Hablamos del Nat Cool Valencia 2024, el gran vino forjado con calma y todo el cariño por Jorge Caus, Javier Revert y Dirk Niepoort. Y somos tan privilegiados de poder disfrutarlo con conversación en torno a una mesa con los tres protagonistas de esta historia nacida de la memoria. Y así, con estupenda charleta nos van contando cómo llegaron hasta aquí. Con el deseo de Jorge y su cooperativa La Viña Font de la Figuera de ensalzar el territorio; la ilusión del enólogo Javier por aportar sus conocimientos al proyecto; y la emoción del bodeguero Dirk por aportar su marca y buen gusto.
Como ya hemos dicho, todo a poquitos, empezando por el aprender de los mayores del lugar y de cómo hacían los vinos hace 60, 70 y hasta 80 años. Contando con las variedades locales, porque para qué irse fuera habiendo tanto bueno y cercano. Forcadell, monastrell, forcallá, arcos, garnacha, bonicaire, mandó… uvas adaptadas a su ubicación que saben dar lo mejor de sí sin necesidad de tonterías. Y para esta botella, la que hoy nos ocupa, con selección de forcallá y monastrell y su pelín de arcos.
De viñedos elegidos con mimo de entre las 2.500 hectáreas de la cooperativa. Por vejez, situación y condición para obtener un producto que llenara de entusiasmo. Y es que esta es parte fundamental de esta aventura. Encontrar unas 15 parcelas que dieran con el carácter de estas eras. Trabajo de viticultura repleto de cultura del paisaje.

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Terruños eternos
Desde el respeto máximo a la naturaleza y el terruño. Reflejando realidad y eternidad en la que no cabe maldad, porque es verdadera verdad. Que esto no nace de la necesidad económica ni de nada que vaya más allá de la labor social. La del rescate de una personalidad, una identidad y un patrimonio con el que sí, queremos contraer matrimonio.
Con perfiles de baja graduación para que puedan ser bebidos por gentes de toda condición y sin una necesaria mesura. Alrededor a las ya mencionadas varietales que son tan totales y depositados en depósitos de hormigón. En un punto de inflexión, porque es otro modo de ver el Mediterráneo. Desde la tranquilidad de estar convencidos de estar haciendo el mejor producto posible en su buscada sencillez. Porque es vino de consumo inmediato, sin teatro y cada día, que ya habrá tiempo para envejecer filosofando. Ahora es el momento de inicios y los primeros tiempos en los que no hay más que sinceridad y pureza sin maquillajes. La frescura que deja fuera pesadeces y verdores. De mínima intervención y evitando la imitación para ser representante de un estilo propio y tan único como su trío de creadores.