VALÈNCIA. El número de habitantes que superan los 64 años de edad creció en València hasta situarse por encima de los 173.300 vecinos al término de 2022, una cifra que se ha incrementado en más de un 30% desde principios de siglo y que ya representa el 21,4% de la población empadronada en la capital de la Comunitat Valenciana. De este modo, y pese a que al aumento de los residentes totales hasta los 809.500 ha amortizado en el último año el impacto del envejecimiento en la ciudad, las personas empadronadas en edad de jubilación ya son al menos una de cada cinco en 62 de los 87 barrios que la componen, una cifra inédita hasta ahora.
Así se desprende del último informe monográfico sobre los residentes mayores de 64 años publicado esta semana por la Oficina de Estadística del Ayuntamiento de València, y en el que se evidencia cómo los vecinos de más edad han ganado relevancia en las últimas décadas en casi tres cuartas partes de la capital valenciana. Hace diez años, en cambio, la población de 65 o más años representaba al menos el 20% de los habitantes en 38 barrios, mientras que hace veinte eran solo 25 los que se encontraban en esta situación.
Como es evidente, el progresivo descenso de la natalidad y el boom de nacimientos que se produjo entre los años 50 y 70 del siglo pasado son algunos de los factores que explicarían este escenario, que se ve reforzado además por el incremento de la esperanza de vida. Aun así, el peso porcentual de los habitantes de 65 o más años podría crecer todavía más en las próximas décadas, ya que, si bien a principios de siglo las franjas de edad más numerosas se ubicaban entre los 25 y los 39 años, al término de 2022 estas habían avanzado, como era previsible, hasta situarse entre los 45 y los 59 años, cada vez más cerca de las edades propias de la jubilación.
En términos generales, el barrio con mayor proporción de mayores de 64 años es el Palmar, en los Pobles del Sud, donde casi el 30% de los vecinos superan ya esa edad. En esta zona, sin embargo, el porcentaje ya era muy alto a principios de este siglo, pero hay otras demarcaciones donde, en cambio, la edad media de los habitantes ha aumentado con mayor claridad desde entonces. Ocurre así en el barrio de Campanar, que en 2001 tenía una población en edad de jubilación que representaba el 12% del total y ahora, más de dos décadas después, ese porcentaje está por encima del 29%.
Esta situación se replica de forma similar en distintos puntos de la ciudad, y en la última década ha afectado, por ejemplo, a varios barrios de Algirós, Patraix, Jesús o Benimaclet. De este modo, en el caso de la Carrasca (Algirós), los mayores de 64 años son ya el 24,5% de los residentes, un porcentaje que hace veinte años no alcanzaba siquiera el 10% del total. Ello evidencia de forma muy clara cómo, si bien a principios de siglo las áreas más envejecidas estaban muy localizadas en el caso histórico de València y algunas pedanías, con el paso de los años esa realidad se ha ido extendiendo a muchas otras coordenadas de la ciudad.
De hecho, los barrios más céntricos y simbólicos de Ciutat Vella son algunos de los que experimentan en la actualidad un proceso inverso: la población de más edad, en lugar de ganar relevancia, está perdiendo peso en relación al total de habitantes. Este fenómeno se puede ver en el Pilar, el Mercat o la Seu, donde hace varias décadas la población más longeva suponía entre el 21% y el 25% de todos los residentes y ahora, en cambio, no alcanza en ningún caso el 20%. Ello podría estar relacionado con el saldo negativo entre las entradas y partidas de residentes que experimenta este distrito en los últimos años, que lejos de perder población, y coincidiendo con la llegada de otro tipo habitante procedente del extranjero y de perfil alto, ya ha superado en vecinos a Benimaclet.
Al mismo tiempo, otros puntos de la ciudad, como Massarrojos, también se han rejuvenecido. Hace varias décadas, en este barrio pedáneo de los Pobles del Nord más del 26% de sus poco más de 500 vecinos tenía 65 o más años, pero después de un importante proceso de desarrollo urbanístico que ha dejado distintas urbanizaciones y viviendas en la zona, de sus más de 2.500 habitantes ya solo el 16% están en edad de jubilación, a la vez que casi un 20% son menores de 16 años. Una tendencia similar puede observarse en otras demarcaciones por las que se expande ahora València, como Faitanar, en el límite sur.
Las cifras de residentes que superan los 64 años de edad alcanzan incluso porcentajes superiores al 25% del total de vecinos en trece barrios de la capital valenciana, y en varios de ellos, como Mauella (Pobles del Nord) o el Palmar (Pobles del Sud), es donde la población que tiene más de 84 años tiene un mayor peso. En concreto, en la primera de estas zonas este grupo de edades supera el 10,7% de los residentes, aunque su población total es de poco más de 55 personas. Algo similar ocurre en la segunda de ellas, otra pedanía donde el número de habitantes no llega a los 750 y la franja de edad más longeva la conforman 93 personas, un 6%.
También en los Pobles del Nord, y en concreto en Cases de Bàrcena, un 5% de la población tiene al menos 85 años, lo que confirma que esta situación se da con mayor frecuencia en las pedanías. El resto de barrios en los que al menos se llega a ese porcentaje están ya más dispersos, como son Morvedre (la Saïdia), el Calvari (Campanar), el Pla del Remei (l’Eixample) y l’Olivereta (Tres Forques).
Por otro lado, más de un cuarto de las personas mayores de 64 años que residen en València, un 27,3%, viven solos. Se trata de una proporción que ha crecido ligeramente en los últimos diez años, ya que a comienzos de 2013 se situaba en el 26,5%. Por barrios, los distritos de Ciutat Vella, los Pobles del Nord y del Sud y Extramurs concentran los mayores porcentajes de personas en edad de jubilación que no residen con ninguna otra. Algunos ejemplos que lo demuestran son el Mercat (Ciutat Vella), donde el 38% de los mayores de 64 años viven solos, el Saler (Pobles del Sud), donde el porcentaje supera el 37%, la Roqueta (Extramurs), con un 36,9% y el Carme (Ciutat Vella), donde se llega al 36%.
En cualquier caso, no existe ningún barrio de València en el que se baje del 10% de personas de 65 años o más que vivan sin compañía, y solo en tres de ellos se observa un porcentaje inferior al 20%. En este sentido, la situación es similar a la que se observaba hace una década, cuando solo en tres zonas, como son Penya-roja (Camins al Grau), el Palmar (Pobles del Sud) y Beniferri (Pobles de l’Oest) se daba esta circunstancia.