Desayuno de Valencia Plaza y Valencia Activa sobre 'VLC Tech City' (Fotos: EVA MÁÑEZ)
Desayuno de Valencia Plaza y Valencia Activa sobre 'VLC Tech City' (Fotos: EVA MÁÑEZ)
Desayuno de Valencia Plaza y Valencia Activa sobre 'VLC Tech City' (Fotos: EVA MÁÑEZ)
VALÉNCIA. La ciudad de València quiere posicionarse internacionalmente como ecosistema startup. Aunque no es una pretensión nueva y se trata de un escenario hacia el que se lleva caminando desde hace medio lustro desde la iniciativa privada en esta ocasión ha conseguido un aliado clave para empujar, el Ayuntamiento de València, a través de la figura de la concejala de Emprendimiento, Sandra Gómez.
Gómez anunció en un desayuno organizado por Valencia Plaza junto con València Activa en el Hotel Valencia Palace que el nuevo subdirector de Emprendimiento de València Activa, Javier Mateo, tiene el encargo de traer a la ciudad algún evento relacionado con el sector para conseguir ponerla en el mapa de las startups, como hizo Lisboa con el Websummit -cuyos organizadores visitaron la ciudad recientemente-. Una tarea que comenzó en el 4YFN, celebrado en el marco del Mobile World Congress en Barcelona la pasada semana y que seguirá reforzándose con el Startup Sesame Summit, que congregará en València a los organizadores de los mayores eventos tecnológicos de Europa.
Al encuentro, bajo el título ‘València Tech City: nuevos retos, nuevas oportunidades’, acudieron Javier Mateo, subdirector de Emprendimiento de Valéncia Activa, Raúl Martin, asistieron el presidente de la Asociación Valenciana de Startups, Ana Carrau, CEO de Upbeat Modus y Roberta Lo Porto, organizadora de Women Tech Makers.
También estuvieron presentes miembros de algunas las aceleradoras más importantes de la ciudad como Paloma Mas, startup relationship manager de Plug and Play, Margarita Albors, fundadora de Socialnest, Enrique Penichet, fundador de Business Booster, Marta Nogueras, directora de Proyectos de Garaje de Lanzadera, y Virginia Sánchez, directora de proyectos de en València de Demium Startups.
A éstos se sumaron fundadores de compañías referentes en el ecosistema emprendedor valenciano como Ángela Pérez, CEO de Imegen, Javier Megias, CEO de Startupxplore, Juan Luis Hortelano, cofundador de Blinkfire e Iker Marcaide, fundador de La Pinada e impulsores de vehículos de inversión como Jaime Esteban, vicepresidente de Big Ban Angels.
"La mejor política que puedes hacer para que te conozcan internacionalmente es traerte un evento relacionado con tecnología y emprendimiento", reforzaba el CEO de Startupxplore, Javier Megias, mientras que el fundador de Business Booster, Enrique Penichet, recordaba que el Mobile World Congress fue lo que posicionó a Barcelona en el ecosistema startup europeo.
Ana Carrau, CEO de Upbeat Modus, también destacaba la importancia de intentar poner en valor los que ya existen en la ciudad, como Women Tech Makers, perteneciente a un circuito de Google. "Queremos traer a gente internacional para no solo inspirar a los de aquí con gente de fuera, sino de mostrar la ciudad al exterior". No obstante, todos estaban de acuerdo en que el evento debe tener una dimensión adecuada a la ciudad y no sobrepasar lo que se puede asumir.
¿Es València una ciudad tecnológica? "Progresa adecuadamente. Somos todos muy críticos pero si miramos hacia atrás, hace seis años, la evolución ha sido fabulosa sabiendo que todavía nos queda mucho recorrido. Empieza a sonar València como ciudad en la que está pasando algo", señalaba Jaime Esteban, de Big Ban Angels mientras que Raúl Martín, presidente de la Asociación València de Startups, tiene claro que la ciudad cuenta con las condiciones para serlo, pero hay que trabajar para llegar a ese punto.
Megias señalaba la situación actual es una oportunidad. "Somos un 15% del ecosistema startup español. Creo que hemos hecho un trabajo como ciudad especialmente bueno y de forma orgánica, que es lo más bonito, creando compañías". Con esa fase superada, ahora es necesario dar el siguiente paso. "Hay que dejar de ser creadores de startups para convertir las que ya existen en scale ups, compañías que generen crecimiento, empleo e impacto económico", apuntaba el fundador de Startupxplore.
Enrique Penichet, destacaba que la realidad de la que se partía en Valencia no era la misma que la de Madrid o Barcelona. "Partimos en desventaja. Hay una guerra fría a nivel mundial para liderar esta revolución robótica y digital y vemos las apuestas desde el Gobierno de Reino Unido o desde Lisboa", recordaba. "A València no nos apoyan a nivel central en muchas cosas y quizás, por ser la tercera ciudad del país, tampoco contamos con las sedes de los corporates que tan importantes son para que las startups se desarrollen y se conviertan en su clientes. Aún así hemos conseguido salir en Europa como emerging hub".
¿Y por qué València? "Muchos nos han preguntado por qué Plug and Play vino de Silicon Valley a València. Pero haciendo un poco de reflexión, ahora que nos estamos expandiendo más a nivel europeo, decimos que los valencianos y València siempre hemos sido una ciudad muy empresaria y muy emprendedora. De aquí han salido grandes empresas y tenemos grandes cifras como las del Puerto de València, primero de España y quinto a nivel mundial", señalaba Paloma Mas, startup relationship manager de la aceleradora.
"Hay que coger ese espíritu y de ahí resurgir a nivel tecnológico. Que lleguemos a ser una ciudad tecnológica nos puede costar un poco más, pero partimos de una muy buena base y lo que tenemos que hacer es digitalizar València", destacaba. Juan Luis Hortelano, de Blinkfire, reconocía el buen trabajo que se ha hecho en la ciudad en los últimos seis. "Estamos posicionados en España, pero fuera no nos conoce nadie. Ni de Berlín, ni de Francia, ni de París. Tienen en la cabeza Barcelona y Madrid".
¿Por qué no hay tanta financiación en València como en Madrid o Barcelona? Penichet tiene claro que es imposible competir. "Vemos las redes de business angels en Madrid y Barcelona y la gran cantidad de capital que mueven y es evidente que nosotros nunca vamos a poder llegar ahí, por lo que debemos de buscar nuestra ventaja competitiva en otro lado".
Javier Megias recordaba que Barcelona representa un 30% del total de startups en España y recibe casi el 58% de la inversión. Madrid es alrededor del 30% y recibe alrededor del 30% y València es el 15% y solo recibe el 2%. "Al final, si comparas el tiempo que llevan trabajando estos ecosistemas es coherente. Para que una región atraiga inversión hace falta tiempo y las compañías tienen que madurar".
A pesar de la necesidad de que maduren los proyectos tienen claro que hay un problema y es la capa de business angels. "No tenemos una red de business angels para capital semilla que consiga anclar a los proyectos en la Comunitat Valenciana para que lleguen a ser atractivos para que los venture capital, para vengan a poner dinero aquí", reconocía Jaime Esteban.
"Desde Big Ban hemos predicado en el desierto y hemos conseguido tener una red de un centenar inversores pero no hemos sido capaz de atraer al inversor potente que consiga anclar aquí a las empresas. Este es uno de los desafíos que nos hemos marcado, pasar del directivo inversor al empresario que dedica parte de su patrimonio a invertir en esto".
"En València fuimos pioneros en aceleración, trajimos talento de toda España, pero como las rondas de financiación no acababan de fraguar aquí se marchaban. Si hubiéramos tenido una suficiente masa de business angels hubiese sido más fácil cuajarlos", destacaba Penichet.
Mientras, Javier Mateo señalaba las posibilidades de la colaboración público privada para reforzar esos estadios iniciales. "Hay que trabajar diferentes vehículos para afianzar esa fase inicial" mientras que Sandra Gómez apuntaba a conversaciones con el Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) para establecer líneas en capital semilla.
La Asociación Valenciana de Startups tiene la intención de consolidarse como un lobby con el fin de establecer qué puntos se deben mejorar en el entorno para consolidar el ecosistema. Pero si algo tiene claro la concejala de Emprendimiento, Sandra Gómez, es de que deben entrar en los círculos de trabajo de los empresarios tradicionales.
"Tengo la sensación de que en la ciudad hay dos sectores de emprendedores que no se interrelacionan en absoluto. Hay espacios tradicionales en València donde tenéis que estar y ser visibles porque ahí se mueve el empresariado valenciano tradicional", señalaba Gómez. "Hasta ahora yo hago de embajadora vuestra en círculos como la CEV, la Cámara de València o AVE".
Sin embargo, insistía en que deben ser ellos quienes se adentren en las asociaciones. "En general esta parte del empresariado es conservador y si no os ven parece que, esto de las startups, es como algo efímero. Ellos trabajan sobre industria, sobre cosas que ven, ¿por qué en València y en toda España se diversificó apostando por el ladrillo? Porque lo veían, porque lo tocaban. Y como a vosotros no os ven y no os tocan cuesta que apuesten por vosotros", aseguraba.
"Hay un punto que les desconecta y es que necesitan primero saber y luego quieren productos profesionalizados. Necesitan vehículos profesionales de inversión en startups en los que confíen su patrimonio en València, y no tenemos", aseguraba Jaime Esteban.
Hortelano reconocía que hay un alejamiento con las empresas valencianas. "Nadie es profeta en su tierra. A nosotros desde Blinkfire, nos ha pasado que trabajando para clubes deportivos de todo el mundo para los últimos que hemos trabajado han sido para los valencianos. Nos ha costado menos contactar con Audi que con Ford y eso no lo puedo entender", aseguraba.
"Hay que convencer al empresario valenciano de que hay oportunidades. Sentar a veces a un emprendedor con un empresario tradicional es una guerra y necesitas alguien en medio que consiga hablar de las dos maneras. En eso aquí estamos avanzando", señalaba. "Desde la Asociación Valenciana de Startups debemos hacer esa labor y ayudar a las grandes empresas que no pueden innovar. También hay mucho family office que puede invertir pero no sabe dónde".
Iker Marcaide, de La Pinada, reconocía que una apuesta que podría hacer la ciudad es convertirse en el sitio donde el sector tradicional y el digital sea donde mejor trabajan. "Innsomnia fueron los primeros que lo hicieron en València. Son puentes naturales para capitalizar las startups y a la industria tradicional la haces competitiva", destacaba.
Marta Noguera, de Lanzadera, recordaba el reciente acuerdo de la aceleradora con CBRE que se unía en la estrategia con corporates con el de Playstation. "Estamos hablando con otras empresas que tienen una carencia a la hora de afrontar retos pequeños y tienen que digitalizarse. Empresas que buscan de alguna forma quién les complemente, En esos casos la startup juega un rol perfecto".
"En la Asociación de Jóvenes Empresarios tenemos Operación Consolida, para afianzar empresas tanto tecnológicas como tradicionales. Miembros de la junta están colaborando con la cátedra empresarial de la Universitat de València, cuna de empresarios. Y con Javier Megias tenemos un programa propuesto para ayudarles a invertir. Queda mucho por hacer, pero cosas se hacen", destacaba Carrau.
"Yo represento a una empresa que ya no es una startup y conozco un tejido empresarial valenciano y una serie de familias valencianas que tienen mucho dinero y unas ganas enormes de ponerlo en hoteles y sector inmobiliario. Si tenemos un espacio donde pueden acudir, si tenemos un espacio para contar con unos casos de éxito y explicárselo, será más fácil", apuntaba Ángela Pérez de Imegen.
Si algo tienen claro todas las partes es que el espacio es clave. "Por lo que he visto fuera, en otras ciudades, el espacio es determinante. Un espacio donde los inversores puedan estar, donde pueda hacerse esa muestra de startups, es necesario el recogimiento y el foco", aseguraba el vicepresidente de Big Ban a la pregunta si es importante la concentración en un espacio como la Marina de València.
En este punto, Sandra Gómez recalcó que su voluntad es crear un "distrito de la innovación" que pase por la franja marítima de la ciudad empezando desde el Grao -con un PAI para desarrollar- y llegue hasta Vera. "También queremos apostar por los espacios públicos como La Harinera, que esperamos tener en 2019, y por qué no, recuperar Las Naves".
En este punto, la Marina de València es estratégica y se reafirma en el compromiso de que la Estación Marítima sea un espacio para startups. "El proceso se ha enquistado, porque afortunadamente ha habido concurrencia. Sin embargo esta semana no ha salido a licitación por algunas cosas que debían corregirse. Esperemos que se pueda sacar en la próxima junta".
Raúl Martín señalaba el modelo de Barcelona Tech City, donde hay empresas como Seat o Damm en el espacio. "La gente no conoce probablemente lo que hacen los emprendedores porque no tienen donde ir", lamentaba. "Nosotros tenemos un espacio, The Nest, y es increíble las cosas que pueden pasar en los espacios concretos. La gente necesita conocerse, crear confianza, y eso pasa por estar físicamente en un sitio", señalaba Margarita Albors. "En Demium he visto cómo se enriquecen unos proyectos con otros e incluso gente que se queda sola luego se vuelven a montar proyectos", destacaba Virginia Sánchez.
"Plug and Play cuando empezó en 2011 tenía en su plan estratégico hacer un pequeño Plug and Play en València. El Alinghi estaba vacío y sigue vacío y seguimos soñando en que algún día estará ocupado por algo útil", reconocía Hortelano. "No nos puede ofuscar el tema del espacio, pero es fundamental. Plug and Play en Estados Unidos tenía 450 startups, ¿por qué funcionaba? Porque un corporate iba y podía ver a 20 compañías de un sector. Aquí en Valencia vienes y tienes que hacerte siete viajes para ver a siete startups", lamentaba. "Si no conseguimos que el espacio sea la Estación Marítima tiene que ser otra cosa".
Todos los asistentes coincidieron en las dificultades de contratación de talento extranjero y la desconexión con los impulsores internacionales de proyectos. "Hemos ido a contratar gente de fuera y no puede ser que te den un mes y medio para conseguir un NIE a un empleado que viene con un precontrato y que quiere trabajar", lamentaba Hortelano, quien incidía en la falta de agilidad del sistema. "Varias veces ha estado a punto de caerse un proyecto que está generando 15 o 20 puestos de trabajo".
Un problema en el que Megias también incluía a inversores que quieren destinar 1.000 euros a una startup. "Nosotros también hemos vivido el problema con una persona que hemos fichado de Bélgica. Hemos estado un montón del tiempo para el NIE e incluso hay un tema cultural y es que la gente no quería alquilarle el piso por ser belga. Al final lo consiguió con una inmobiliaria belga", lamentaba Penichet.
"El 70% de la gente que está en mi coworking somos extranjeros. En más de un año y medio he visto más de 50 personas. Mucha gente viene aquí tres meses desde Suecia o Londres con su startup y luego se van y es una cosa que siempre me ha hecho reflexionar. Sin embargo no descubro el porqué se tienen que ir, reconocía Roberta Lo Porto, impulsora de Woman Tech Maker.
"Tengo un compañero que es sueco. Ahora se ha abierto la SL aquí en España y trabaja con una empresa de Malta. Yo creo que hay aquí mucha startup extranjera y que el ecosistema todavía no ha conseguido conocer, sobre todo porque mucha gente no habla español".
En este punto, Hortelano recalcó la necesidad de que tanto el Ayuntamiento de València como la Asociación Valenciana de Startups hicieran algo para canalizar a estos emprendedores. "No puede ser que venga alguien de Londres, esté aquí tres meses, se vuelva y que no haya nadie que le ayude con trámites".
Sandra Gómez destacó que el Ayuntamiento tiene un servicio de internacionalización donde reciben a empresas. "Yo misma hago reuniones y encuentros para explicar a las empresas la potencialidad de estar aquí y soy consciente de la burocracia que supone". Marcaide incluso propuso la realización de un programa de tres meses para traer a extranjeros que quieran trabajar desde la ciudad.
"En València hay materia prima pero queda camino por delante y hay que recorrerlo lo antes posible porque vamos a perder oportunidades", señalaba Raúl Martín. "Otras regiones de otras ciudades tanto a nivel español como europeo nos están adelantando y hay que trabajar a corto plazo para que València sea una referencia nacional e internacional".
"Tenemos que correr. La oportunidad de Barcelona es histórica, la oportunidad internacional es histórica. Pero esto es un sufflé, si no hacemos que suba a tiempo se nos puede caer. Tenemos seis meses para dar cosas concretas", insistía Megias.
"El tema de la fiscalidad para un inversor es tremendo, sobre todo por las alternativas de la financiación. Yo recuerdo tiempos donde Generalitat tenía líneas muy interesantes de coinversión que hicieron que el número de inversores privados se disparara", destacaba Jaime Esteban.
En la mesa también se propuso la posibilidad de la compra innovadora poniendo como ejemplo el modelo del País Vasco. "Creo que la compra pública innovadora es una de las mejores vías que tiene un ayuntamiento para apoyar la innovación y de financiar", destacaba la concejala de Emprendimiento. "Como Ayuntamiento, lo que os propongo es un desayuno con concejales y jefes de servicio para que le expliquéis la oportunidad que pueden tener en áreas como salud, movilidad, residuos o ciclo integral del agua".
La educación es otra de las partes clave del sistema. "Hay que hacer mucho trabajo en las bases. La pasada semana estaba en un congreso de innovación educativa y me sorprendió mucho la obsesión de los ponente con usar la tecnología en las aulas. Pocos se atrevían a decir que lo que hay que hacer es enseñar a los niños a construir la tecnología. Eso limaría la falta de talento en tecnología, el conocimiento de cultura startup", apuntaba Carrau. "Estamos desconectados con la universidad", lamentaba Megias.
"Nuestra competencia es diseñar la ciudad que queremos y vosotros estáis en el eje principal", aseguraba la concejala de Emprendimiento. "Esto es un sector que genera retorno, que genera empleo que revierte en la sociedad y es lo que estamos buscando", destacaba Raúl Martín. "Si no llegamos a convencer a nuestra propia ciudad de que esto tiene sentido, de que es un sector productivo, de que puede generar impacto, es más difícil", apuntaba Carrau.
"Esto no solo beneficia solo a la gente del sector, sino que tiene una permeabilidad hacia la ciudad culturalmente que es brutal y súper necesaria. Desde el punto de vista educativo necesitamos educar a gente para que vea retos a su alrededor y se crea capaz de resolverlos. La gente del mundo startup es muy solidaria y colaborativa".
Con todo esto, existen muchos valencianos repartidos por el mundo que hacen de embajadores y promocionan la 'marca València' como Iñaki Berenguer o Javier Cortés. También destacaban que cuando los propios impulsores de startups en València van a eventos internacionales hablan de la ciudad y explican todo el movimiento y ecosistema generado. "Cuando nosotros vamos a eventos internacionales como empresa estamos posicionando nuestro ecosistema", destacaba Iker Marcaide. Todavía quedan muchos retos por asumir pero, ¿conseguirá València posicionarse?