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entrevista a la cogerente de imelsa

Agustina Brines: "Hay personas que han borrado de su currículum que trabajan en Imelsa"

La dirigente se encuentra trabajando en un proyecto para crear cultura de empresa en la mercantil que, tras el estallido de la Operación Taula, ha sido señalado como un foco de presunta corrupción

1/05/2016 - 

VALENCIA. El gobierno de mestizaje de la Generalitat y de la Diputación de Valencia ha dado lugar a diferentes convivencias entre PSPV y Compromís. Uno los puntos calientes en el ámbito de la corporación provincial es Impulso Económico Local SA (Imelsa), sociedad abrasada por el foco mediático después del estallido de Operación Taula, que dio lugar a más de un centenar de investigados solo en la pieza principal (entre ellos varios exaltos cargos del PP) y que se dividirá en al menos cinco ramificaciones según ha solicitado la Fiscalía.

Una de las personas elegidas, en este caso por Compromís, para recuperar el sentido de una de las empresas vinculadas a la Administración cuya imagen ha sido más dañada por la gestión del PP, es Agustina Brines, primera mujer al frente de Imelsa aunque compartiendo la gerencia con el socialista Víctor Sahuquillo. Experta en Relaciones Laborales y Recursos Humanos, trabajó en diversos escalones de Radiotelevisió Valenciana (RTVV) y siete años en el Centro de Empleo, Estudios y Formación de Burjassot, para después recalara como cogerente de la citada sociedad.

Brines admite que una de las mayores dificultades ha sido el aterrizaje en una sociedad "bajo sospecha". "Hay personas que han borrado de su currículum que han trabajado en Imelsa", explica, para describir el estado de ánimo dentro de la mercantil. No obstante, señala que, al margen de la "colaboración con la justicia prestada desde el cambio de gobierno", se está gestionando y se han establecido "diversas líneas de trabajo para el impulso y ampliación del objeto social" de Imelsa. 

-¿Qué se encuentra a su llegada a la sociedad?
-Llegamos el 27 de julio de 2015 las tres personas con el encargo de limpiar Imelsa: Josep Ramon Tíller, José Luis Vera y yo. No nos conocíamos pero nos entendimos enseguida y eso nos ayudó a enfrentarnos a una empresa desestructurada. El clima laboral era nefasto, la tensión podía cortarse con un cuchillo y la desconfianza entre departamentos era muy alta. No se trabajaba en equipo, había personal que no tenía funciones asignadas, aparecieron empleados que tenían su puesto pero que no habían estado hacía ocho años en Imelsa... Nosotros le abrimos las puertas a la UCO y colaboramos con la justicia, pero también trabajamos en recuperar la confianza de los empleados. Todo ello fue una tarea muy difícil.

-¿Pesa mucho estar bajo la lupa del caso Imelsa?
-Pesa mucho en la gestión y en los trabajadores. Pero nosotros al poco tiempo de entrar intentamos inculcar a la gente que veníamos a trabajar y a llevar una gestión diferente. Los primeros meses son muy duros porque casi funcionábamos por golpes de titulares de prensa: eso provocaba gran susceptibilidad en los empleados. Hay personas que quitaron de su currículum que habían trabajado en Imelsa y hay empresas que no quieren contratar a día de hoy con nosotros, al menos hasta que cambiemos el nombre. Al final, quiero recalcar que se ha denominado caso Imelsa cuando solo es la punta del iceberg y están todas las administraciones implicadas. Se entiende porque las filtraciones vienen de una persona (Marcos Benavent) que era gerente de Imelsa, grababa las conversaciones y colabora la justicia, pero es duro porque, además, no creo que este sea ya el caso Imelsa en sí. Esta empresa tiene un objeto social precioso que es el impulso económico local que nunca se ha llegado a poner en marcha de verdad. En general, se han realizado inversiones interesadas y no reguladas por la necesidad.

-¿Cuál será el nuevo nombre?
-Hay una empresa que está trabajando sobre ello y estará listo en breve pero no puedo decir más.

-En un caso tan mediático como Imelsa, con todo aquello del 'yonki del dinero' y sabiendo que la mayor parte de las personas que estaban antes siguen ahora... ¿Cómo se da la vuelta a esto? ¿Cómo se confía en la gente?
-Cada uno trabaja como trabaja. Hay que predicar con el ejemplo y dar confianza para que te den confianza. Si te engañan una vez, pues se ha acabado. Ahora bien, creo que nosotros trabajamos de forma distinta y yo por lo menos intento que todos se suban al tren de este proyecto.

-Hablando del Impulso Económico Local habéis anunciado medidas sobre promoción de empleo, ¿qué pueden hacer en este campo?
-Uno de los problemas principales que tiene esta sociedad es la falta de empleo. Estamos trabajando en dos líneas principales: una de 16 a 30 años y otra para parados mayores de 45 años de larga duración con riesgo de exclusión social. Buscamos financiación para ello y la colaboración entre distintas instituciones.

-La gestión de las brigadas, que es una cuestión relacionada con el empleo en los municipios pequeños, también ha sido objeto de polémica por la opacidad respecto a la forma de contratación. ¿Han podido concretar cuánta gente se ha detectado que entró sin pruebas?
-No me fijaría tanto en el número de personas sino en los procesos. Las empresas públicas tenemos la obligación de hacer unos procesos de selección que la ley no regula al 100%. Debemos de publicarlo para que haya condiciones de igualdad pero luego no hay una definición clara de la prueba, por ejemplo. Nosotros hemos acordado con los sindicatos un proceso reglado, lo cual es un paso muy importante y además está colgado en la web de Transparencia. Lo cierto es que creo que ninguna empresa ha hecho este tipo de procesos de selección regulados por lo que es un problema que nos debemos plantear todos. Tampoco creo que sea justo que pague el trabajador este efecto dominó que viene de una falta de regularización correcta y de una falta de fiscalización. En resumen, lo que queremos es fomentar la profesionalización de este sector: estamos haciendo un estudio de cómo se puede mejorar esto y trabajar en la formación para dotar a los brigadistas de mayor cualificación.

-¿En qué punto está el proyecto de las brigadas verdes dirigido a trabajadores más mayores o con más dificultades para el trabajo de brigadistas de primera línea?
-Para mí es un proyecto necesario aunque todavía no están definidos los parámetros porque tampoco tenemos concretado el presupuesto. Quiero decir aquí, en general, que las brigadas me parecen muy buena idea en su concepto inicial. Cada pueblo tiene a gente desempleada que en verano va a limpiar el monte: llega un momento que se les ocurre ir aglutinándolas, darles equipo y profesionalizar un poco estas brigadas que son las que conocen el territorio donde trabajan. La idea me parece buena porque si no hubiera existido esto los municipios no hubieran tenido recursos para limpiar sus entornos. Ahora bien, cómo ha funcionado y cómo ha evolucionado es lo que no estamos de acuerdo.

-Aparte de las brigadas, también se ha deslizado a menudo que las contrataciones en Imelsa han sido en general arbitrarias o sin criterios demasiado claros. ¿Cuánta gente trabaja en Imelsa en total? ¿Cree que la plantilla está sobredimensionada?
-Trabajan algo más de 700 personas. Sí, en un momento estuvo sobredimensionada y por ello despedimos a trabajadores que no tenían función definida en su puesto, que no habían estado trabajando en la empresa como tal, empleados que no estaban realizando su tarea en el propio centro de Imelsa... para nosotros todo esto ha sido un problema. Al final, tú te encuentras una plantilla y estamos intentando salvar el mayor número de puestos de trabajo pero siempre que tengan sentido dentro de la estructura. También te digo que la perspectiva es de crecer en algunos departamentos y le pediremos a personas un esfuerzo por readaptarse a las nuevas realidades y funciones. En realidad es una oportunidad de oro para impulsar la creación de una nueva empresa: necesitamos la implicación de los trabajadores y creo que aquí hay grandes profesionales.

-¿Hay alguna novedad respecto a los despidos realizados que podría costarle medio millón de euros más a Imelsa tras el convenio firmado justo antes de elecciones?
-Los procesos están abiertos todavía pero quiero aclarar que se nos acusó de que hicimos una limpieza por cuestiones políticas y no es cierto. De hecho, si hubiéramos aplicado este criterio creo que nos hubiéramos quedado con la plantilla renovada por completo. Además, creo recordar que fueron 18 o 20 personas sobre una plantilla de más de 700 y de puestos muy concretos que en muchos casos ya no existían como tales. 

-¿No es complicado abordar la relación con los sindicatos y su papel en Imelsa en estos años?. 
-Aquí se habían llevado a cabo algunas prácticas que no voy a valorar pero lo que sé es lo que podemos hacer de ahora en adelante. Lo primero que hicimos fue pedir el estudio del convenio colectivo porque vimos cosas que no nos parecían normales, como que no pasara por el Consejo de Administración por ejemplo. Lo llevamos a Fiscalía, está admitido a trámite, lo estudiarán y ellos dirán. 

-Por otro lado, si no me equivoco creo que tienen siete cargos de alta dirección política. ¿No es complicado gestionar con tantos puestos de estas características?
-Creo que está muy bien proporcionado. Nosotros hemos buscado profesionales para profundizar en las líneas que queríamos trabajar y es lo que están poniendo en marcha.

-Usted es especialista en Recursos Humanos, ¿qué decisiones estudia adoptar para la plantilla o para aumentar las potencialidades de Imelsa en este sentido?
-Precisamente vamos a lanzar un proyecto para crear cultura de empresa en Imelsa, que es algo que llevo tiempo queriendo hacer pero hasta ahora no había podido ser. Por ejemplo, me pesa mucho no haber podido ir a visitar a los brigadistas y a las brigadistas pero es que cada vez que levantabas un papel te salían diez mil enanos. Pero ahora ya estamos en disposición de empezar a trabajar en este proyecto, que se centra en la transversalidad de todas las líneas de trabajo, en la comunicación interna... Además impulsaremos en este plan otros aspectos que son muy importantes como el de ética empresarial. 

-También existen cierta complicaciones en la gestión cruzada de personal. Por ejemplo, hay una encomienda para pagar personal de turismo pero luego están en el Patronato. ¿Esto es normal?
-Lo estamos revisando. El Patronato de Turismo, en sus estatutos, dice que puede tener personal de Imelsa pero estamos trabajando codo a codo para solucionar el tema porque, independientemente de que haya una encomienda, como está regulado ahora no nos convence mucho la verdad. 

-Hablando de las circunstancias judiciales, se está investigando las contrataciones y los llamados 'zombies' de Imelsa. ¿Les preocupa esto?
-Nosotros hemos dado toda la información que se nos pidió y no sé en qué términos se está manejando la investigación así que no puedo decir mucho más. Tampoco sé cómo se trabajaba entonces y tenemos todavía muy poca información de la justicia.

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