VALÈNCIA. La multinacional Ford ha trasladado al comité de empresa que finalmente rebajará a 626 los trabajadores que se verán afectados por el nuevo ERE en la factoría valenciana de Almussafes. De esta forma, busca alternativas para los otros 1.000 despidos inicialmente planteados. Entre las opciones que están encima de la mesa se plantea un ERTE o el Mecanismo Red -instrumento que permite a las empresas solicitar medidas especiales de flexibilidad y estabilización del empleo-, aunque todavía no hay nada decidido.
Así se lo ha comunicado la multinacional a los sindicatos en una nueva reunión celebrada este jueves para negociar las condiciones del nuevo ajuste en la factoría. Lo cierto es que la firma del óvalo ya había comunicado su voluntad de desarrollar un nuevo plan para minimizar el impacto del ajuste en la planta valenciana, anunciado en un principio para 1.622 trabajadores, un tercio de la plantilla actual. De ese total, la propuesta de la empresa, contemplaba en un principio 626 bajas incentivadas con carácter definitivo, y 996 despidos objetivos con preferencia de recontratación en 2027, cuando se comenzará a producir el nuevo vehículo anunciado.
No obstante, el lunes la compañía mostró su compromiso de buscar "una solución de transición" para los aproximadamente 1.000 empleados que no serán objeto de medidas estructurales, un movimiento que en la reunión de este jueves se ha confirmado. Para los 626 empleados restantes sobre los que se propuso un ERE de carácter definitiva, se trabaja en salidas voluntarias como las acordadas en anteriores ocasiones.
"Avanzamos en la línea correcta y se empieza a ver que una de las soluciones es sustituir gran parte del ERE a 1.000 personas por un ERTE, Mecanismo Red o similar", señala UGT, sindicato mayoritario en la factoría, en un comunicado. De hecho, la Asamblea de UGT-Ford, celebrada este pasado sábado, rechazó por unanimidad la propuesta de ERE en Almussafes y reclamó negociar un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) mecanismo RED o, como alternativa, un plan con "garantías similares".
"Esa es la solución que propuso la Asamblea de UGT y que parece que va cobrando visos de ser la solución para el excedente de 996 personas. La empresa se muestra dispuesta y las Administraciones, también", incide el sindicato en el comunicado.
Con estos avances, el sindicato asegura ahora que "durante los próximos días" se intensificarán los contactos con el objetivo de que las negociaciones "vayan avanzando en la línea adecuada". Eso sí, la organización admite que las acciones que se requerirán para llevar adelante esta solución "necesitarán tiempo antes de poder ponerlas en marcha". "Ganar tiempo no debe suponer un problema", puntualiza UGT.
Por tanto, los 626 despidos de carácter estructural planteados por la dirección sí serán sustanciados con un ERE, aunque el sindicato considera que "no debe haber demasiado debate sobre las condiciones finales a pactar", ya que en los últimos años se han acordado hasta en tres ocasiones. Concretamente, pasaron por un plan de prejubilaciones a partir de los 53 años y otro de indemnizaciones económicas compensatorias de hasta 40.000 euros.
Este ajuste responde a la falta de carga de trabajo en la fábrica de Almussafes. En este momento, las instalaciones valencianas solo fabrican el modelo Kuga, tras perder en abril la producción de la furgoneta Transit. Una situación que ha rebajado la actividad y que ha llevado a la dirección a tomar esta dura decisión.
Cierto es que la planta de Almussafes se adjudicó en 2022, los nuevos vehículos eléctricos de Ford en Europa, pero la compañía anunció en noviembre que aplazaba las inversiones necesarias para ello ante las malas ventas en el mercado, por lo que se decantó por un B: apostar por los híbridos.
Así, la multinacional anunció en mayo que la planta valenciana produciría un nuevo modelo multienergía a partir de 2027. Todavía se desconoce el modelo, pero ya se ha concretado que la producción anual será d 300.000 unidades. Un fuerte pedido que garantiza la supervivencia de Almussafes, pero que, sin embargo, llegará dentro de tres años, por lo que mientras tanto la producción será mínima y requerirá de menor empleo.