VALÈNCIA. Este jueves se cumplen ya veinte días desde que Alexis Marí, David de Miguel, Domingo Rojo y Alberto García abandonaron las siglas de Ciudadanos. Desde entonces, los cuatro diputados ya convertidos en no adscritos, han continuado con su labor parlamentaria, bien elaborando preguntas o incluso interviniendo en el pleno de la semana pasada. Eso sí, sin un espacio físico en el que poder desarrollar su trabajo e inventado soluciones temporales como su propio escaño.
Así, casi tres semanas después de ir dando vueltas por todo el hemiciclo, la Mesa de Les Corts acordó este martes que los ex diputados del partido naranja junto con los otros dos diputados no adscritos -Covadonga Peremarch y Miguel Domínguez- se instalen en el que fuera el anterior despacho de Enrique Soriano. Un espacio deshabitado desde que Soriano abandonó su labor como letrado de Les Corts tras ser nombrado presidente de la Corporació Valenciana de Mitjans de Comunicació (CVMC). No obstante, el remedio es temporal: en septiembre dicha dependencia tendrá de nuevo inquilino, pues ya se habrán resuelto las oposiciones para ser letrado de la Cámara.
El acuerdo al que llegó la Mesa determina que, de manera provisional "y en la medida que los diputados no adscritos Covadonga Peremarch y Miquel Domínguez están ubicados en el despacho del edificio Libertad de manera no definitiva, también se permita que provisionalmente los diputados Alexis Marí, Alberto García, Domingo Rojo y David de Miguel puedan realizar su trabajo en el despacho ubicado en la segunda planta del edificio Hemiciclo". Sin embargo, en la resolución se avisa que la "sede de les Corts hay un edificio destinado a los grupos parlamentarios -y a los diputados y diputadas- y que, por lo tanto, tiene que ser este edificio donde se ubiquen todos los grupos parlamentarios, así como los diputados y diputadas de la cámara".
El fallo llega tres semanas después de que Marí, Rojo, García y De Miguel causaran baja en el partido de Albert Rivera. Desde aquel momento, los exdiputados Cs ya intentaron que la Mesa -órgano parlamentario que debe resolver cuestiones que afectan a los diputados no adscritos, desde su participación en comisiones hasta la ubicación de sus despachos- les permitiera tener cierto margen de maniobra para continuar desempeñando funciones atribuidas a los diputados y grupos parlamentarios. Se trataba de asuntos tales como tener un representante en la Diputación Permanente, contar con un portavoz ante la Mesa y la Junta de Portavoces o poder realizar interpelaciones a los miembros del Consell. Con todo, la Mesa de la Cámara debía resolver distintos frentes abiertos y nada sencillos.
El primero que abordaron fue la cantidad de competencias que los no adscritos tendrían. Después de una Junta de Síndics, acordaron, acogiéndose a un acuerdo de 2008 -que la diputada Mireia Mollà tildó de ad hoc para un momento determinado y aplicable a una coalición, pero cuestionable para esta ocasión-, que no podrían participar en más de una comisión, no serían considerados como agrupación, ni tampoco Marí sería la voz de los cuatro.
Después de tal varapalo, llegó un segundo apenas una semana después. Tal y como fija la normativa del parlamento valenciano, es el grupo que pierde los diputados -en este caso Cs- quien debe ofrecer un espacio para que estos continúen con su trabajo como parlamentarios. Así, el partido naranja registró un escrito para poner a su disposición una salita con escasa ventilación. Incluso el resto de partidos -PSPV, Compromís y Podemos- cuestionaban en rueda de prensa tras la Junta de Portavoces de la idoneidad de ese espacio.
Así, no era hasta este miércoles, 20 días después de que los exdiputados naranjas hayan estado trasladando su despacho de un sitio valiéndose de sus mochilas, cuando la Mesa de Les Corts les trasladaba el dictamen al que habían llegado durante su encuentro en Oliva -localidad donde se reunió el órgano parlamentario este martes-. ste, no solo ofrecía una ubicación temporal, sino que implícitamente denegaba la oferta de la sala de prensa sin ventanas que su exgrupo había ofertado.
Más allá de su temporalidad hasta setiembre, la solución provisional conlleva otros problemas añadidos. Y es que, el despacho se encuentra ubicado en el edificio donde se halla el hemiciclo del parlamento valenciano, unas dependencias a las que solo pueden acceder en el mes de agosto los miembros de la Mesa y funcionarios, según el secretario segundo de la Mesa de Les Corts, Marc Pallarés (Podemos).
¿Cuál es el desenlace entonces definitivo? La patata caliente vuelve a estar de nuevo en manos de la Junta de Síndics, a pesar de que la postestad decisiva es de la Mesa como le dicta el Reglamento. No obstante, la pretensión de ésta es que los cinco grupos parlamentarios lleguen a un acuerdo para ceder un espacio del edificio de grupos a todos los diputados no adscritos, no solo a Marí, De Miguel, Rojo y García. Tal propuesta -si es que se llega a un acuerdo- deberán plantearla en la Junta de Portavoces del próximo martes y ser ratificada por la Mesa de Les Corts. No en vano, en el acuerdo sellado este martes se considera que la asignación definitiva de los diputados no adscritos con pasado naranja "tiene que estar solucionado antes del próximo 28 de julio".
Para un parlamentario, tener una ubicación fija en la Cámara no es baladí. Se da una cuestión determinante: existen programas informáticos a los que los parlamentarios tan solo pueden acceder desde un ordenador sobremesa de Les Corts. Así como también se da la circunstancia de que hay comisiones en las que se han ido registrando enmiendas durante estas semanas que los ex Ciudadanos desconocen por no tener acceso a ellas. Con lo que no pueden fijar posición al respecto en aquellas comisiones de las que ya forman parte: Marí en Justicia, Rojo en Medio Ambiente, De Miguel en Economía y García en Política Social.
Los grupos en Les Corts deberán llegar, por tanto, a un consenso como el que ya lograron a principio de la legislatura cuando se repartieron por plantas el edificio destinado para los partidos. A raíz de aquel acuerdo, Compromís se instaló en la planta baja; los socialistas en la primera; el PP en la segunda, además disponer del ático; y Ciudadanos y Podemos compartirían la tercera. Una división del espacio disponible que atendía al tamaño de cada grupo parlamentario.
Atendiendo a los metros útiles de cada planta, el PSPV disponía de las estancias más amplias. Obtuvo 391 metros para 23 diputados -lo que equivalía a 17 metros cuadrados por cada parlamentario-. La suma de la segunda planta y el ático del PP, les situó en el segundo lugar: 450 metros a distribuir entre 31 diputados, hacía una media de 14,54 metros para cada uno de ellos. Mientras, Compromís fraccionó 250 metros entre 19 diputados, Podemos 182 metros entre sus 13 parlamentarios y Ciudadanos hizo lo propio con sus 173 metros y sus 13 diputados. En los tres casos, la media aproximada resultaba a 13 metros cuadrados a disposición de cada parlamentario.
Sin embargo, actualmente, con la marcha de Peremarch, Podemos tendría 13 metros de más; el PP, 14 correspondientes a Domínguez; y Cs sumaría un total de 53 metros cuadrados de más de acuerdo a la representación parlamentaria que tenían en mayo de 2015 y sobre la que la Junta de Portavoces resolvió la ubicación de cada partido en el edificio de grupos.
Ahora bien, aunque la Mesa haya fijado en el calendario el 28 de julio como fecha límite para que PSPV, Compromís, Ciudadanos, Podemos y PP lleguen a un acuerdo y les cedan un espacio en el edificio contiguo al del hemiciclo, también es cierto que la capacidad para llegar a consensos ha sido una piedra en el zapato en esta legislatura. Para muestra: la aprobación de la ley de la nueva RTVV, el nombramiento de los consejeros de la CVMC o la renovación del Consell Jurídic Consultiu, que sigue sin acometerse precisamente por esta cuestión. La ubicación definitiva de los no adscritos sigue en el aire.