VALÈNCIA. El Institut Francés de València se enfrenta, hoy viernes, a uno de los días más decisivo de su larga historia en la ciudad. Hoy finalmente concluirá el procedimiento de negociación con la plantilla y se podrá saber a cuántos trabajadores y trabajadoras son despedidos o no, y cuál es el plan del gobierno francés sobre el futuro del centro.
Las alarmas saltaron hace casi un mes, el pasado 30 de abril, cuando Culturplaza adelantó que el centro planteaba el despido colectivo de cerca de una treintena de personas de la plantilla que harían inviable cualquier funcionamiento normal de la institución. Lo hacían -según relató la plantilla- “por motivos económicos, organizativos y productivos”. Dos años antes, ante otra amenaza. de cierre, se consiguió una prórroga de dos años para demostrar el músculo y el arraigo del proyecto en la ciudad de València. Los trabajadores y trabajadoras están seguros y orgullosos de haberlo intentado y haberlo conseguido de no ser por las supuestas zancadillas que ha puesto la dirección en los últimos tiempos, alegaban en preguntas a este diario.
Siempre según la plantilla (ya que la Embajada Francesa no quiso hacer declaraciones), el plazo se dio por terminado en medio de la crisis sanitaria, que descontextualiza los datos de asistencia y actividades que de normal llenan el Instituto Francés. Por eso, las personas amenazadas de despido reclaman una prórroga de otros dos años y verdadera autonomía para no desarrollar un plan de futuro para el centro en València.
El posible cierre inminente de la institución acabaría con más de cien años de historia. Se trata de un proyecto que se inauguró en València en 1888 y desde 2001 se sitúa en la calle Moro Zeit, en el corazón de Ciutat Vella. No solo sirve como centro de idiomas francés, que da servicio a cientos de personas de diferentes edades y niveles, también cuentan con una mediateca imprescindible y dan espacio a conferencias, conciertos y otros eventos culturales. En 2006 ya se cerró la sede física de Sevilla, por lo que temen que el cierre siempre está encima de la mesa del gobierno francés. “Como prueba del dinamismo y de las expectativas culturales en lo que concierne al francés en esta región, está el número de inscripciones a los exámenes oficiales de francés, en la próxima sesión de mayo/junio, que nunca ha sido tan alto”, contraponía un comunicado contra su clausura.
¿Qué es lo que ha ocurrido desde entonces? Desde que saltó la noticia, la ola de solidaridad ha desbordado al Instituto Francés. Se han recogido casi 10.000 firmas contra el posible cierre a través de una petición en Change.org, pero además ha habido declaraciones institucionales de personas tan relevantes como Joan Ribó o partidos políticos como el PSPV y Compromís, que han intentado intercede y ser altavoz del peligro del cierre. Incluso ha mostrado su solidaridad el Ayuntamiento de la Vall d’Uixó, a través de la comunidad francófona de la ciudad castellonense.
En la primera concentración, que se convocó justo una semana de la publicación de la noticia, más de un centenar de personas de reunió a las puerta del Instituto Francés para demostrar su solidaridad. A esa concentración no faltaron personalidades e instituciones de la cultura valenciana a nivel autonómico y local. Desde entonces, todos los viernes ha habido concentración en el mismo lugar y a la misma hora. A las 20:00 a las puertas del centro. Hoy, también. Además, ha habido movimientos diplomáticos y políticos para intentar llevar el caso a Francia y aumentar la presión sobre el gobierno francés, aunque por ahora no ha habido ningún tipo de reacción oficial.
Mientras todo esto ocurría, la plantilla se ha tenido que sentar para negociar las condiciones y el futuro del centro. No se ha filtrado ni se conoce ningún detalle de este proceso, que concluirá -previsiblemente- a lo largo del día de hoy. Las especulaciones son infinitas, desde el posible cierre total, hasta ser un centro que solo haga certificaciones, y por tanto acabe con las clases y todas las actividades culturales. Y la esperanza de una moratoria, que es lo que demanda la plantilla y los amigos y amigas del Instituto Francés de València, la esperanza de que 133 años no son suficientes.