Foto de familia del Bloc en el VIIé Congrés Nacional de 2016. Foto: EVA MÁÑEZVALÈNCIA. La crisis sanitaria que vive España por la pandemia del coronavirus obligó el pasado 14 de marzo al Gobierno central a declarar el estado de alarma en todo el país. Una decisión que ha acumulado consecuencias económicas y sociales día tras día, pero que también ha afectado desde el inicio a la agenda política de los partidos, que se han visto obligados a adaptar sus procesos orgánicos al contexto actual.
En esta tesitura, Podem, por ejemplo, decidió retrasar su III Vistalegre valenciano diez días después de declararse la cuarentena. En la misma línea actuó el Bloc, que apenas horas después de que el Consejo de Ministros diera luz verde al decreto ya había tomado la determinación de aplazar la votación convocada para el posible cambio de nombre de la formación nacionalista. Una iniciativa que precedía al proceso congresual del partido que, a priori, estaba fijado para finales de junio. Según Elena López, presidenta de la Comissió Organitzadora del Congrés (COC), el aplazamiento se producía "dado el carácter asambleario del Bloc". "Es un precongreso complejo que supone la realización de muchas reuniones presenciales para debatir y deliberar democráticamente para llegar a consensos", expuso en aquel momento.
Ahora, con el proceso de desescalada en marcha y recién estrenada la fase 2 en la Comunitat Valenciana, Podem ya ha elaborado su nuevo calendario, que fija la presentación de candidaturas definitivas el próximo 5 de junio, las votaciones serán del 12 al 17 de junio de forma telemática y el 19 la proclamación de la nueva Secretaría General. El Bloc, sin embargo, analiza estos días si poner en marcha la maquinaria congresual de nuevo. Parte del dilema se centra en lo siguiente: ¿Hacer el VIII Congreso Nacional del Bloc de manera virtual o no?
Con esta disyuntiva como eje central, este jueves hay convocada una reunión por videoconferencia de la Comissió Organitzadora del Congrés (COC) cuya intención es poner sobre la mesa la posibilidad de retomar la actividad precongresual aunque sea de manera telemática como ya están realizando otros partidos como Podem. Miembros de la COC explican que todo el trabajo previo al cónclave que se debe realizar es muy amplio y la formación nacionalista debería reanudar el proceso si no quiere verlo aplazado hasta el próximo año.
De hecho, subrayan que si bien la opción de realizar el congreso antes de verano sería compleja de acometer, sí debería reanudarse al menos la actividad de manera telemática para avanzar en toda la fase previa al congreso e, incluso, si el escenario de confinamiento se prolongara, plantear la posibilidad de realizarlo de manera virtual.
Una alternativa que, sin embargo, genera disensiones en el seno del Bloc. Existe una sector de la formación nacionalista que se niega a realizar un cónclave de manera telemática, mientras otra corriente defiende la tesis de que sí es viable si éste se estructura correctamente. Una idea que comparte la propia presidenta del COC, que rehúsa la idea de que el cónclave pueda verse aplazado a 2021.
"Históricamente hemos defendido la idea de que se podían hacer cosas de forma telemática, y siempre se nos negó; sin embargo, esta situación nos ha demostrado que hemos podido tomar decisiones importantes realizando reuniones virtuales, y el partido ha seguido funcionando con cierta normalidad", exponen miembros del secretariado del Bloc. En concreto, se refieren a la decisión acordada por la Comissió de Coordinació Política del Bloc -más tarde ratificada en la Comissió de Coordinació Institucional de Compromís- de que el portavoz en el Congreso de los Diputados, Joan Baldoví, votara en contra de la prórroga del estado de alarma.
No obstante, el sector próximo a la dirección del partido actual ve complicado llevar a cabo esta pretensión si se quiere evitar la brecha digital de uso; es decir, aquella que podría producirse por cuestiones de edad. La reunión del jueves servirá para tratar de acercar posturas entre ambos criterios.
