Tanto a diario como los fines de semana, el ambiente en Bar La Dinaora es de lo más variopinto: un grupo de amigos treintañeros da buena cuenta de sus bocadillos (todos han elegido El Faener, de panceta a baja temperatura, crema de piquillos confitados y queso Idiazábal); una pareja de adolescentes en sus primeros compases comparte El Dinaor (pollo frito, queso, bacon y mayonesa) y El Llaurador (sobrasada ibérica, berenjena frita y queso de Catí); una familia de padres e hijos analizan dubitativos la carta mientras varios jubilados jubilosos preguntan por el bocadillo del mes. Este febrero, se llama El Campesino y es de albóndigas guisadas, crema de pimientos verdes y chips de patatas campesinas. En Bar La Dinaora siempre hay jolgorio y alegría, sobre todo cuando llegan a la mesa los fotogénicos bocadillos: generosos, con buenos ingredientes, bien hechos y originales. Hoy se les ha terminado el Ca Paquitina, de figatells, cebolla caramelizada, mostaza y miel, así que tendremos que volver. En su lugar, me pido Tu que saps de la mar: calamares fritos, rúcula, alioli de ajo negro y miel cítrica. Dan ganas de probarlos todos. Las olivas y los cacahuetes amenizan la espera, y para rematar la jugada, hay que terminar con un buen cremaet, como manda la tradición.


Sara Agostinelli y Aitor Jordá son la pareja que está detrás de La Dinaora: emprendieron por primera vez hace 5 años, cuando abrieron Umami Gastrobar en Xeresa (Valencia). Después llegó Bergante Burger en Ondara que, dicen, es la mejor hamburguesería de la zona. Su tercer proyecto es éste: Bar La Dinaora. De ideas, ilusión y ganas van sobrados. “Hace casi un año nos ofrecieron poder quedarnos con la gestión de La Xata de Sole, el local que gestionaba Sole Ballester, la hija de Pepa Romans (Casa Pepa), donde vimos la oportunidad de crear un espacio de almuerzos valencianos en el que también ofrecemos carta y menú de mediodía (16€) que cambiamos todas las semanas, con intención de utilizar productos de kilómetro cero y bocadillos elaborados: así nació Bar La Dinaora”, cuenta Sara a Guía Hedonista. Ambos son muy aficionados al esmorzar tradicional valenciano, por lo que quisieron crear algo así en su pueblo. “Es un lugar donde siempre puedes probar algo nuevo y siempre respetamos la calidad y el producto”, nos explica.

El pan de los bocadillos es rústico y crujiente, los ingredientes y las combinaciones son tremendamente apetecibles. La plancha de Bar La Dinaora trabaja a pleno rendimiento para dar a basto, porque a veces se les juntan varias comandas y los bocadillos se cuentan por decenas. ¿Lo mejor? Gracias a su creatividad mensual, si vas cada varias semanas, podrás probar uno diferente: el bocadillo de enero se llamaba Mr. Piggy y llevaba pulled pork, cebolla frita, cheddar americano y mayonesa de bacon ahumada. En noviembre, fue El Pantxo: salchicha alemana, coleslaw, bacon crujiente, mayonesa de cilantro y patatas paja.
Ya son varios los templos gastronómicos del esmorzar en la comarca de La Marina Alta y nos alegra que, desde marzo de 2024, haya uno más: Bar La Dinaora, uno de nuestros últimos descubrimientos, se está convirtiendo en un referente.
