Hablamos de La Tintorería, que no es ninguna tontería. En una de esas catas que organizan con maestría para que no puedas evitar ir. Y así convertir un día cualquiera en jornada llenita de magia. En esta ocasión en colaboración con A la Volé y esos pequeños productores que son amores verdaderos y con algún añadido de última hora que también mola. En su mayoría proyectos liderados por aquellos llegados desde Borgoña para darle más importancia al vino base que a la segunda fermentación. Y chimpón, que empieza la emoción con el André Clouet Grande Réserve Brut (André Clouet). Viejo conocido y bienvenido para ir abriendo boca mientras esperamos a algunos rezagados. Cortesía de la casa que nos hace la corte en modo aperitivo. Blanco de negra pinot que hace pinitos bonitos y que nos alegra a sorbitos. Un seguro de vida para cualquier instante y ahora con un revoltijo de frutos secos.
Vamos al lío de adentrarnos en terrenos soñados con el Barrat Masson Grain D´Argile (Barrat Masson). Mitad pinot noir mitad chardonnay, es colega disfrutón que se mueve entre matas de bayas chicas y ese frescor que se resume en puro hamor. El sabor de los ajerezados que nos gustan muy. Salinidad e intensidad con una sencillez que se agradece y que crece con unos ahumados festivos.
El Pierre Gerbais Bochot Extra-Brut (Pierre Gerbais) es pinot meunier de parcelita de Auvert, cero dosage y reservado desde 2011. Directo como las cosas importantes dichas con mirada firme. La que confirma que lo tiene todo en su sitio. Carbónico menudito y largura que te lleva hasta el infinito con un poquito de lomo ibérico.
El Larmandier Bernier Latitude (Larmandier Bernier) también es antiguo amigo al que recurrimos como salvador necesario. Total de chardonnay en village de la Côte de Blancs y poderío con fino músculo. Lo que se dice hermosura con cierto pizpiretismo en forma de bollitos dorados y al lado de una de jamón.
Con el Marguet Ambonnay Grand Cru Freedom (Marguet Ambonnay) alcanzamos una singularidad que es auténtica exactitud. La realidad de la Montaña de Reims en modo punky que hace lo que le da la real gana. Ganando con lo de ser diferente. Con peculiaridades que son verdades. De los que dan momentos ideales y tal vez con un queso suave.
Entre punkies y sospresitas
El Vouette & Sorbée Textures (Vouette & Sorbée) es pinot blanc con algunos pellejillos y sus ánforas. Mantequillez que deja la naricita muy loca. La bicoca de tener cítricos variados y ciertopelo que acaricia sin tiranteces. Y va creciendo con creces cuando cortas un poquito de salchichón del de darle dieces y dieces.
Pensamos que alcanzamos el final con el Benoit Lahaye Brut Nature Grand Cru (Benoit Lahaye), pero no, que nos queda alguna sorpresilla más. Pero vamos con lo que toca, que es mezcolanza de blancas y tintas que consigue experiencias distintas. Con sus tizas y calizas y posesiones que le dan una distinción que acapara toda nuestra atención con unas güebas de maruca.
Aparece el inesperado de la noche, el Pierre Péters Cuvée Spéciale Les Chétillons 2017 (Pierre Péters). Nobleza excepcional que no es casual. Largas crianzas que dejan constancia de que quieren darle la importancia que se merece. Y con sus burbujas nos mece mediante un arrullo embriagador. Impresiones impresionantes que ofrecen distinción sin ton ni son y con un poco de chocolate.
De tal manera, que es difícil de mejorar, nos despedimos hasta la próxima. Brindando, siempre brindando.
