VALENCIA. Los directivos del instituto tecnológico de Óptica, Color e Imagen de Valencia (Aido) presuntamente se embolsaron más de 280.000 euros solo en el año 2013, de los dos millones en ayudas que recibió el instituto. Aido recibió desde el año 2005 más de 32 millones de euros en subvenciones. Las técnicas para hacer dinero fácil eran siempre las mismas.
Según fuentes de la investigación consultadas por Valencia Plaza, los directivos ahora investigados incluían en las partidas de personal investigador de los diferentes proyectos subvencionados a miembros de Aido que trabajaban en administración y en informática para cobrar las subvenciones. Pero además, también “incluían colaboraciones de tan baja calidad que se sospecha que jamás se realizaron o que de haberse realizado se facturaron a un coste muy superior al precio de mercado fijado”.
Y para más inri, “en los casos que sí se ha podido comprobar que se hicieron dichas colaboraciones, las empresas que las realizaron tenían relación directa con Aido”, ya que los dueños, fundadores y gerentes eran miembros de la propia Aido.
Al parecer, algunas de las empresas implicadas, alrededor de 15, simplemente se limitaban a copiar informes de otros años o a plagiarlos de internet, otras a prestar servicios que no eran necesarios y, por último, están las empresas de las que no hay garantía que hubieran realizado los servicios, “bien porque no hay documentación que justifique dichos servicios o bien porque se cree que la documentación aportada es falsa”. Y a todo ello hay que sumar una empresa que facturó por servicios que se realizaban en la propia Aido.
Con respecto a lo que algunas de las empresas llegaron a hinchar los precios, los investigadores han podido comprobar una factura por el mantenimiento de un espectrofotómetro por el que se facturaron 3.000 euros cuando el precio real de mercado no supera los 500. Llegó a ser tan burda la trama, que algunos artículos entregados por otras empresas llevaban el logotipo de la propia Aido.
Según las investigaciones, solo en el año 2013 los directivos de Aido presuntamente defraudaron más de 30.000 euros en partidas de personal que incluían como investigadores a personas que en realidad realizaban trabajos que no tenían nada que ver con los proyectos. Al parecer, en cuanto a las partidas de personal no solo metían gente que no trabajaba en los proyectos sino que facturaban muchas más horas de las que realmente se le dedicaban a cada proyecto.
Por todo ello, los investigadores aseguran que “existía una verdadera trama para el enriquecimiento de los directivos y de las empresas afines facturando horas inexistentes para obtener más fondos, así como el falseamiento de las memorias y de los proyectos para adecuar los citados proyectos a la financiación disponible”.