VALÈNCIA. Se dice de la cerámica que es una de las artes más primitivas de la historia del arte. Desde la antropología y la arqueología sirve como guía para conocer a las diferentes sociedades, comprendiendo desde su estado económico y social hasta sus gustos particulares. Este arte, como todos, ha evolucionado enormemente con el paso del tiempo y ha dejado de ser simplemente funcional para convertirse en algo decorativo, excéntrico y ha llegado a generar piezas únicas que, más allá de servir para algo, buscan evocar a la emocionalidad.
El Centre del Carme explora este cambio del paradigma de la cerámica a través de la muestra Cosas que hacen Clac. La cerámica del arte, una exposición que podrá verse hasta el próximo 14 de septiembre en las salas 1 y 2 del museo y que explora todo tipo de disciplinas donde la cerámica aporta su granito de “barro”: desde la pintura hasta la instalación pasando, como no puede ser de otra manera, por platos, jarrones y hasta algunos azulejos.
Lo hace a través de la obra de 33 artistas entre los que se encuentran nombres como el del catalán Xisco Mensua -que falleció el pasado mes de enero- la artista cántabra Chelo Matesanz y algunos nombres valencianos como Guillermo Ros, M Reme Silvestre, Moisés Mañas y Juan Sánchez. A través de la obra de estos artistas, y gracias a la investigación del comisario José Luis Clemente, se realiza una lectura de cómo ha mutado la cerámica a lo largo de los últimos treinta años y sus relecturas actuales de la mano de nuevos ceramistas: “La cerámica está en lo cotidiano y el artista consigue nutrirse de su relación con la realidad para tomar nuevas formas”.

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- Imagen cedida por el Centre del Carme
“Nos interesa contar cómo se comprende la cerámica dentro del arte y estudiar cómo va transformándose con el paso del tiempo, hay cientos de manifestaciones diferentes según quien trabaje en cada obra”. Para ello, las salas 1 y 2 se dividen en cuatro ideas clave: los procesos de la cerámica, los hechos, las articulaciones y los “trasuntos”, que se refiere a la relectura más oscura y experimental de estas piezas.
Partiendo desde la terracota y el agua a través de formas muy simples, se va pasando a obras que tornean nuevos diálogos junto al espectador. En palabras del gerente del Consorci de Museus, Nicolás Bugeda, la muestra busca investigar a través de estas “delicadas piezas” como avanza la mirada del arte a lo largo del tiempo: “Hablamos de un medio que está cerca de romperse -lo que le da el nombre de Clac a la muestra- y que consigue atrapar la belleza a través de un montaje que ayuda a comprender cómo el arte se incorpora a la cerámica y viceversa”, ha explicado en la inauguración de la muestra.

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- Imagen cedida por el Centre del Carme
Para lograrlo apunta que ha sido crucial el apoyo de galerías valencianas como Rosa Santos, Set, Jorge López y Luis Adelantado entre otras, y que en Clac casi un tercio de artistas son valencianos, lo que demuestra “la tradición cerámica y cultura que tiene la ciudad de València”.
En la muestra el visitante puede encontrarse desde jarrones simples hasta figuras que evocan a animales o seres más parecidos a los monstruos, algo que para la artista Matesanz es un fiel reflejo de cómo los artistas han ido formando parte del mundo cerámico cada vez con menos prejuicios: “Dentro del mundo de la cerámica los artistas nos dejamos llevar más allá de las técnicas y los materiales, lo hacemos de una forma más libre que algunos ceramistas, lo que a veces da pie a estos resultados”.
Un buen reflejo de ello es la zona de Articulaciones en la que Clemente explica que se puede ver claramente como la cerámica muestra discordia con otros materiales y, a su vez, aprende a jugar con ellos: “Hay una relación muy curiosa en el modo en el que la cerámica se desarrolla con otros materiales. Es interesante ver como el gres y lo cerámico lleva a diferentes formas, usos y producciones, mientras cada artista reflexiona con estas piezas sobre su propia creación, lo hace viendo más allá de las lozas y analizando la belleza lejos de lo útil y decorativo”.

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- Imagen cedida por el Centre del Carme
Generando un diálogo plural entre arte y cerámica, Cosas que hacen Clac. La cerámica del arte aúna en un mismo recorrido 181 piezas que van desde pequeñas vasijas hasta enormes azulejos que cuentan la historia de los artistas que se liberan de los moldes antes de pasar por la “cocción”.
Sus piezas cerámicas se cuelan entre un par de videoinstalaciones que explican los procesos creativos, entre un espacio que emula un estudio de creación y entre algún lienzo. Para Clemente, este montaje tan diverso responde a un comisariado un poco más “gamberro” que habla de cómo no sentirse preso de las piezas cerámicas y su belleza mientras se aboga y reivindica por un cambio constante.

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- Imagen cedida por el Centre del Carme
Tal y como lo contempla la directora general de cultura, Pilar Tébar, este montaje tan peculiar ayuda a ver todos los vértices de un arte que siempre está en construcción: “Vemos una gran cantidad de manifestaciones diferentes de un mismo arte, hay muchísimos objetos y obras de arte cotidianos que quedan descontextualizados dentro de la muestra para hablar de cómo el arte y la cerámica se articulan de manera conjunta”.
Platos, azulejos, jarrones y taburetes se enfrentan a “churros” de cerámica, piezas que parecen inacabadas, animales terroríficos y pequeños humanos hechos de arcilla que encuentran ahora su lugar en el Centre del Carme. Pasando desde los primeros procesos de la creación cerámica hasta su total abstracción en Clac, un arte que podría estar siempre a punto de romperse parece que está más unido que nunca.
La porcelana, las telas y los plásticos se funden en la cerámica para contar historias que, si fueran vistas por un historiador o un antropólogo, definirían a una sociedad de artistas que buscaban generar todo tipo de emociones. Creadores que permiten que se genere una enorme grieta en la que el arte se cuela entre el calor, los tornos y todo tipo de herramientas.

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- Imagen cedida por el Centre del Carme