Soy hijo de familia trabajadora. Soy uno de esos niños que crecieron viendo a sus padres levantar a diario la persiana de un pequeño comercio. Soy hijo orgulloso de una de esas miles de familias valencianas que trabajaban sin descanso para alcanzar el sueño de un futuro mejor para sus hijos. Soy un adulto orgulloso de haber crecido con la conciencia de ser parte de la clase trabajadora. Hoy, también, soy un padre orgulloso de pelear sin tregua para legar una sociedad más justa a mi hija y mi hijo... Y alcalde con una clara ‘vocación de clase’ encaminada a ayudar a mejorar la vida de trabajadoras y trabajadores.
Somos muchos los que sentimos este orgullo de clase imposible de olvidar. Muy especialmente este último año. Un año en el que las trabajadoras y trabajadores han dado lo mejor de sí mismos para que nuestro país pudiera seguir adelante, para que cuando tuvimos que parar para salvar vidas, todas y todos pudiéramos tener a nuestro alcance algo tan básico como productos de alimentación, atención médica o asistencia social. Y no podemos, ni debemos, olvidarlo. Porque ha sido esa clase trabajadora la que nos ha mantenido en pie. Todo un tejido productivo y de servicios públicos al que siempre -pero este año de pandemia más que nunca- debemos poner en valor.
Hace apenas unos días conmemorábamos el 1 de Mayo, el Día Internacional del Trabajo. Una jornada de lucha y reivindicación, pero también este 2021 desde el PSOE hemos querido rendir homenaje a todos esas esas trabajadoras y trabajadores que llevan más de un año haciendo posible con su esfuerzo que podamos seguir adelante. Un sincero homenaje a todos esos trabajadores esenciales para nuestra vida: a todas las personas que llevan más de un año peleando para mantener en pie su comercio, a los servidores públicos de áreas tan diversas como la sanidad, la limpieza, los cuidados, la seguridad, la docencia... Un homenaje a la lucha de una sociedad trabajadora para frenar al virus.
Ha sido un año duro; personal y económicamente. Laboralmente durísimo para miles de trabajadores. La Organización Internacional del Trabajo estima que el impacto sobre el empleo de la crisis sanitaria ha sido cuatro veces mayor que la crisis de 2009. Y ante esa realidad no había otro camino posible que la protección social y laboral. Así lo entendió el Gobierno de España con el impulso del ‘escudo social’.
Y esto es importante recordarlo cada día porque todavía pagamos las consecuencias de las recetas neoliberales aplicadas por el PP en la crisis económica. Aquellas reformas cercenaron derechos laborales, aplicaron la austeridad frente a la necesaria protección de las familias y precarizaron nuestro mercado laboral. Frente a aquellas recetas injustas e insolidarias con los trabajadores: inversión social y protección de empleo. Frente al neoliberalismo, progresismo.
En esta crisis sanitaria y social las políticas del Gobierno de Pedro Sánchez han apostado sin dudarlo por la protección del empleo y las rentas de las familias. Porque no podemos permitir que nadie se quede atrás en esta crisis. Y los ERTE son una muestra clara de ese escudo impulsado por el Gobierno. Una apuesta que en la Comunitat Valenciana ha supuesto una inversión social de más de 1.000 millones. Solo el pasado mes de enero más de 80.600 valencianas y valencianos percibieron una prestación social por estar acogidos a un ERTE.
Y si importante ha sido el reto de proteger el empleo, fundamental será sentar las bases de una recuperación económica justa: centrada en las personas, en el empleo de calidad, en poner fin de una vez a los ‘trabajadores pobres’, en la reconversión de nuestro modelo productivo hacia un modelo sostenible y digital. Ese será el gran reto de nuestro modelo económico y laboral, un reto que afrontamos desde la oportunidad que brindan a España los fondos Next Generation EU y que se materializa a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.
Afrontamos el enorme reto de reconstruir nuestra economía, de transformar nuestro modelo productivo, de reforzar los servicios públicos y de impulsar los cambios necesarios en la legislación laboral para acabar de una vez con la precarización, para poner en valor todos los empleos que la pandemia nos ha mostrado como más esenciales que nunca. Afrontamos también el reto de derogar los aspectos más lesivos de la reforma laboral del PP. Son los retos que afronta el PSOE desde el Gobierno de España. Y son también nuestros compromisos con los trabajadores y trabajadoras. Porque nacimos hace 142 años para lograr la emancipación de los trabajadores, y hoy seguimos trabajando para que esa emancipación se materialice con empleos dignos, igualitarios, de calidad y de futuro.