Hoy es 4 de octubre
VALÈNCIA (EFE). Los universitarios que llevan diez días acampados en la Facultad de Filosofía de la Universitat de València en solidaridad con Palestina consideran un "orgullo" haber sido la "punta de lanza" del movimiento estudiantil en España, en el que "todos suman".
Así lo han señalado en declaraciones a EFETV Esther Monge, Alejandro Andrés y Abel, tres de los acampados que se sumaron a esta movilización internacional por "empatía" y para mostrar que las universidades y España "no son neutrales ante este conflicto".
Esther Monge, estudiante de Ciencias Políticas y miembro de Estudiants per Palestina y del movimiento de boicot, desinversión y sanciones (BDS) de País Valencià, ha señalado que esta iniciativa partió desde un doble convencimiento: "No podíamos permitir que se asesinara nunca más en nuestro nombre" y para "poner fin al genocidio palestino".
Asegura que el hecho de que esta semana se hayan sumado más universidades españolas a su causa es también una sensación "de alivio y de éxito" porque uno de sus objetivos era que, al igual que en el resto del mundo, el movimiento se iniciara en una universidad y se expandiera.
Para Alejandro Andrés, estudiante de Sociología, es un "orgullo" haber sido la "punta de lanza" de este movimiento, pero considera que no por ello son "más o menos importantes que el resto".
"Aquí todos sumamos y cualquier ayuda, tanto de las otras universidades como de nosotros hacia ellas, es bien recibida y tenemos que colaborar para conseguir nuestros objetivos", reflexiona.
"Esto nace del hartazgo por la indiferencia y equidistancia hacia la causa palestina", añade, al tiempo que lamenta que "a pesar de que se habla mucho desde las instituciones, sus posiciones son equidistantes y evitan posicionarse de forma firme".
Abel, antiguo estudiante de Historia de la UV, se sumó a la acampada en la universidad valenciana por "empatía", como el resto de sus compañeros, "y por ser conscientes de que España y nuestras universidades no son neutrales en este conflicto". "Llevamos diez días y esto sigue adelante", celebra.
Destaca asimismo el apoyo que están recibiendo de los trabajadores de la universidad, como personal de limpieza y de seguridad, así como de profesores y del resto de estudiantes, y asegura que la convivencia está siendo "muy buena".
Preguntado por las detenciones y acciones contra las acampadas universitarias en otros países, Abel reconoce que ponen "los pelos de punta" y lo que pretenden es "crear miedo para que la gente se achante".
"Yo personalmente evito ver esas imágenes por eso mismo, porque no quiero que me generen miedo, aunque a muchos compañeros lo que les hace es envalentonarlos", asegura.
A juicio de Abel, "hay que estar con todos, tanto con los compañeros de Estados Unidos como los que se están levantando ahora en Latinoamérica y en el resto de Europa, en Australia o en Japón", que están mostrando que "la gente es consciente de que no son imparciales en esto".
Los organizadores de esta protesta exigen asimismo a la universidad que "cese cualquier tipo de convenio de colaboración con instituciones académicas, culturales y empresas, ahora y en el futuro", que "reconozca al estado palestino" y se deje de "planteamientos equidistantes", un compromiso que piden sea además por escrito, añade Monge.