Isabel Bonig, líder regional del PPCV, y Pablo Casado, presidente nacional. Foto: EVA MÁÑEZVALÈNCIA. Todos los partidos han tenido conflictos internos a la hora de elaborar sus candidaturas a las elecciones generales y autonómicas que se celebrarán el próximo 28 de abril. Ya sea por la vía de las primarias o por la decisión de la dirección autonómica o estatal, la configuración de las listas siempre trae problemas a los partidos.
El Partido Popular de la Comunitat Valenciana que dirige Isabel Bonig no es una excepción. El plazo para la entrega del documento con los candidatos de las distintas formaciones se abría este lunes a primera hora, sin que las listas del PPCV llegaran a la Junta Electoral. El motivo es claro: las complicaciones internas en la elección de nombres que deben componer la candidatura son evidentes por diversas causas.
Una de ellas radica en el enfado de la dirección nacional que lidera Pablo Casado a causa de diversas discrepancias con la cúpula de Isabel Bonig. Ejemplo de ello es lo acaecido en Orihuela, donde la ejecutiva regional se rebeló ante la continuidad del alcalde Emilio Bascuñana e intentó impulsar a un candidato alternativo. Una maniobra que se atribuyó la exconcejal del municipio y actual secretaria general del PPCV, Eva Ortiz, número dos del partido y mano derecha de Bonig.
No ha sido la única situación de fricción, algo de lo que ha tomado buena nota la dirección nacional del PP. El enfado del entorno de Casado por estas tensiones ha conllevado que se plantee, no ya una renovación en las listas a instituciones estatales como Congreso y Senado, sino también a imponer cambios más globales en las candidaturas a Les Corts. Unas decisiones que han llevado a cabo en una parte importante del resto de los territorios sin temblarles el pulso.
Sin ir más lejos, en Baleares, el PP ha cambiado la candidata al Congreso en menos de 48 horas y también se han producido variaciones importantes en las candidaturas de Andalucía, León y Zamora (Fernández Maíllo ha pasado de liderar la lista del Congreso a la del Senado).
Así, según fuentes populares, los puntos de discrepancia se sitúan principalmente en Alicante y Valencia. Madrid no quiere que Ortiz continúe como diputada y tienen reservas con que su 'jefe', el presidente provincial José Císcar, pueda encabezar la lista. Para ese puesto suenan otros nombres que se han mostrado fieles a Casado como Adrián Ballester.
Además, Bonig tampoco está de acuerdo en que candidatos a las alcaldías como es el caso de María José Català en València capital tengan un puesto en la lista a Les Corts. Una posición esta que contrasta con la promesa realizada por Génova a la dirigente afectada, que ha defendido por activa y pasiva la importancia de que un aspirante al consistorio tenga también presencia en el Parlamento valenciano.
Pese a este escenario convulso, las fuentes del partido consultadas por este diario señalaron su "confianza" en que todo termine en un acuerdo en las próximas horas. Ahora bien, el PPCV ha faltado a su cita tradicional de situarse entre las primeras formaciones que registran sus candidaturas en la Junta Electoral, algo que sí hizo Compromís a primera hora de este miércoles día 20, a sabiendas de que el plazo termina el día 25 y que el orden de entrega cuenta para la disposición de la publicación posterior de las listas.
