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tribuna libre

Invertir en tendencias de futuro

  • Foto: EFE/MARTIAL TREZZINI
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La tecnología está cambiando nuestras vidas a una velocidad, alcance y profundidad que no habíamos experimentado antes. Si esta transformación ya es una realidad en nuestra manera de vivir, producir, consumir, o relacionarnos con los demás, cómo no va a afectar igualmente a nuestra manera de invertir. Necesitamos entender estos cambios y podemos beneficiarnos económicamente de ellos, precisamente en el momento en el que la economía y los sectores tradicionales parecen dar señales de agotamiento.  

El mundo está cambiando a un ritmo vertiginoso, como consecuencia de la evolución imparable de la tecnología, y la irrupción de nuevas realidades sociales, demográficas o de conciencia medioambiental. Nadie discute ya que estamos inmersos en la Cuarta Revolución Industrial, en alusión al nivel de transformación que está trayendo a nuestras vidas la convergencia de tecnologías digitales, físicas y biológicas. La digitalización, un elemento clave de la globalización, la facilidad de acceso a la información, la inmediatez o la movilidad son algunos de los elementos que en los últimos años han contribuido significativamente a modificar nuestros hábitos de consumo. A esto se suma una creciente preocupación social por las consecuencias del cambio climático para el medioambiente y una mayor demanda de proyectos que atiendan a criterios de sostenibilidad.

Tanto a nivel demográfico, como tecnológico, asistimos a cambios significativos, que generan necesidades y demandas específicas por parte de la sociedad y, por consiguiente, también oportunidades para aquellas empresas atentas a estas nuevas megatendencias. A la vez, las compañías capaces de adaptar sus modelos de negocio a los innumerables cambios que se están produciendo, generan también oportunidades de inversión.

Una de estas megatendencias, en el ámbito tecnológico, es por ejemplo, la robotización. En Banca March prevemos un ritmo de crecimiento del mercado mundial de la robótica superior al 15% anual entre 2014 y 2020. También esperamos alzas significativas en el crecimiento del comercio electrónico, como consecuencia del acceso móvil a Internet, que proporciona soluciones más rápidas, económicas y personalizadas a las empresas, mientras que la inteligencia artificial ha pasado de la ciencia ficción a la realidad. Se espera que el volumen estimado de este último segmento de negocio avance hasta los 36.800 millones de dólares en 2025.

Realidades tan actuales como la escasez de agua, la necesidad de gestionar las actividades agrícolas de forma diferente a como se ha hecho en los últimos siglos o la irrupción indiscutible de las energías renovables, son asimismo tendencias que ofrecerán oportunidades de inversión en este mundo cambiante.

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