Sagunt a Escena presenta una edición más contemporánea e internacional
Sagunt a Escena presenta una edición más contemporánea e internacional
VALÈNCIA. Sagunt a Escena estrena dirección artística. Inma Expósito y Pro21, cuyo proyecto ganó la licitación del Institut Valencià de Cultura el pasado mes de enero, llevan desde entonces montando el festival que se celebrará durante el mes de agosto. Los cambios se han notado en la programación, tal y como contamos hoy en este mismo diario, y apuntan a un camino que, si bien sigue la estela del anterior director, Martínez Luciano, no carece de apuestas propias: la internacionalización y la alianza con otros festivales son dos de los principales pilares. Para hablar de todo ello, Expósito responde a las preguntas de Culturplaza.
- ¿Qué ha determinado más la programación de este año, la situación pandémica o las prisas por haber sido elegida en enero?
- Las dos cosas, supongo. Evidentemente, a la programación le ha podido afectar el poco tiempo que hemos tenido para hacerla, pero estamos muy satisfechos con todos los espectáculos, así que no te sabría decir si, con seis meses de trabajo, hubiera sido muy diferente. Si que es verdad que no hemos tenido tiempo físico para desarrollar actividades paralelas que teníamos pensado asociadas al proyecto, como algunas charlas o jornadas profesionales. En todo caso, pienso que la programación no hubiera cambiado mucho porque son los espectáculos que están de gira, que se han presentado a otros festivales.
- ¿Y la situación sanitaria? ¿Os ha hecho renunciar a artistas?
- Sí, sobre todo con artistas internacionales, cuyas giras no cuadraban, o se habían cancelado, o no podíamos cuadrar su agenda con las cuarentenas que se piden… Ha habido un par de artistas que se han quedado en la recámara. Pero ya te digo, el color final del festival es muy parecido al esperado. Por otra parte, a la hora de elegir los espacios del Off Romà, también hemos tenido en cuenta la situación sanitaria. Creemos que, en un año como este, se agradecerían más espacios al aire libre que otros recintos como el Centro Cultural Mario Monreal que funcionó el año pasado.
- En la recta final de la pasada edición, Sanidad obligó -sin tener criterios objetivos- a reducir aforos e incluso a cancelar algunas de las representaciones. Supongo que el escenario de este año es muy diferente.
- Sí, totalmente. Aplicaremos los protocolos establecidos, y hemos puesto a la venta un 75% aforo que no creo que lo ampliemos aunque las nuevas restricciones lo permitan. Queremos ser prudentes y en los espacios abiertos, igual: habrá un informe de aprovechamiento del espacio y calcularemos el aforo máximo y las plazas disponibles. Esperamos que la situación de la pandemia no nos haga retroceder más aún.
- Habéis agradecido la labor del anterior director artístico, Martínez Luciano. Pero, ¿cuál es la principal diferencia de vuestro proyecto?
- Martínez Luciano hizo muy bien en darle un toque más contemporáneo al festival, como también darle protagonismo a la música dentro del Teatre Romà. Todo eso queremos mantenerlo. Creo que, programáticamente, él habría hecho una agenda diferentes en cuanto a títulos, pero muy parecido en ese equilibrio entre el teatro grecolatino y los formatos más contemporáneos. Seguramente la diferencia sea generacional. Nosotros tenemos otros contactos y otras referencias, ni mejores ni peores. También por nuestra trayectoria, la mía personal y la de Pro21.
- ¿Cuál es la identidad del festival? Presentáis una programación con muchos formatos y discursos, ¿debe dejar de entenderse como un festival de teatro clásico?
- Creo que la identidad de festival de teatro clásico tiene que estar presente pero diluirse entre otras propuestas. Hay festivales grecolatinos en otros lugares del mundo, pero en nuestro caso, queremos acercar otros públicos que no han tenido contacto alguno con este tipo de teatro al festival y al espacio patrimonial. Hay una cantera de posibles espectador y espectadoras que vendrán a ver espectáculos como La casa de los espíritus o seguidores de James Rhodes que no entrarían si no a un espacio así. No lo hacemos porque sea fácil y accesible, también está en la programación Carta de Mónica Calle, que es un montaje profundo, complejo y muy inquieto. Es todo muy heterogéneo porque queremos llegar a muchos públicos.
- ¿Entonces no se ha de buscar una identidad concreta de festival?
- Creo que esta es la identidad del festival, la que se ha ido consolidando estos años con el trabajo de Martínez Luciano y que queremos reforzar porque nos la creemos. No es un festival de teatro grecolatino, sino un festival de teatro en un espacio de unos 2.000 años de antigüedad en el que tienen cabida todos los formatos.
- Tejéis alianzas con otras instituciones, como el Festival Grec o el Teatre Principal de Palma, ¿cuál es el camino?
- Esperemos que se desarrolle en futuras ediciones. Se trata de alianzas de transmisión de información de proyectos, producciones propias, etc. A veces se han materializado en la programación final encajando giras.
- ¿Es la manera de acercarse a ese horizonte de una producción propia del festival?
- ¡Ojalá! Nos gustaría mucho. El IVC, en otras ediciones, ha traído sus producciones propias que se habían estrenado en otros teatros, pero uno de los puntos de nuestro proyecto es hacer una co-producción con algún festival análogo, porque además creo que es muy enriquecedor y hace que tenga un recorrido mucho más interesante.
- ¿La llamada a proyectos ha sido un gesto, una herramienta para pulsar el sector o realmente ha tenido una repercusión final en la programación?
- Lo ha tenido, sí. Parte de la programación ha llegado por otras vías más directas y por nuestros contactos, como ya te he dicho anteriormente, como es obvio, llevábamos semanas trabajando antes de que se resolviera la licitación para ir adelantando el posible encargo. Pero la convocatoria pública ha hecho que nos haya llegado 800 propuestas y hemos puesto atención a todas ellas. Ha habido un porcentaje significativo de la programación que ha salido de esa convocatoria y queremos mantener este sistema. Tal vez, como autocrítica, debemos adjuntar unos criterios a cumplir para no tener este maremagnum. Ha sido super enriquecedor porque nos ha hecho conocer de manera mucho más directa compañías y montajes muy interesantes que ahora tenemos para futuras programaciones o colaboraciones. Pero también nos ha pasado que propuestas que nos han gustado mucho, no eran aptas para los espacios del festival.
- ¿La Nau de Sagunt podrá ser un espacio del Off Romà?
- La Nau de Sagunt es un espacio perdido para nuestro festival. Es una cuestión más institucional. Nos gustaría recuperar ese espacio, pero hay otras cuestiones que no lo hacen posible. Queremos que el festival tenga presencia en algún espacio del Puerto de Sagunto, pero todo apunta a que no podremos disfrutar de La Nau.
- De cara a 2022, ¿me puedes contar algo más de esas jornadas profesionales que no se han podido llevar a cabo en esta edición?
- La idea es establecer una línea de jornadas que, por ser profesionales, posiblemente, no se celebre en agosto. Queremos hacer, en algún momento del año, un evento de charlas, coloquios, o participando con una actividad en otras ferias. Es una idea que aún tenemos que trabajar, pero tenemos muchas propuestas ya para poner en marcha. Nosotros somos como las fallas, que en cuanto acabe el festival de este año, empezaremos a pensar el que viene, y estas jornadas seguramente se desarrollarían durante el primer semestre del 2022.
- ¿2022 sería un buen año para que el Ministerio de Cultura empiece a hacer caso al festival?
- ¡Cualquier año es un buen año para eso! Es una lucha histórica.
- Tú, como nueva directora artística, ¿ya has propuesto una reunión para tratar el tema?
- Sí, está prevista aunque aún no tiene fecha. Creo que es importante que no se trate de una convocatoria o de una ayuda indirecta, sino que se traduzca, como pasa con otros festivales similares, en un apoyo directo del INAEM.
- ¿Sagunt a Escena tiene mejor reputación que presupuesto?
- Sagunt a Escena tiene unos recursos, dentro de su ámbito,… modestos. Sé que las instituciones hacen un esfuerzo muy importante (el IVC no solo ayuda económicamente, sino también personal técnico; los departamentos de Cultura y Turismo de Sagunto se vuelcan con el festival…), y eso es de agradecer y tiene un valor incalculable. Pero luego, cuando vas al presupuesto sobre papel, ves los números y te sientes pequeñita en relación a otros festivales, y creo que sobre todo es una cuestión que implica al INAEM.
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