El diseño y la arquitectura fueron claves para construir la imagen externa de una cadena que simbolizó las esperanzas de la sociedad valenciana de finales de los 80
VALÈNCIA.-El 9 de octubre de 1989 dieron comienzo las emisiones de TVV. La televisión autonómica valenciana, Canal 9, echaba a andar con un Diego Braguinsky que adelantaba a aquellos primeros espectadores la programación diaria. Como telón de fondo de un plató marcado por la sobriedad, aparecía la identidad corporativa del nuevo ente. Una identidad resuelta gracias a un concurso al que se presentaron distintas agencias de publicidad, en las cuales se alojaban diseñadores gráficos como Ramón Pérez-Colomer o Paco Escobar. El primero trabajaba por aquel entonces en Delvico-Bates, agencia que finalmente se llevó el gato al agua en un concurso marcado por la premura de tiempo.
Así lo recuerda el propio diseñador valenciano: «Trabajamos a destajo durante los meses de julio a septiembre de 1989. La identidad debía presentarse antes de octubre de ese mismo año, ya que evidentemente debía estar lista junto con la nueva programación». Pérez-Colomer, junto con Escobar, formó parte del equipo que ganó la mano a Rompeolas, antigua agencia en la que trabajaba Colomer y que, como curiosidad, había realizado la identidad de la casa madre, RTVV, a cargo de profesionales como Jordi de Lama o Manolo Pérez.
Una de las condiciones marcadas en el escueto briefing de la convocatoria era que la marca apareciera integrada en un mismo bloque, de cara a facilitar su paso a la versión digital, como la mosca que aparecía en pantalla. Los colores escogidos para la marca hacían referencia evidente a la Senyera mientras que las tipografías escogidas fueron Kabel y Futura, que como bien señala el diseñador Xavi Calvo en un artículo para Valencia Plaza (13 de julio de 2015) desaparecieron en el rediseño efectuado en 2008 por la agencia Crespo Gomar. Por cierto, un restyling en el que participaron diseñadores como José Vicente Paredes, quien admite que «siempre se tuvo presente el trabajo de Escobar y Pérez-Colomer», al mismo tiempo que agradecía el respeto que ambos diseñadores mostraron hacia el trabajo desarrollado por Crespo Gomar.
Como recuerda Pérez-Colomer, las bases para el concurso «eran muy genéricas». Desde Delvico, «intentamos reforzar el aspecto identitario, de manera que la sociedad valenciana se sintiera representada con la marca. Fue un proyecto muy ilusionante, una gran oportunidad en la que también nos jugábamos el prestigio». El equipo encontró referentes en marcas de televisiones extranjeras. «No nos fijamos en las nacionales o autonómicas», admite Pérez-Colomer, «sino en cadenas como Channel 4 o CBS».
* Lea el artículo completo en el número de octubre de la revista Plaza