Por eso es especialmente gratificante decir que al fin tenemos muy buena arrocería y añil de fondo.
Lila tuvo la energía y mejor ojo para apostarlo todo a la calidad. Tratándose de merendero en Pinedo, el envite podría haberle salido regular. Pero no. Éxito. Cada vez más cliente habitual (de lunes a domingo) para disfrutar del último hallazgo paellero de la ciudad. Bien comidos y bien servidos en espacio fabuloso voreta mar.
Tip hedonista: Obviamente, los arroces son la opción en la primera visita, pero créeme que merece la pena volver otro día a probar pescados y mariscos a la brasa. Sonrisa asegurada.