El dirigente no cierra la puerta a financiar el proyecto original del Corredor Mediterráneo en el futuro si la inversión es "necesaria": "Si eso se demuestra va a haber una receptividad enorme a que se realice y se incluya en la financiación europea, pero eso hay que demostrarlo"
VALENCIA. Bernardo Urrutia no es un gestor cualquiera en la Comisión Europea (CE), y menos para regiones tan necesitadas de inversiones en transporte como la valenciana. Se trata del administrador principal de la Dirección General de Movilidad y Transporte, el organismo encargado de jerarquizar y otorgar las ayudas europeas a proyectos como los que componen el denominado Corredor Mediterráneo.
-De los 1.283 millones en ayudas de la Comisión Europea al Corredor Mediterráneo, dos terceras partes -813 millones- se fueron al tramo entre Lyon y Turín ¿A qué responde este reparto?
-Cabe subrayar que dentro de estas ayudas hay un proyecto muy importante con Adif que es la adaptación al ancho europeo de la conexión entre Almussafes y Barcelona, un proyecto de envergadura que se consideró prioritario por encima de muchos otros; y que también se apoyaron las conexiones ferroviarias del Puerto de Valencia y el Puerto de Barcelona y estaciones multimodales en la región de Murcia y en Tarragona. Sólo puedo decir que la prioridad se ha determinado en función del estado y la calidad de los proyectos, en que los proyectos estén listos para iniciarse en el plazo de tiempo más corto posible.
-¿Ello implica que los proyectos del tramo español que no han sido financiados por exceso de demanda queden estancados a la espera de la siguiente convocatoria?
-No es exactamente así. La convocatoria aporta cofinanciación. Puede ser de un 20%, un 40% o el 60%, pero se pueden desarrollar al margen de estos fondos, que seleccionan los proyectos para tener un efecto en la economía real lo antes posible. Aún así, los proyectos que no han sido seleccionados tienen una segunda oportunidad. Pueden volver a presentarse.
-¿Cuál es la clave para lograr la consideración de prioritario y acceder a los fondos en el segundo intento?
-Tienen que examinar muy bien las razones por las cuales no fueron seleccionados ¿Es un problema de calidad técnica en la presentación o simplemente es un problema de demanda masiva? Han de preguntárselo. En la nueva presentación hay que explicar bien cuál es el lazo entre el proyecto en particular y la lógica del corredor transeuropeo, poner en valor cómo va a contribuir a los flujos y los intercambios entre Valencia y el resto de Europa.
-En 2023 se van a revisar los proyectos ya desarrollados ¿Qué posibilidades hay de que se pueda incluir entonces el proyecto inicial del Corredor Mediterráneo -que separe el tráfico de pasajeros del de mercancías con una segunda plataforma- a pesar de que se haya construido la solución intermedia de crear un tercer hilo en la plataforma existente?
-Las posibilidades son todas. Va a estar en manos de los actores, en que se demuestren que las nuevas inversiones son necesarias. Si eso se demuestra va a haber una receptividad enorme a que se realice y se incluya, pero eso hay que demostrarlo. No es simplemente querer hacer una infraestructura por el hecho de tener infraestructuras. Tenemos que ir a aquello que tenga un impacto real, que sea acorde a la demanda.
-¿No partiría por detrás del resto de proyectos todavía pendientes por haber invertido ya la Comisión Europea en el tercer hilo?
-La pregunta que habrá que hacerse es: ¿Es suficiente el tercer hilo o es necesario hacer una nueva plataforma? Si el tercer hilo funciona bien, lo que funciona bien no se toca, pero si la solución se queda corta habrá que invertir más. Los corredores son proyectos progresivos. A medida de que se culmina una actuación se inician otras para consolidar poco a poco el territorio europeo en función de las necesidades.
-Usted ha hecho un llamamiento a tener muy desarrollados los proyectos de cara a la revisión que va a haber este año. ¿No estamos siendo lo suficientemente rápidos en España en este sentido en comparación con otros países?
-Yo creo que en España hemos salido de una situación muy difícil en la que se había construido mucho y se atravesaba por problemas presupuestarios, con un nivel de endeudamiento importante y muchas empresas con problemas de financiación, de modo que el lanzamiento de proyectos ha caído en picado. Ahora estamos en un momento en que hay que hacer un llamamiento para que estos proyectos que existen, estos proyectos de futuro, se lancen, porque es el momento para hacerlo. Hay que tomar un poco el riesgo para asegurarse de que se tienen en cuenta. Si permanecemos en una actitud muy prudente y no les damos una oportunidad no se van a realizar.
-¿Se pueden quedar fuera de la financiación europea?
-La Comisión va a estar pendiente de la realidad económica y empresarial sobre el terreno. Si aquí se mueven los proyectos, los proyectos llaman la atención y se apoyan. Bruselas -la Unión Europea, el Parlamento, la Comisión Europea, el Consejo- están poniendo en marcha un mecanismo de oportunidades y las oportunidades hay que aprovecharlas. Hay que lanzarse a por ellas. Si no se aprovechan, no va a valer de nada todo nuestro trabajo.
-¿A qué se refiere cuando pide a las administraciones que tengan 'chispa' para poner en valor sus proyectos?
-A que abran ventanas, a que se cambie la filosofía tradicional de licitación y contratación del sector público para abrir la posibilidad, por ejemplo, a institutos de tecnología de la Comunidad Valenciana a que desarrollen infraestructuras de transporte inteligente, a darles oportunidades, a apoyar a empresas dinámicas que necesiten servicios de logística y ver cuáles son sus necesidades. Todo esto se traduce en la planificación estratégica.
-¿Qué papel juegan en este proceso las comunidades autónomas?
-Las comunidades autónomas y organismos como los puertos tienen un papel fundamental. Las demandas salen de ahí. Tener a una administración atenta a las necesidades de la economía real pensando siempre en el largo plazo es esencial.