VALÈNCIA. Valencia es una ciudad muy vinculada al cómic. Y no solo porque aquí se celebren eventos importantes desde el punto de vista nacional e internacional, como el Salón del Cómic, sino porque en la capital del Turia existe una larga tradición de historietas, tebeos y cómics publicados originalmente en la prensa.
Durante la segunda mitad el siglo XIX, fueron famosas publicaciones como "El museo Literario", "Valencia Cómica" o "El cascarrabias", en las que los creadores e ilustradores plasmaron sus primeras historias y que pueden considerarse el primer “germen” del cómic valenciano.
De todas ellas, destaca "Viaje al País del Amor", atribuida a Salustiano Asenjo, publicada en 1864 y que es la primera historieta valenciana desde el punto de vista oficial, aunque antes hubiera otras.
Al hablar de cómic valenciano también es imprescindible hacer referencia a la famosa la publicación satírica "La Traca", nacida en 1884 y capitaneada por el periodista Vicent Miquel Carceller.
"La Traca" es toda una referencia para historietistas de todo el país. Su estilo en clave de crítica y humor, con un tono costumbrista, a imitación de los sainetes valencianos, marcó una época durante el reinado de Alfonso XIII.
También sufrió los estragos de la censura durante su segundo periodo de vida (entre 1910 y 1920), y la llegada de la dictadura de Primo de Rivera supuso su cierre temporal por su carácter “anticlerical”.
La revista "La Traca" resucitó por tercera vez en la Segunda República, editada en castellano y adoptando un tono más "erótico", siguiendo la línea de otra publicación liderada de Carceller: "La Chala". Esta última etapa de "La Traca" terminó abruptamente en 1938, con la entrada de las tropas franquistas en la ciudad.
Sin embargo, el espíritu de “La Traca” ha seguido vivo y, tras la Guerra Civil Española, fue recuperada por el suplemento satírico en valenciano de la revista fallera “Pensat i Fet”, publicado hasta los años 70. De hecho, el desarrollo del cómic valenciano está muy ligado al de las Fallas, ya que ambos reflejan el sentir de la sociedad de manera crítica y a través del humor.
Otra de las publicaciones de cómic de nuestra tierra más recordada es "Camaruc". Esta revista nació en 1984 con la premisa de difundir y normalizar el valenciano, y durante años dio a muchos autores la posibilidad de publicar sus trabajos para darse a conocer ante el gran público.
Durante años, Valencia fue el epicentro de una industria del cómic de la mano de editoriales asentadas en la ciudad como Valenciana o Maga, que se codeaban con las más importantes del género a nivel nacional, entre ellas Bruguera o TBO.
Sin embargo, lo que más llama la atención cuando indagamos en la historia del cómic valenciano es la cantidad de personajes que han nacido de la imaginación (y de los lápices) de los artistas de esta tierra.
Entre ellos, algunos tan conocidos y dispares entre sí como "El Guerrero del Antifaz", "Roberto Alcázar y Pedrín", "Marco Antonio", "Ultus el invencible" o los héroes infantiles “Mariló” o "Pumby", cuyas andanzas estaban firmadas por autores como Miguel Quesada, Arturo Rojas de la Cámara, José Sanchis, Manuel Gago o José Luis Aguilar.
La mayoría de estos cómics y tiras cómicas fueron publicados durante el Franquismo, concretamente entre los años 1950 y 1965, considerada la "época dorada del tebeo valenciano", dentro de la llamada “Escuela Valenciana”.
La segunda época más importante del cómic valenciano podemos situarla en los años 80, coincidiendo con el "boom del cómic adulto" que, con los años, derivó en la novela gráfica tal y como la conocemos hoy en día.
De esta época destacan creaciones valencianas como "Cleopatra" de Mique Beltrán o "Roco Vargas" de Daniel Torres. Fue en este momento cuando se desarrolló la una "Nueva Escuela" valenciana, con nombres de referencia como Sento LLobell, Micharmut, Zesar o Marcet.
De esta escuela también destaca el nombre de José Ortiz (aunque de origen murciano vivió en su juventud en Valencia), el autor con más historietas creadas para las revistas de terror “Vampirella” y “Creepy”, publicadas por la editorial estadounidense Warren Publishing.
Con la Nueva Escuela el cómic valenciano entró en una etapa diferente, iniciada con la creación de fanzines underground como "El Gat Pelat" (1977) y que se mantuvo durante la siguiente década.
Tras la crisis vivida por el sector en los años 90 y con la llegada del siglo XXI, el cómic valenciano vive un buen momento gracias a la presencia de autores de reconocido prestigio como Paco Roca, Salvador Larroca o Jordi Bayarri, que han llevado este género al gran público con su trabajo.
Tampoco podemos olvidarnos de ilustradoras como Enkaru, María Herreros o Cristina Durán, que confirman que el cómic valenciano tiene una larga vida por delante.