CASTELLÓ. Este lunes se alcanzó un acuerdo in extremis para el despido colectivo en el grupo esmaltero Altadia. Tras una intensa jornada de negociación que duró más de ocho horas, sindicatos y los representantes de las seis compañías del grupo afectadas por el ERE sellaron un pacto que supondrá la pérdida de 152 puestos de trabajo pero que incluye otras medidas relativas a las indemnizaciones percibidas por los despidos, así como, por ejemplo, a la subida salarial de la plantilla que se mantiene o la homologación de condiciones en el conglomerado castellonense, propiedad del fondo de inversión Carlyle.
Cabe recordar que la propuesta inicial de la enseña esmaltera era aplicar el expediente de regulación de empleo a 285 empleados, cifra que se fue moderando con el desarrollo de las negociaciones durante el mes de enero -la última propuesta el 25 de enero era de 185 trabajadores- hasta que en el último encuentro se cerró una rebaja de 128 afectados.
En ese sentido, por parte de los sindicatos, el secretario general de la federación de Industria de Comisiones Obreras en les Comarques del Nord, José María Gutiérrez, subraya que "la menor pérdida de empleo posible" era "una cuestión prioritaria para la representación de los trabajadores, a la que se suma además la mejora de las indemnizaciones que marca la normativa.
"Queríamos que las personas que tuvieran que irse, se fueran con indemnizaciones dignas", subraya en ese sentido Gutiérrez. Así, de los 12 días por año trabajado hasta 12 mensualidades que fija como mínimo la legislación laboral, el acuerdo para el ERE de Altadia mejora las condiciones hasta los 31 días por año trabajado con un tope de 24 mensualidades. Además, se garantiza una indemnización mínima de 8.000 euros independientemente del tiempo trabajado, y una mejora indemnizatoria para los más mayores, con un complemento a los afectados de entre 61 y 64 años.
Asimismo, se acordaron también condiciones para las prejubilaciones, así como un plan de recolocación externa para ayudar a los afectados por el despido colectivo a emplearse en otros sectores, con programas de formación. Y por otro lado, el pacto también afecta a cualquier despido por causas objetivas que se apruebe a lo largo de este año, que quedará sujeto a las condiciones indemnizatorias pactadas para el ERE.
Uno de los puntos de mayor fricción entre ambas partes había sido la inaplicación parcial de la cláusula de garantía salarial del convenio de industria química estatal hasta el punto que fue uno de los motivos principales de que se cerrara el plazo de negociaciones en enero sin alcanzar un acuerdo. La compañía había propuesto que sólo se aplicara la subida salarial del 10,3% prevista en el convenio y de aplicación a primeros de año a los empleados con un sueldo menor a 30.000 euros.
El rechazo de las organizaciones sindicales fue frontal ante esta propuesta al no considerar adecuado la vinculación de la negociación del ERE con las condiciones laborales de la plantilla que no se iba a ver afectada por el despido. Sin embargo, con el avance de las conversaciones, a la postre se ha acordado aumentar el rasero hasta los 50.000 euros de salario, de manera que cerca del 95% de la plantilla quedará blindada ante la inaplicación de esta cláusula, según Gutiérrez.
Por otra parte, el pacto ha supuesto la homogeneización de diversas condiciones laborales en las diferentes compañías del grupo en conceptos retributivos u horarios, por ejemplo. Ahora bien, el representante sindical insiste en que a este respecto se trata de un acuerdo de mínimos que mejora las condiciones en aquellas empresas que estaban por debajo en los mencionados estándares. "En conjunto, la plantilla que se queda gana en condiciones en la mayoría de compañías", subraya a este respecto.
"Desde Comisiones Obreras no podemos hacer una valoración positiva porque se van a llevar a cabo despidos", explica el representante sindical, pero deja claro que dentro del marco de la negociación, "es el mejor de los acuerdos al que podíamos llegar". En esa línea, expone que para el sindicato, lo "más importante era minimizar el impacto del ERE en el empleo, dignificar las indemnizaciones para aquellos que se vayan a ir y mejorar las condiciones de los trabajadores que se quedan".
Así, tras un mes de enero de conversaciones y una jornada maratoniana el pasado lunes para desbloquear la situación, Gutiérrez asegura que ha sido una "negociación complicada" a lo que se ha añadido la complejidad del grupo, "donde cada empresa tiene unas realidades diferentes". Por ello, también agradeció la presencia en los encuentros de la responsable de recursos humanos, con poder de toma de decisiones, para agilizar la llegada a un acuerdo.
Hay que recordar que el ERE planteado afecta a las firmas Esmalglass, Fritta, Ítaca, Younexa, Zircosil y Pigments Spain. Pese a esto, para agilizar las conversaciones, se creó una mesa de negociación única para todo el grupo. Por ello, se espera que tras la ratificación de los diferentes comités de empresa, se pueda firmar definitivamente el ERE este viernes.
