VALÈNCIA. La noticia de la semana -en el ámbito cultural- ha sido, si lugar a dudas, la apertura del nuevo Caixaforum València. El proyecto cultural de la Fundación la Caixa ha abierto sus puertas por fin al público, desvelando el contenido -arquitectónico y artístico- en el que llevan trabajando años, una auténtica revolución en la Ciutat de les Arts i les Ciències que ha supuesto una nueva oportunidad para el Ágora de Santiago Calatrava. Y es que la historia de este icono es más que compleja. Tras la construcción del Hemisfèric o el Palau de Les Arts, el proyecto valenciano buscaba un broche de oro que encontró en el Ágora, aunque en última instancia no resultó en el soñado. Por varias razones, pero la primera porque el resultado no corresponde con el proyecto inicialmente presentado, que incluía la construcción de tres rascacielos.
Concebido como una gran plaza pública multifuncional y un espacio para el encuentro, defendía el entonces President de la Generalitat, Francisco Camps, fue en 2006 cuando el gobierno autonómico adjudicó la construcción del Ágora a una UTE formada por Lubasa, Cyes y Rover Alcisa. Pocos meses después Camps y Rita Barberá, entonces alcaldesa, ponían la primera piedra, aunque ya con una modificación del presupuesto, que pasaba de 41 millones de euros -sin contar los honorarios del despacho de Calatrava- a 60 millones. El compromiso, además, era que estuviera lista para la Copa América de 2007. Pero no fue así ni una cosa ni la otra. Finalmente el coste ascendió a casi 100 millones de euros, el doble de lo inicialmente previsto, y el espacio no llegó para la copa de vela, siendo su primer acto público en 2009.
Desde entonces su recorrido se puede contar a través de imágenes, un breve repaso gráfico para entender la historia gran icono de Calatrava.
Una inauguración parcial
Octubre de 2009
Hacía tres años que se había puesto la primera piedra y dos desde la soñada inauguración que nunca llegó. Con todo, en 2009 el Ágora abría por primera vez sus puertas al público para acoger el Open 500 de tenis. En el acto participó Camps y Barberá, de la mano de los deportistas Juan Carlos Ferrero y David Ferrer, una apertura en la que no era oro todo lo que relucía. Y es que se trataba de un edificio "provisionalmente finalizado”, apuntaban entonces sus impulsores, pues las obras no habían acabado -y tardarían años en hacerlo-, una inauguración a medio gas y forzada a la que pronto le llegarían sorpresas…
2009-2015
El estallido de una de las puertas o las filtraciones de agua en el nuevo edificio copaban la lista de problemas a los que se añadía uno especialmente doloroso, el abandono de las lamas de la cubierta -en un primer momento se preveía un mecanismo que permitiera la apertura superior del edificio que nunca se llegó a ejecutar- en un solar, un mecanismo desechado del proyecto final pero con un coste de 13 millones. Y es que el espacio, que ya por aquel entonces acogía eventos como la Campus Party, varios conciertos o eventos navideños, seguía sin estar terminado.
València Fashion Week
Septiembre de 2013
La Copa de España de Freestyle, un torneo de pádel o varias fiestas de Nochevieja se sumaron a la rocambolesca programación que acogió el edificio durante sus primeros años de vida, una programación a la que también se sumó la València Fashion Week, que tras quince años de aventura acabó diciendo adiós por la puerta de atrás, reducida a una pasarela sin nombres de relevancia y sin apenas inversión para llevarla a cabo.
Mayo de 2014
Una de las fotografías inolvidables del Ágora es la del mitín del Partido Popular en 2014, que reunió a Rita Barberá, Alfonso Rus, Esteban González Pons, Miguel Arias Cañete, Mariano Rajoy o Alberto Fabra, quien se despidió con un impetuoso: “¡Vamos a ganar!”. La primera plana del partido se reunía bajo el techo blanquecino del Ágora, una imagen alejada de esa plaza de toros a la que acostumbraban antaño, y que acabó en bronca con el PSOE por el precio del alquiler.
Año 2017
2017 fue un año clave para entender el futuro del Ágora. Dos años antes cambiaban las caras en el gobierno autonómico, ahora con el socialista Ximo Puig al frente, pero el problema seguía encima de la mesa: ¿qué hacemos con el Ágora? El espacio, entonces adjudicado a Avanqua junto con la gestión del Oceanogràfic, seguía sin estar terminado y acarreando problemas estructurales que necesitaban ser solventados. La salida llegó por una doble vía: por un lado, el anuncio de la inminente la finalización de las obras -casi una década después de lo previsto-; y, por otro, la desvinculación de Avanqua y la firma del convenio, en el mes de marzo, con la Fundación La Caixa para el impulso el futuro Caixaforum València en el Ágora. Empezaba entonces una nueva etapa en el gigante de Calatrava.
Febrero de 2018
Habemus proyecto. Fue en febrero de 2018 cuando se desvelaron las líneas que guiarían el proyecto arquitectónico del Caixaforum València, tras resultar vencedor el arquitecto Enric Ruiz-Geli, del estudio Cloud 9, en el concurso restringido de arquitectos impulsado por la fundación. La maqueta, aunque sin mucho detalle, ya dejaba ver algunos de los volúmenes que años más tarde se harían realidad.
Octubre de 2020
Fue en marzo de 2020 que entraron los primeros operarios en el Ágora de Calatrava, para comenzar a construir un sueño que pocos días después de vería truncado. El confinamiento a causa de la pandemia obligaba a bajar la persiana de todos los espacios culturales –y del mundo- y, con ello, las obras quedaron en pausa. Pero por poco tiempo. En mayo, con la situación sanitaria más controlada y los primeros levantamientos de restricciones volvió la actividad al espacio, unas obras que poco a poco fueron desvelando las nuevas formas que irrumpieron en el gigante blanco de la Ciutat de les Arts, unos materiales y colores más cálidos que ya en los primeros meses de trabajo dejaban ver lo que dos años después sería una realidad palpable.
Abril de 2021
Tras meses de incertidumbre en torno al contenido del Caixaforum, la fundación ‘asomó la patita’ desvelando dos de las intervenciones artísticas que marcarían la identidad del proyecto, para lo que se aliaron con dos de las principales creadoras valencianas contemporáneas: Inma Femenía y Anna Talens. La primera ha diseñado una suerte de escultura inmaterial que recrea el efecto óptico del arcoíris en el interior del reciento, mientras que la segunda ha conectado uno de los lagos anexos al Ágora con la Albufera mediante un Palafit dorado. Los dibujos y maquetas han quedado atrás y hoy son una realidad.
Octubre de 2021
Tras más de un año de obras en el interior del Ágora, el proyecto comenzaba a dejar ver sus formas y, con ellas, el resultado de un ambicioso proyecto arquitectónico que ha levantado una suerte de oasis en el plena Ciutat de les Arts i les Ciències. Firmado por el arquitecto Enric Ruiz-Geli y su estudio Cloud 9, el proyecto se inspira en el mediterráneo y la naturaleza, una construcción que devuelve el color al universo Calatrava. Entre los elementos clave se encuentra el jardín vertical que cubre el restaurante, una suerte de bosque cerámica o un auditorio con una cubierta de cartón y una instalación de Frederic Amat en el techo que reivindica la protección de los bosques, a través de una suerte de estacas colgadas sobre el patio de butacas. Aunque la joya de la corona es la nube, una sala que se antoja suspendida en el aire que servirá para proyectos expositivos más centrados en el ámbito educativo y divulgativo y cuyo exterior cambia de color de acuerdo con la información que recibe del estado de los océanos.
Junio de 2022
Y por fin llegó el día. Tras dos años de trabajos y otros tantos de espera CaixaForum València ya es una realidad. Tenemos contenedor, con su nube, su jardín vertical y demás elementos, pero, ¿qué pasa con el contenido? El espacio espera recibir a miles de visitantes en sus primeros días de actividad, para los que ha propuesto un ‘menú’ doble de apertura: por un lado, Faraón. Rey de Egipto, una exposición que explora el simbolismo e ideario de la monarquía egipcia ; por otro, un viaje a la creación más contemporánea con Horizonte y límite: visiones del paisaje, un proyecto que toma como punto de partida la colección de arte contemporáneo Fundación La Caixa –aunque no únicamente-, reuniendo a nombres como Gustave Courbet, Joan Miró, Nicolas Faure, Ramón Casas o Bleda & Rosa. A partir de aquí, la historia del Ágora continúa.
La exposición 'Espejos' permite asomarse a caleidoscopios a escala humana, experimentar con la luz y hasta 'levitar'