VALÈNCIA. Los alumnos de primero de la ESO llevan todo el curso trabajando las asignaturas por ámbitos en la Comunitat Valenciana, lo que supone una reducción en el número de materias, que han quedado agrupadas en grandes ramas de conocimiento. Se trata de la impartición de contenido de forma transversal, relacionando los puntos en común de cada área, como sería el caso del bloque cientificotécnico. Englobaría combinaciones diseñadas por cada centro, como Biología, Matemáticas y Tecnología, mientras que el sociolingüístico contaría con Valenciano, Castellano e Inglés.
Esta metodología fue implementada en todos los centros públicos de Secundaria por la Conselleria de Educación a principio de curso, con motivo de facilitar la transición del último año de primaria al instituto, dado que esta segunda etapa supone un cambio considerable para los alumnos -que tienen entre 11 y 12 años- en todos los sentidos, tanto a nivel de carga lectiva como como en el número y en la dificultad de las materias.
A ello se suman las deficiencias de la docencia online a finales del trimestre pasado a causa de la pandemia y, de hecho, este es uno de los principales motivos por los que la Administración ha implementado de forma genérica dicho sistema, pues alega que el alumnado “venía de un confinamiento y de una interrupción de la escolarización presencial”, por lo que considera que este cambio “más necesario que nunca”.
No obstante, para el presidente de la Asociación de Profesores de Física y Química de la Comunitat Valenciana (Apfqcv), Pepe Sabater, este “ya no es un motivo válido”, dado que la propia Conselleria establece que el curso que viene estará marcado por la normalidad. El profesor asegura que esta forma de encarar el aprendizaje “deja muchas lagunas”, puesto que “cada asignatura tiene un esquema propio”, que a su juicio se pierden con la docencia por ámbitos.
Asimismo, considera que el nivel de exigencia del profesorado “disminuye”, ya que debe impartir asignaturas que no forman parte de su especialidad, por lo que “se produce una merma en el contenido” y esto afecta de forma negativa en la preparación del estudiantado de cara a la universidad, donde hay un mayor nivel de especificidad. “Si el problema es que hay muchas asignaturas a lo mejor se podrían agrupar o eliminar optativas”, propone.
También advierte sobre la necesidad de realizar un estudio comparativo previo entre las competencias académicas de grupos en los que se hayan impartido ambas dinámicas de trabajo para comprobar “el nivel real de cada estudiante”, ya que hay centros valencianos en los que la enseñanza por proyectos se implementó de forma voluntaria en cursos anteriores a la pandemia.
Con todo, lo que ha despertado una profunda inquietud entre el profesorado es la obligatoriedad de continuar con el programa de cara al período 2021-22, pues así lo establecieron este jueves desde el departamento de Marzà en una reunión con los sindicatos, donde determinaron que podrá aplicarse a segundo de ESO de forma optativa. Con esto, confirmaron lo que ya se adelantó en una resolución publicada en marzo sobre las pautas para la finalización de este curso, en la que se incluyó esta premisa en un breve apartado.
Es por ello que los principales sindicatos de Enseñanza coinciden en que los institutos adopten el sistema de forma voluntaria, aunque, partiendo de esta misma base, proponen distintas vías de actuación. Stepv, mayoritario en este ámbito en la Comunitat Valenciana -con el 53,8% de la representación-, pide “tiempo” y propone una “evaluación de cómo han funcionado los ámbitos este curso”.
Explica que se trata de un cambio pedagógico que requiere “una motivación y un trabajo previo”, por lo que insta a la Conselleria a potenciar la formación de los centros dejando un período de adaptación. En la misma línea se postulan tanto UGT como CSIF, y estos últimos hacen especial hincapié en que debería ser “una decisión de los diferentes departamentos del centro educativo”, por lo que aseguran que “exigirán este cambio legislativo”.
Por su parte, desde CC.OO. apuestan por la adopción progresiva del sistema, “con el objetivo de que en el curso 2024-2025 todos los centros puedan trabajar por ámbitos con garantías” . Destacan las ventajas que supone la liberación de carga lectiva a los alumnos más jóvenes de Secundaria que cambian de etapa, del mismo modo que recalcan la necesidad de que los centros sean “coherentes con su decisión”, dado que los alumnos de segundo de ESO vienen de cursar una metodología por ámbitos.
Por otro lado, Anpe se opone a la decisión al igual que la plataforma ‘Docents en contra dels àmbits’, que suma más de mil integrantes y critica la actuación de la Conselleria, alegando que “infantilizan la educación secundaria”. Ante esta acusación, fuentes de la Administración esgrimen que no admiten “estas connotaciones peyorativas de las etapas de Educación Infantil y Primaria, donde los centros llevan acabo experiencias de éxito que habría que continuar en ESO y otras etapas educativas”.