El exvicealcalde asegura que no se cree que le devolvieran el dinero a su mujer y que los testigos mienten porque se “iban a la calle”
VALENCIA. La declaración más esperada dentro de la parte del blanqueo de capitales en el marco de la Operación Taula no defraudó. Como buen estratega, el exvicealcalde de Valencia Alfonso Grau se sentó ante el magistrado, el fiscal y los más de 30 letrados que defienden a los 47 imputados por, presuntamente, blanquear 1.000 euros y contó una versión de los hechos que nadie esperaba.
Grau achacó a la enfermedad de su mujer, la exconcejal María José Alcón, la postura que ésta ha adoptado hasta ahora. Según Grau, no se cree que le devolvieran el dinero de la donación a su esposa, pero que ella explica que sí debido a que “no está bien”. Grau se escuda en la dolencia psicológica de Alcón para contradecirla sin tapujos.
La declaración contradice lo revelado en la grabación incluida en el sumario en la que la exconcejala del PP del Ayuntamiento de Valencia asegura en una conversación telefónica con su hijo que el PP hizo "una trampa" al darle "1.000 euros en dos billetes de 500", que califica de "dinero negro". "Y yo les tenía que hacer una transferencia legal de mi cuenta para blanquear dinero, vamos, corrupción política total", apuntó Alcón en esa conversación.
Fuentes de toda solvencia consultadas por Valencia Plaza aseguran que es una estrategia de defensa. Así, según explican estas fuentes “Grau mata dos pájaros de un tiro. Al decir que su mujer está enferma y que no la cree está diciendo que, por un lado no hubo blanqueo y, por otro, le abre la puerta a posibles reducciones de condena en la pieza principal por dichas dolencias”.
Otro de los puntos que llamó la atención de los presentes fue el dardo envenenado que Alfonso Grau lanzó a sus exasesores que se negaron a pagar. Según el exvicealcalde, sus tres asesores y la asesora de Rita Barberá sabían perfectamente que “se iban a la calle” y que, probablemente por eso decidieron contar que se realizó un presunto blanqueo de capitales dentro del grupo.
A Alfonso Grau le preguntaron directamente si él era el recaudador. El exvicealcalde aprovechó esa pregunta para apuntar hacia la cajera del PP de Valencia, Mari Carmen García-Fuster. Grau dijo que él nunca ha recaudado dinero para el partido y que la persona que manejaba el capital del grupo era García-Fuster, que es a ella a la persona que hay que preguntarle.
En referencia a una nueva cuenta bancaria del Grupo Municipal Popular, ya van tres, el que fuera mano derecha de Rita Barberá dijo no saber nada y volvió a señalar a la cajera. También negó haber contratado nunca con el grupo Trasgos durante las campañas electorales.
En este punto, fuentes conocedoras de los hechos aseguran que parece que ahora nadie sabe nada sobre las campañas electorales. García-Fuster dijo que Grau era quien se encargaba de todo, pero Grau dice que es ella. Nadie ha aclarado quién era en realidad el encargado o encargada real.
El resto de personas que declararon este viernes, entre las que se encuentran Cristóbal Grau, Beatriz Simón, Silvestre Senent o María José Pi, secretaria de García-Fuster, aseveraron que sí que realizaron el ingreso de 1.000 euros pero que nunca se les devolvió tal cantidad en billetes de 500.