguirá trabajando en la divulgación literaria con su agencia, también llamada Mankell, colaborando con otras editoriales de perfil y tamaño muy diferente al que pretende. "Me encanta trabajar con ellos y con los autores porque se aprende mucho", asegura, "es nutritivo".