VALENCIA. De la joyería a la automoción pasando por la relojería y la construcción. Este es el peculiar periplo empresarial de Guillermo Vives, presidente del proveedor de Ford KH Vives que la pasada semana fue galardonado con la Q1 a la calidad y la excelencia que otorga la enseña del óvalo. Todo un reconocimiento a la larga trayectoria del polifacético empresario.
Vives comenzó en los negocios como representante de la firma Reloj Diamant. Fue comercial de relojes durante tres años desplazado en Aragón y La Rioja, y en el transcurso de este tiempo decidió iniciar su andadura por separado. Impulsó la marca propia Gemma que vendía a otras empresas distribuidoras. "Vendimos los primeros relojes digitales de España", recuerda.
"Cuando la relojería no daba más de sí", decidió dar el saltó a la joyería, "que permitía una mayor facturación y un mejor margen". A partir de ese momento dejó de distribuir sus productos a través de terceros y se dedicó a implantar tiendas. Tuvo hasta cinco establecimientos junto a un socio del que se separó en 1991. Se quedaría con dos de ellos, que juntos conformaron lo que es hoy la conocida La Taula de l'Or de la antigua Avenida del Oeste -hoy Barón de Càrcer- que posee actualmente al 50%.
También hizo sus pinitos en la construcción, "pero como inversionista", subraya. Compró varios inmuebles en Guillem de Castro, terrenos en Náquera o Bétera, naves, un edificio en Oliva... Como es sabido, el negocio inmobiliario se estancó a partir de 2007. Por suerte, no era, ni mucho menos, la principal actividad de Guillermo Vives.
En 2001 se había incorporado a KH. Su entrada en la empresa también fue peculiar. La conoció al realizar una auditoría que le encargaron sobre el estado de la sociedad. "Perdía dinero", recuerda. "Había que ampliar capital, así que entré con un 25%", relata.
Al principio ejerció de contable, pero sólo ocho meses más tarde el director le pidió que asumiera la gerencia. Lo hizo, y fue ahí cuando verdaderamente se adentró en el mundo industrial que hoy en día supone su principal actividad empresarial. "Decidí que había que hacer una inversión importante para crecer, y fui yo quien más aportó", cuenta.
La empresa estaba de alquiler y Vives decidió aprovechar un plan del Impiva para adquirir un terreno y edificar una nave más grande: "Todo era avalado. Arriesgué todo mi patrimonio. El resto no quiso, y fui adquiriendo uno a uno las participaciones hasta quedar, en 2003, como único propietario".
El primer contrato para trabajar directamente para Ford llegó entre 2004 y 2005 -antes lo habían hecho a través de terceros-. De la fabricación de vidrios -la actividad inicial- pasaron a responsabilizarse de lanzamientos, ingeniería, suavizados... Una de sus actividades más reconocidas, por los avances aportados al proceso productivo, es la fabricación de las varillas que conforman la estructura metálica de los asientos de los coches.
Actualmente cuenta con una plantilla de 400 personas que trabajan en tres turnos y ha cerrado 2015 con una facturación de 20 millones de euros -muy por encima de los 5 que ingresaba hace sólo siete años-. Para 2016, la empresa espera incrementar su volumen de negocio un 15%. Actualmente la empresa suministra a Ford más de 20.000 componentes diarios de más de 500 referencias.
Tras años de intenso trabajo, la pasada semana KH Vives recibió de la mano de Luc Nolf, Site Commodity Manager de Ford Motor Company, la placa y la bandera del sello Q1 de la compañía del óvalo que simboliza "el compromiso de la compañía con la calidad y la excelencia tanto en los procesos como en la producción".