Hay restaurantes que aspiran a ser herramientas de cambio. El proyecto ubicado en la calle madrileña Espronceda número 34 es un ejemplo de ello. Bajo el nombre Mo de Movimiento se levanta un espacio de oportunidad y reflexión hacia un consumo responsable en el que el consumidor es testigo y cómplice, así es como se autodefine este espacio gastronómico nacido de Proyectos Conscientes.
Este curso celebra su quinto aniversario de vida y su único propósito es continuar y hacerlo de manera sostenible.
Si bien el movimiento en una gran ciudad es inevitable, este puede ser natural y con sentido. Mo de Movimiento es un proyecto que crece desde lo colectivo, desde una relación de equilibrio entre productores, comensales y trabajadores.
Gracias al origen y calidad del producto, las personas que trabajan en Mo de Movimiento hornean panes, focaccias y pizzas que triunfan por su sabor, por la textura de su masa y por sus originales combinaciones de ingredientes: quesos artesanales nacionales, cebolla roja y crema de pistacho; portobello, jamón ibérico y yema de huevo; crema de espárragos trigueros, panceta y galmesano; tomate, queso de oveja y pesto de piñones; tomate, berenjena y albahaca… todos, escogidos a conciencia.
De su cocina también salen platos como tatin de cebolla caramelizada, pimientos asados con yema curada, puerros a la parrilla con salsa romescu, setas a la carbonara, pastas rellenas… y suculentos postres como fresas asadas con chantilly de vainilla.
Aquí, el comensal se siente parte de un ambiente que primero le sorprende y continuación, le acoge.
Este espacio de restauración es un refugio, integra a las personas sin importar de dónde vengan y las hace partícipes de su filosofía a través del placer de sentarse a una mesa en la gran ciudad.
