DÓNDE COMEN LAS CELEBRITIES EN VALÈNCIA (II)

A George Clooney le pirra el tataki de bonito de Komori

La Trattoria da Carlo y El Canyar no han sido los únicos que dieron de comer a grandes estrellas. El diseñador Valentino, el grupo de música U2, el cantante Carlos Vives o los actores George Clooney o Keanu Reeves, que estuvo en Valencia hace escasas dos semanas, se han sentado en la misma mesa que usted pide cuando cena en la Lambrusquería, Casa Montaña o San Tommaso 

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24/11/2017 - 

Después de haber desvelado los gustos peculiares del jugador de baloncesto más famoso de la historia con los crustáceos, y conocer el restaurante en el que comieron absolutamente todas las celebrities que han pasado por la ciudad, continuamos el recorrido gastronómico por los locales en los que artistas de Hollywood, cantantes con Grammys y diseñadores internacionales de moreno perpetuo han llenado el estómago. Es curioso que, a pesar de poderse permitir ir a cualquiera de los restaurantes más lujosos del mundo, eligieron (o les llevaron) a restaurantes sencillos, con cuentas que difícilmente exceden los 30 euros por cabeza, alejados del brillo de las estrellas Michelin y con cartas poco arriesgadas. Por cierto, de la lista de estrellas que han pasado por Valencia últimamente, solo una de ellas probó la paella y no se mostró nada  entusiasmada (por mucho que le duela a nuestro corazoncito valenciano).

 El Gran Premio de Cheste es la puerta de entrada a Valencia de muchos famosos de talla internacional. Lo fue para Michael Jordan en el 2004 y lo ha sido para Keanu Reeves hace menos de dos semanas. El actor de Matrix  vino a ver las carreras y de pasó cenó en el barrio de El Carmen, en el restaurante italiano San Tommaso. Dos noches seguidas. La primera alguien llamó para reservar. Avelina Iborra, la dueña del restaurante no sabe quién se lo recomendó, si fue alguien del hotel o de la gente con la que estuvo en el circuito. "Se sentaron en una mesa como unos clientes más. No pidieron ni reservado ni ningún trato exclusivo. Se dejaron recomendar y pidieron lo que les sugerimos. Keanu fue en todo momento super amable. Mucha gente se le acercó a pedirle una foto y no le dijo a nadie que no. Fue muy cordial y atento", cuenta la propietaria. El hombre que dio vida a Neo es buen comedor. Además de una tabla de fiambres y algún otro entrante, tomó pasta fresca y dio buena cuenta de la tarta de chocolate y queso que preparan en San Tommaso. Para terminar unos gin tonics, que al parecer le entusiasmaron. Tanto le gustó la cena que la noche siguiente, ante la sorpresa de todo el equipo, volvió a aparecer por alli. 



Otra de las grandes estrellas que han pasado por nuestra ciudad fue George Clooney. Nada menos que once días estuvo el actor rodando la fallida ‘Tomorrowland’ en la Ciudad de las Ciencias. Clooney se alojó en el hotel Westin y nueve de las diez noches cenó en Komori, el restaurante japonés de la familia Honrubia y el grupo Kabuki ubicado en el hotel. Poco ha trascendido de aquellas cenas. La discreción es un signo de distinción entre los buenos hosteleros. Casi tres años después de su estancia, Nacho Honrubia desvela algún detalle. La mayoría de noches, el actor llegaba tan tarde de rodar que cenaba dentro de la cocina o a veces en la barra cuando ya no había nadie. También lo hizo en un pequeño reservado que había antes desde donde Clooney podía entrar sin ser visto.  "Todas las noches repitió un mismo plato, el tataki de bonito con verduras escabechadas y alcachofas. El resto, iba variando. Pero ese plato le gustaba mucho. A veces bebía vino Barolo, otras sake",  explica Nacho. ¿Cómo es George Clooney en las distancias cortas? "Es muy majo. Muy bromista, estaba todo el rato gastando bromas, tanto que llegaba a veces a cansar un poco", cuenta entre risas el propietario.  No hay ningún documento gráfico de su paso por allí. La razón tiene nombre de mujer: Amal Alamuddin o Amal Clooney. La actual esposa del también director y guionista le acompañó las primeras noches. Entonces empezaban los rumores de su relación, y al parecer, ella era muy celosa de su intimidad y no quiso que nadie les fotografiase. 

Otra de las noches, George Clooney cenó en uno de los restaurantes italianos más populares del Ensanche. Un local con uno de los menús diarios más imbatibles de todo el centro, 7,95 € por un primero, un segundo y un postre. El día antes de que el actor cenara, una persona se presentó en la Lambrusquería, quería una mesa grande y apartada, pero estaba todo lleno y después de media hora se marchó. Al día siguiente llamaron por teléfono pidiendo un reservado o una zona tranquila en donde no les molestasen ya que iban con una persona “muy importante”. De nuevo, la misma condición. “Si hay periodistas merodeando, nos vamos”. Sobre las ocho de la tarde apareció George Clooney. “Muy simpático, mirando todo el restaurante, fijándose en todos los cuadros y los detalles que tenemos en las paredes. Le preguntaba a Isabel, mi mujer, quien los había pintado”, explica Toni Campagnuolo, propietario del restaurante italiano. “Habló con los cocineros, estaba tranquilo y se comportó con todo el mundo con mucha normalidad. Se hizo fotos con todo el mundo. Es un gran personaje y tiene un encanto especial con hombres y mujeres, se hace querer”, añade. Toni tenía miedo que la carta de vinos no fuera suficiente para el actor, pero no puso ninguna objeción y pidió un vino de la tierra que acompañó con unos espagueti al pomodoro y un pescado ligero a la plancha, “aunque luego probó todo”, cuenta Toni. “Terminó la cena invitándonos a mi mujer y a mí a visitar su casa en Commo. Es un gran señor”, concluye el hostelero italiano.

Cuando sonó el teléfono en Casa Montaña el 25 de julio y alguien reservó una mesa a nombre de Carlos Vives, nadie pensó que sería el cantante colombiano que esa anoche actuaba en Valencia. Llegó a la antigua bodega con su mujer y sus hijos. Se sentaron en la mesa del medio del local. "Fue muy amable en todo momento", relata Emiliano García, "uno de nuestros cocineros había pedido el día libre precisamente para ir al concierto. Se lo conté y el cantante quiso que nos hiciéramos una foto para mandársela".  Fue el mismo cantante el que al terminar la comida subió las fotos a sus redes contando donde había comido. Emiliano y él hablaron de la posibilidad que el hermano del artista, un chef de un conocido restaurante de Bogotá, venga a Valencia a cocinar dentro del Valencia Culinary Meeting. 


La cantante Anastacia también comió en Valencia, pero no fue a ningún restaurante, sino que le llevaron el restaurante hasta ella. Sheila Oliver con su empresa Sheigood ya había organizado para otros artistas el asunto gastronómico.  Ella fue la encargada de buscar a un cocinero, que en esta ocasión fue Sergi Peris para dar el desayuno, almuerzo, comida, merienda, cena y resopón al equipo de 50 personas con las que viajaba Anastacia, además de a la propia cantante. En el backstage había montada una terraza con un catering y una cocina improvisada donde Peris se pasó un maratoniano día preparando todo lo que le habían exigido. "La lista era interminable y super detallada", explica.  Hemos accedido a ella y así es. Desde el número de piezas de fruta que debía haber, pasando por las marca del agua, el tamaño y si debía ser fría o natural, opciones veganas y vegetarianas, y hummus, mucho hummus. Las bailarinas y la banda que actuaban con ella tenían que tener siempre hummus. 

"Ella no comía con todo el mundo. Venía alguien, le cogía el plato y se lo llevaba a su camerino. En una ocasión tenía que hacer pescado, había elegido una pieza del atún muy especial, la parpatana de los atunes Balfegó. Los hice allí a la brasa. Cuando los probó, Anastacia salió del camerino y me abrazó. "Este es el mejor atún que me he comido en mi vida, me dijo, y luego se hizo una foto conmigo con su móvil. Nosotros teníamos prohibido hacer fotos", agrega Peris.  En otro momento que el cocinero de Meliana hacía una paella, la cantante se asomó, probó el arroz, pero no mostró nada de entusiasmo. La artista siempre recordará Valencia por el atún que comió y no por su paella, por mucho que nos duela.

Aunque cada vez son menos las super celebreties que se dejan ver por Valencia, todavía hay espacio para las sorpresas. El diseñador Valentino comió en el restaurante Panorama situado en la Marina Real cuando el estreno de 'La Traviata' donde también estuvo Mónica Belluci.  Bono, The Edge y Adam Clayton, tres de los integrantes de U2 comieron este verano en el restaurante de Steve Anderson Seu Xerea.

Seguro que alguna estrella más que no ha trascendido se nos escapa. Bajo una gorra y unas gafas de sol, es fácil esconderse, y en esta ciudad hay muchos restaurantes con reservados y un buen puñado de cocineros y camareros que deciden mantener el secreto profesional.  ¿O no? Porque hace poco me contaron lo que comió Salma Hayek cuando estuvo un par de días en Valencia, pero he prometido no desvelarlo. Yo, igual que ellos, también sé guardar un secreto.