VALÈNCIA. La sucesiva actividad inmobiliaria en el centro de València también ha tenido su reflejo en el segmento del retail. No solo se ha producido un desplazamiento en su disposición elevando la ocupación en calles que hasta ahora habían sido más secundarias en el tránsito comercial, sino que la ciudad se ha impregnado de las tendencias que en los últimos años han revolucionado el mercado como son los marketplaces o la apertura de flagships por parte de las firmas para ofrecer al consumidor una experiencia más allá de la propia compra.
Todo ello motivado, en parte, por los cambios en los hábitos de consumo, muy centrados en la venta online, y la escasez de grandes espacios comerciales en el centro de la ciudad. Además, la concentración de firmas en focos concretos del cap i casal también han supuesto un revulsivo para zonas que se han convertido en puntos comerciales de referencia. Este es el caso de la calle Ruzafa, en su tramo más próximo a Colón, y el Pasaje Doctor Serra que han resurgido al calor de la multinacional Primark cuya irrupción ha sido determinante en la configuración del retail valenciano en los últimos años.
Y es que el Pasaje Doctor Serra, donde se ubica la cadena de ropa y accesorios low cost, se ha visto reforzado con la instalación de varias firmas pasando de ser una zona lúgubre, con poco tránsito y locales vacíos a multiplicar por cuatro sus rentas. Según las estimaciones de la directora general de Olivares Consultores, Yolanda Lozano, los valores han aumentado de los 10-15 euros por metro cuadrado al mes a 35-40 euros por metro cuadrado al mes.
Además, el efecto tractor de Primark también se ha manifestado en la Plaza Aza en la que abrieron sus puertas cadenas como Domino's Pizza, Foster's Hollywood y Cañas y Tapas. También llegaron más franquicias a Paseo de Ruzafa atraídas por la cadena irlandesa como Taco Bell Burger, Burger King o Vips, así como cadenas deportivas como Nike, Sprinter, Ulanka y otras marcas locales, donde el calzado ha tomado posiciones como complemento natural a la moda 'low cost' de Primark.
El cambio de comercios en Poeta Querol también ha sido significativo. Hace tiempo que la conocida como 'milla de oro' de la ciudad ya no brilla como antaño cuando se erigió como la calle con las grandes firmas internacionales de lujo. Fue a partir de 2006 cuando llego a concentrar insignias como MontBlac, Ermenegildo Zegna, Tommy Hilfiger, Roberto Cavalli o Bvlgari que poco a poco han ido cerrando ante la ausencia de tránsito. Un declive que comenzó con la cancelación de grandes eventos como la Copa América o la Fórmula 1 que provocó que el turista de alto poder adquisitivo y con mayor gasto dejara de visitar el cap i casal. Fue entonces cuando bajaron las ventas y muchas marcas decidieron colgar el cartel de cerrado. Otras, en cambio, siguen como Loewe, Louis Vuitton, Lladró o la joyería Duran.
Pero poco a poco algunos de estos bajos que quedaron vacíos vuelven a abrir con nuevos inquilinos. Eso sí, se trata de firmas con un carácter más local y establecimientos de restauración. Incluso, aterrizaba hace tan solo unas semanas el fabricante de automóviles Skoda, una apertura totalmente distinta al resto de firmas que ocupan actualmente esta vía.
"València es una ciudad que no tiene un mercado de lujo y alto standing muy generalizado. Su segmento está muy centrado en el cliente internacional, especialmente el visitante de cruceros, pero ese margen es muy estrecho", apunta Lozano. A su juicio, el futuro de este enclave de la ciudad pasa por la proliferación de restauración, de locales singulares con un cuidado interiorismo y que ofrezcan una oferta gastronómica diferente a la que hay en la ciudad.
La última firma que se despidió de Poeta Querol fue la francesa Zadig & Voltaire que se ha trasladado a la calle Sorní paralela a Jorge Juan que se ha convertido en el nuevo eje prime de la ciudad acaparando el interés de las firmas más premium a la hora de buscar un local. No es de extrañar que en los últimos años hayan desembarcado en esta vía Purificación García, Bimba y Lola, Javier Simorra, COS o Maje. Incluso Decathlon abría su primera 'city store' en la ciudad. Unos movimientos que han provocado que el primer tramo de esta calle, desde Colón hasta Cirilo Amorós, se encuentre ocupado al 100% lo que ha llevado a que poco a poco las firmas también se decanten por el último trecho de esta vía, es decir, la que sale a Gran Vía Marqués del Turia, aprovechando el tránsito. En esta zona ya se encuentran firmas como Dolores Promesas, Silbon o Bimani a la espera de conocer a los conocer a los nuevos operadores de la Galería Jorge Juan.
Históricamente la principal arteria comercial del cap i casal ha sido Colón junto a la calle Don Juan de Austria que se nutría de los comercios del Boulevar, que lleva unos meses con la persiana bajada a la espera de convertirse en la flagship del buque insignia del grupo Inditex: Zara. En cualquier caso, ambas se mantienen como puntos principales del high street de la ciudad, aunque con un perfil de comprador diferente al de Jorge Juan, también por las firmas que ocupan un espacio en esta vía. Mientras Colón concentra las principales marcas del grupo que preside Amancio Ortega, H&M, cadenas de ropa deportiva o El Corte Inglés con un consumo más frenético y de tránsito, en Jorge Juan destacan las boutiques y es una zona más de destino: el consumidor acude allí no de paso, sino a comprar, según señala Lozano. El ticket medio es de 200 euros.
Aunque muchas de las grandes firmas prefieren mantener sus corners en grandes superficies que abrir establecimientos propios, la directora general de Olivares Consultores considera que podría vivirse en los próximos años un arrastre de algunas de las insignias más internacionales que perduran por la ciudad hacía Pascual y Genís, San Vicente o la Plaza del Ayuntamiento erigiendo un nuevo foco más prime en València en donde ya se ubican firmas como Max Mara.
En cuanto a las rentas, las zonas del high street siguen siendo las más elevadas. Esto es las calles Colón, Don Juan de Austria o Plaza del Ayuntamiento con valores que alcanzan los 100 euros por metro cuadrado al mes mientras que vías adyacentes a estos focos se sitúan en valores que oscilan entre los 20-35 euros por metro cuadrado al mes. En cambio, comercios más de barrio se establecen en una franja entre los 10-15 euros por metro cuadrado al mes. Aunque existen excepciones. Y es que en algunos puntos estratégicos de la ciudad, como alguna de sus principales arterias comerciales, se han llegado a cerrar operaciones de locales bien posicionados y con una morfología muy determinada por 200 euros por metro cuadrado al mes.
Uno de los fenómenos que más fuerza han tomado en el segmento del retail son los marketplaces, una tendencia que ya ha cristalizado en la ciudad con diferentes modelos: en la calle Cirilo Amorós está Place; en Isabel La Católica abrió hace años Poppyns o el mercado de Tapineria, un espacio ecléctico que por temporadas va aglutinando firmas de diferentes sectores. Esta tendencia obedece a la necesidad que tienen pequeñas firmas de repartir gastos y minimizar los costes sin renunciar a abrir en zonas 'prime' de las ciudades.
Pero, además, cada vez se busca competir de una manera diferente y, por tanto, los operadores buscan dotar sus establecimientos de experiencias, olor, música para contribuir a que todo lo que envuelve la compra sea agradable. Ahí se explica la proliferación de flagships, tiendas insignia de las compañías, que buscan generar una sensación diferente en el comprador. Para ello, utilizan la estrategia de utilizar imponentes rótulos que fidelicen al cliente no solo en la venta ofline, sino también para beneficiarse a través del ecommerce y la figura del personal assistant.