VALÈNCIA. A veces una imagen vale más que mil palabras. Y para muestra, este confidencial. Negándose a seguir los dictados de Fifth Harmony -Work from home, (Trabajar desde casa)-, los ex de Ciudadanos han encontrado el hueco que hasta ahora nadie les ha asignado en Les Corts para poder seguir trabajando en las atribuciones que la Mesa de la Cámara valenciana les concedió este lunes.
Tan sencillo como una silla y una mesa. Medio a oscuras e iluminados tan solo por la pantalla retroiluminada de sus portátiles, los diputados David de Miguel y Domingo Rojo trabajaban este viernes desde sus nuevos escaños en las iniciativas que desarrollarán en el siguiente curso político.
Hartos de llevar a cuestas el despacho en las reducidas dimensiones que tienen sus mochilas -equiparables a los bolsos de mano de Vueling-, los diputados no adscritos encontraron en el hemiciclo la solución a su problema: estar durante 15 días sin espacio en el que trabajar en un parlamento que tiene una superficie de 3.796,57 metros.
Se quedaron desubicados cuando decidieron abandonar las siglas del partido de Albert Rivera. Desde entonces han pasado dos semanas, siendo la Mesa de Les Corts la que debe decidir sobre cada cuestión que ahora les incumbe: desde su tiempo de intervención en los plenos hasta dónde se sentarán para trabajar a diario.
Sin embargo, esta última decisión se ha visto retrasada hasta en dos ocasiones. La primera fue hace una semana. En la Junta de Síndics, cada portavoz de cada grupo parlamentario debía trasladar al resto las atribuciones y participación que creía que debían tener los nuevos no adscritos para que luego la Mesa resolviera. Ciudadanos registró una solicitud firmada por sus dos portavoces adjuntos, Juan Córdoba y Mercedes Ventura, para que no se les concediera más facultades que otros diputados no adscritos no tienen.
El registro de última hora, postergaba una semana más el fallo, pues no todos los grupos conocían el escrito y debían estudiar con detenimiento qué requerían que no se les concediese con el Reglamento de la Cámara en la mano. Este lunes, el partido naranja presentaba otro documento especificando el espacio que, como obliga la normativa de Les Corts, debía cederles por ser su anterior grupo: una salita de prensa -sin ventanas- contigua al hemiciclo y que el personal contratado únicamente utiliza en los plenos y sesiones de control.
La insólita situación de que desde entonces hayan utilizado desde la biblioteca, hasta la cafetería de la Cámara para continuar con el trabajo parlamentario, acabará -si no hay más sorpresas- el próximo lunes. Pero de momento, ellos ya han buscado una solución: sus escaños. Y es que, quien no se consuela, es porque no quiere.