ALBAL (EFE/Inma Martínez). Industrias Alegre, ubicada en Albal y proveedora de Ford y de otras compañías del automóvil, quedó devastada por la dana y gran parte de sus empleados ha resultado afectada al residir en la zona cero pero, gracias a un plan de recuperación propio que está cumpliendo por fases, ya ha podido recuperar parte de su actividad fabricando piezas en maquinaria externa.
Formada por cuatro naves y casi 300 trabajadores y ubicada en el polígono de Albal, junto a la V-31 (la conocida como Pista de Silla), la línea de agua de entre 1,80 y 2 metros asoló la maquinaria, el stock, el material de oficina y el mobiliario.
Dedicada a la inyección de plástico para la fabricación de piezas de recubrimientos interiores y recubrimientos de maleteros, tiene como principal proveedor a Ford Almussafes y también suministra a Stellantis un spoiler a través de otro proveedor y estaba a punto de arrancar con Lucid Motors, una marca estadounidense de coches eléctricos de lujo.
En el caso de Ford, la planta ha puesto en marcha un ERTE por fuerza mayor por problemas en el suministro de algún proveedor, especialmente de la empresa de Albal.
"Es una empresa devastada que lo ha perdido todo", afirma el director general de Industrias Alegre, Enrique Careaga, que repasa en conversación con EFE la cronología de lo que pasó aquel 29 de octubre y cómo de forma inmediata establecieron un plan de recuperación para el reinicio de la actividad que permita seguir suministrando las piezas hasta que puedan reanudarla con medios propios.
Esa tarde, 37 empleados se quedaron encerrados en las instalaciones al comenzar a inundarse rápidamente y pasaron allí la noche, sin luz, hasta las 11 de la mañana del día siguiente, cuando pudieron salir.
Una vez comprobado que los trabajadores estaban bien, el 30 de octubre la empresa montó un comité para coordinar las tareas de recuperación y al día siguiente tuvieron constancia presencial de los daños.
El primer día de noviembre, gracias a los empleados, iniciaron la extracción de barro y la limpieza de las existencias, materia prima y producto terminado, un trabajo que realizan "con medios propios", empleados, familiares, amigos y también voluntarios de Ford en una "limpieza organizada y coordinada" en la que han contado con maquinaria para la limpieza, carretillas y bombas de extracción llevadas a modo particular.
Según explica, muchos de los trabajadores son de la zona cero de la tragedia, desde Paiporta hasta Albal, y han perdido sus casas y sus coches, por lo que están intentando recuperar sus viviendas y, al no tener medio de desplazamiento, tienen grandes problemas para incorporarse al trabajo. Asimismo, los empleados que se quedaron la noche de la dana en la nave han perdido sus coches.
La fase 1 del plan de recuperación consiste en restablecer lo antes posible el suministro a los clientes y para ello es necesario recuperar los moldes y utillajes (para ensamblar los componentes dentro de la pieza) y la búsqueda de máquinas de inyección para fabricar desde otros lugares.
Esta parte "la tenemos muy avanzada" y prácticamente tienen asignados los moldes y utillajes en diferentes puntos de fabricación -en Valencia o Jaén- en empresas del mismo nivel de actividad y con la maquinaria necesaria para producir las mismas piezas, según detalla Careaga.
Respecto a la limpieza, la gruesa está a punto de terminar y la "más fina", el polvo, vendrá después, a la vez que la fase de recuperación de maquinaria "siempre que sea posible", pues todas (las 44 inyectoras de plástico) están inoperativas y llenas de barro.
En este aspecto, señala que están colaborando con los fabricantes para establecer un plan de análisis de recuperación de maquinaria o en su caso de maquinaria nueva, "con gran dependencia del Consorcio de Seguros para cubrir los gastos, no solo en la recuperación, también en el proceso de reactivar el suministro".
Careaga reflexiona sobre la recuperación del producto terminado que tienen casi completada y en las condiciones en que lo han hecho: "En una nave devastada ha sido difícil, con las infraestructuras llenas de barro y las carreteras, y pensando en que parte de los trabajadores no han podido venir a desarrollar su trabajo por las circunstancias".
Y resalta el alto nivel de coordinación y "la actitud y el compromiso" de los empleados, sus familiares y los voluntarios.
El director general de Industrias Alegre apunta hacia las administraciones públicas para afirmar que la rehabilitación de las empresas dañadas por la dana no tiene solo un carácter económico, también social, porque para una persona "recuperar su puesto de trabajo es una forma de recuperar su vida anterior" a la tragedia.
Añade que con el seguro como única ayuda, no va a ser posible retornar la viabilidad a las empresas dadas las altas inversiones requeridas, en referencia a la necesaria ayuda económica procedente de dinero público.
Industrias Alegre estaba a punto de arrancar una nueva línea para baterías para la marca estadounidense Lucid Motors con una gran carga de innovación por el diseño del concepto productivo, inyección sobre placas conductoras, y verificación de la producción a través de visión artificial, una línea totalmente automatizada en cada etapa del proceso.
"Por complejidad y tamaño" se ha tomado la decisión de fabricar la caja de batería -donde van las celdas- en las instalaciones propias. "Se retrasará el pedido, pero lo haremos", afirma.
Y concluye con un mensaje de optimismo: "Con el poco tiempo transcurrido y lo que hemos progresado, podemos decir que vamos por el buen camino".