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Entre lo clásico y lo nuevo

Cómo Cero ha desarrollado la herencia dorada que dejó Canal +

Canal + deleitó las pantallas españolas desde los años 90 con una programación diferente a lo queofrecía la televisión en abierto. Cero, en Movistar+, ha heredado su filosofíade contenido original con el humor como base

24/06/2017 - 

VALÈNCIA. Cuando Movistar + despertó, Michael Robinson todavía estaba ahí. Básicamente esta es la premisa que ha seguido la nueva plataforma tras la muerte y resurrección de Canal +: continuar el espíritu que encumbró al canal de pago original. Tanto que parece que el incombustible Robinson les abrió la puerta cuando llegaron a Movistar con sus programas a cuestas, reclinado en un sofá de piel y con los pies apoyados en un balón de fútbol. Porque a pesar del cambio de formatos y la aparición de nuevos programas adaptados al tiempo años después, los estrenos de cine y el humor por bandera se han mantenido junto con la creación de contenido propio de calidad, programas deportivos y caras familiares que han desembarcado en nuevo puerto. Desde sus inicios, la renacida Movistar + sigue con #0 (Cero) la estela que ya marcó en su momento el mítico Canal +, y programas clásicos como Informe Robinson continúan al pie del cañón. 

Pero Movistar + no ha matado a Canal + con Cero como arma blanca, más bien lo ha hecho evolucionar. El 1 de febrero del año pasado, la plataforma que convirtió el porno codificado en marca de la casa echó el cierre para dejar hueco a una nueva versión pasada por chapa y pintura, y con ella se iban algunos de sus programas más míticos tras 26 años en emisión. Se echa de menos a Las noticias del guiñol como quien echa de menos a un hijo emancipado, una de sus mayores joyas humorísticas que no ha pasado la frontera hacia Movistar. Nació en 1995 como un informativo político en clave de humor dentro del programa Lo + Plus. La magnífica sátira de la actualidad española estaba presentada por los rostros más conocidos de la casa pero en su versión de muñeco: los primeros, Hilario Pino y Marta Reyero, para después dejar paso al guiñol del omnipresente Michael Robinson, que no se perdía una. El programa murió hace casi 10 años dejando momentos tan míticos como “el gran corazón” de Pinochet, lo amiguitos que podían llegar a ser Bush y Putin, el ansia de quedar bien del Papa Benedicto XVI o la ya más que quemada gordura de Ronaldo entrevistado por María Teresa Campos (“¿el lince ibérico es de donde sale el jamón?”). Canal + fue una cadena pionera que supo tanto ver más allá de la actualidad política o económica, como retorcerla hasta hacerla tan refrescante que la realidad parecía aburrida.


Lo + Plus fue otro de los formatos más conocidos cuya sombra es más fácil de notar. Un programa de entrevistas, combinado con varias secciones de tono desenfadado que tocaba palos que abarcaban desde la cultura a la política. Aguantó en pantalla durante una década contando con su propio zapping, con Joaquín Reyes en su última etapa de 2005 y con invitados de la talla de Penélope Cruz, Hugh Grant o Bon Jovi. En cuanto al deporte, destacaba El día después con una visión diferente de los partidos de fútbol capitaneado por, claro, Michael Robinson. Lo que el ojo no ve era una de sus secciones estrella. Como si se tratara de un voyeur de las gradas, la cámara interceptaba los momentos más curiosos del partido indagando entre las pancartas del público, los bocadillos de chóped o los disfraces más ridículos del campo. 

Canal + contaba con algunos de los programas de producción propia más interesantes y que han logrado llevarla etiqueta de “míticos”. Pero además, series como Friends, las primeras emisiones de El club de la comedia o la retransmisión de partidos de la NBA o la Fórmula1 embelesaron a una audiencia a la que ya ni le hacía falta el porno codificado para ser feliz.

Regeneración en Movistar

¿Qué representa el paso a Movistar +? Su cadena, Cero, sigue con la filosofía de Canal +: programas de producción propia para ofrecer al espectador contenidos que no puede disfrutaren la televisión en abierto. Lo más a destacar son sus programas de temáticas diferentes, que salen del “cine y deporte” y que cuentan con presentadores cercanos al público, de referencia y con nombre propio. Navegando por su parrilla de contenido personalizado, se puede apreciar una apuesta clara por los programas de entretenimiento que le dan una vuelta de tuerca a los formatos clásicos. Una muestra de esto es que algunos de ellos (Loco Mundo, Late Motiv) no temen bailar sobre la línea imaginaria de los límites del humor.


Late Motiv es uno de los platos fuertes del canal. Con su decorado a lo Jimmy Fallon y con Berto Romero, Silvia Abril o David Broncano como escuderos, el late night conducido por Andreu Buenafuente supuso la primera gran apuesta de Cero por el entretenimiento propio. Cuenta con un humor marca de la casa que arrastra de sus anteriores versiones en otras cadenas y lo salpica con una comedia más negra o que roza una incomodidad deliciosa. En la misma línea pero con un formato mucho más escueto, Loco Mundo, a manos de David Broncano, repasa las rarezas humanas en una suerte de informativo satírico que trocea la realidad. Un tipo de humor que entra sin anestesia también del brazo del ejército que acompaña a Broncano, entre los que se encuentran cómicos de primer nivel como Raúl Cimas, Que qué o Paco Calavera.


Hay también lugar para los más clásicos de la desaparecida plataforma de pago. El genial Ilustres ignorantes de Javier Coronas, Javier Cansado y Pepe Colubi empezó en 2008 a emitirse en Canal + y se ha reenganchado al renacimiento de Movistar+. En deporte, El día después o Informe Robinson siguen los programas originales creados para la anterior plataforma. Entre su contenido, además, Cero sigue contando con perlas de carácter informativo pero con esa chispa que siempre regala hacer las cosas con un punto de vista diferente: las historias de Diario Vice, lo macabro al descubierto de Tabú o el distendido Cero en Historia dirigido por Joaquín Reyes. Todos ellos son nuevos formatos que siguen enriqueciendo la apuesta clásica del canal por la actualidad diferenciada que ya ofrecía Canal +, pero con un paso más allá. 

Con sus programas, Cero mantiene la esencia del Canal + primigenio pero también lo eleva a un nivel en el que deja atrás la apariencia de “versión beta”. Sí, hemos perdido maravillas como los guiñoles, pero una televisión a la carta con un contenido tan pulido es una compensación de las grandes

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