VALENCIA. Uno de los primeros episodios de tensión emocional entre padres e hijos se suele dar en la puerta de la escuela infantil el primer día de cole. Y es comprensible porque, por primera vez, los padres dejamos a nuestro hijo en manos de unos perfectos desconocidos, a la vez que el pequeño se queda en un entorno extraño que, a pesar de haber sido diseñado a la medida de sus necesidades, poco, o nada, tiene que ver con su ecosistema familiar.
Tras esa primera separación en la que los padres, con cierta preocupación, dejamos de ser los únicos responsables de la comida, el sueño, el juego o el cuidado de nuestro hijo, solemos padecer bastante durante unos días hasta que nos adaptamos a esa nueva situación. Y es que a los padres siempre se nos genera la duda de si estarán tratando a nuestro retoño con el mismo cariño y esmero con que lo hacemos nosotros.
Para que ese momento crítico resulte lo más amable posible por ambas partes, es importante decidir, con buen criterio, el centro escolar al que vamos a confiar las primeras experiencias educativas de nuestro hijo. Para ello es bueno comenzar a descartar ideas que nacen de nuestra zona de confort: “lo voy a llevar a la guardería que hay al lado de mi casa porque me resulta muy cómodo”. La comodidad, en ningún ciclo educativo, debería interferir en la formación de nuestros hijos. Por tanto, ¿Qué criterios deberíamos tener en cuenta para afrontar con seguridad esta decisión? ¿Cómo podemos averiguar de antemano si nuestro hijo va a ser feliz y va estar bien cuidado? ¿Cómo podemos asegurarnos de que va a desarrollar las destrezas psicomotoras, lingüísticas, sociales y emocionales que le permitirán estar totalmente adaptado para comenzar, en unos años, su Educación Primaria? ¿Qué va a marcar la singularidad entre un centro u otro cuando, a priori, todos “parecen” iguales?
Si profundizamos en este entorno de escuelas infantiles, observamos que hay muchos factores que van a determinar la diferencia entre un centro u otro. Y podríamos decir que en esos detalles está la clave para asegurar que esa experiencia educativa deje una huella positiva en su vida. Esos ingredientes los encontramos en Caxton College, colegio británico de Puçol que, en el año en el que celebra su 30 aniversario, ha diseñado nuevas propuestas educativas entre sus alumnos más benjamines a partir de unas pautas distintivas.
Currículum. Es muy importante que el niño se sienta cómodo en las aulas, pero si ese bienestar está guiado por unas líneas de aprendizaje que lo proyectan hacia la realidad educativa que lo acompañará durante los próximos ciclos, la propuesta cobra mayor pujanza. En este caso, y de manera novedosa, el currículum británico, con sus proyectos colaborativos, creativos, críticos y su inmersión lingüística, comienza en esta etapa preliminar.
Familia Bilingüe. Cada clase cuenta con un profesor nativo inglés que se dirige al alumno en inglés a diario. Al mismo tiempo disponen de un profesor nativo español, de tal forma que el niño se acostumbre a procesar códigos lingüísticos diferentes. Está comprobado por neurocientíficos que cuanto más pronto las personas nos iniciemos en el aprendizaje de las lenguas, más rápido nuestro cerebro se adapta al plurilingüismo.
Ratio. Las aulas actualmente son de quince alumnos con dos profesores y un ayudante. Este detalle es muy positivo puesto que en general la ratio del primer ciclo de otras escuelas infantiles es bastante mayor (hasta veinte alumnos de entre dos y tres años por aula para un solo profesor). Por ello, una proporción ajustada asegura una atención y dedicación personalizada que permite al niño desarrollarse con un ritmo más activo. La interacción con el profesor es continua, por lo que el alumno sale plenamente reforzado de esa relación.
Aplicación de metodologías educativas. Es muy importante que la escuela se caracterice por implementar su propia filosofía educativa a partir de asumir diferentes teorías pedagógicas. De esta forma, el alumno avanzará por un camino docente controlado y progresivo en busca de objetivos precisos. El método Montessori, avalando el aprendizaje libre, las inteligencias múltiples de Howard Gardner o la Gramática Universal de Noam Chomsky, son algunos de los reconocidos enfoques que se aplican en sus aulas de Infantil y Primaria.
Aprendizaje al aire libre. El vínculo entre la enseñanza y la naturaleza está considerado por los especialistas como un factor de enorme importancia en el desarrollo intelectual y emocional del alumno. Por ello, estar en un espacio abierto a la naturaleza donde nuestro hijo disfruta de una relación saludable entre el medioambiente y los juegos didácticos es un hecho diferencial muy positivo para los más pequeños.
Free Flowing. Los pedagogos confirman que el juego es el principal camino que los niños tienen para conocer el mundo que les rodea y que a partir de la activación de áreas de aprendizaje creativo fomentan principalmente la investigación, la autonomía y la cooperación. Esta metodología de aprendizaje, ligada a la filosofía de María Montessori, permite al niño circular dentro y fuera del aula con libertad a través de las didácticas que componen el currículum británico y el español. De este modo, y por medio de rincones didácticos (área sensorial, lectora, musical, de construcción, etc.), el niño aprende jugando, sin darse cuenta, porque en ese viaje cuenta con la guía permanente de los profesores quienes le ayudan a cumplir unos objetivos didácticos.
Recursos educativos. Es importante verificar que el colegio disponga de materiales didácticos adecuados y de espacios educativos bien definidos para que nuestro hijo se sienta seguro y tenga la oportunidad de expresarse o de aprender a través de abundantes y divertidas propuestas educativas que conecten con sus emociones para que el aprendizaje sea significativo.
Alimentación. Los centros docentes que mejor nota consiguen en su puesta en escena alimentaria son, en primer lugar, aquellos que cuentan con cocina en sus instalaciones. Si al mismo tiempo que asumen el control de la elaboración propia del menú escolar, toman en consideración el desarrollo de una dieta nutricional equilibrada rica en frutas y verduras, prescrita y supervisada periódicamente por un especialista médico, tenemos que saber que estamos ante un colegio que ofrece garantías sustanciales para el bienestar integral de nuestros hijos.
Asesoramiento Profesional. Es muy importante que el centro cuente con un psicopedagogo que, además de atender y supervisar a los alumnos, imparta periódicamente talleres a los padres donde se nos recomiende cómo actuar ante diferentes comportamientos de nuestro hijo. Si además el centro propone charlas trimestrales con pediatras para tratar temas médicos comunes, aclarar dudas de comportamientos y marcar pautas, esto supone una excepcional ventaja para padres primerizos. Una escuela que ofrece propuestas responsables de este calado demuestra tener como principio una educación integral en la que tanto los alumnos como los padres forman parte de ella.
Comunicación con los padres. La información que se ofrece a los padres en el día a día es primordial para marcar la diferencia. Una agenda detallada, facilidad de concertar cita con los profesores, hablar con ellos cada día y recibir una comunicación pormenorizada a través de los perfiles privados de la web de la escuela, son ventajas que dan una tranquilidad extra a los padres.
Teniendo en cuenta que en los primeros años de vida se construye el andamiaje sobre el que se sustentará el desarrollo intelectual y personal de nuestro hijo, resulta prudente tener en cuenta todo tipo de recomendaciones antes de tomar una decisión que puede afectar tanto al futuro del niño. Teniendo opciones ¿Quién no quiere la mejor educación para sus hijos?