VALÈNCIA. El escritor valenciano Jordi Llobregat, director de València Negra, explica en una entrevista veraniega con EFE qué país le ha impactado más, dónde suele escribir, qué grupo de música lleva en el ADN y qué respuesta espera recibir un día de un escritor de fama mundial como Stephen King.
-Estudió Empresariales, ¿cómo se pasa de contar números a contar historias?
-Estudié Empresariales porque no sabía muy bien qué hacer al terminar el COU. Yo era de mixtas. Podía haber estudiado cualquier cosa: Historia del Arte, Biología... No estaba muy motivado y me pasé los primeros meses de curso, cada año, recogiendo manzanas en Francia para pagarme la matrícula.
Cuando era un crío, mi padre, tornero de profesión, me llevaba a la biblioteca de la calle Hospital los sábados por la mañana. Lo recuerdo como uno de los mejores momentos de la semana. Me fascinaba aquel edificio enorme, ir a la sección juvenil y encontrar un nuevo libro de 'Los tres investigadores'. Tengo claro que aquello fue determinante para mi vida.
-¿Uno de sus libros de referencia?
-El camino, de Miguel Delibes. Lo leí a los 14 años por la noche hasta que se hizo de día, en paralelo con la misma historia. Es uno de mis grandes referentes porque es nostalgia pura, uno de mis temas predilectos. También puedo nombrarte libros de Dahl, Lehane, Sanderson, Atwood, King, Montero, Connolly, Rothfuss…; pinturas de Pollock, Caravaggio, Magritte; películas de Luc Besson, Tarantino o Simón; fotografías de Newton o Salgado, o incluso miradas, como la de Paco Roca o la de Rodrigo Cortés. Cualquier expresión creativa puede ser una referencia.
-¿Es más de comedia, de acción o de dramas?
-No me decanto por nada. Busco la mejor historia posible que contar y, desde esa perspectiva, da lo mismo. De hecho, soy un escritor de género (thriller), pero también tengo la intención de escribir un libro de viajes, uno juvenil antes de que mi hija se haga más mayor, quizás unos cuentos, cualquier otro proyecto que me entusiasme.
-¿A cuál de sus personajes se parece más, o le gustaría parecerse?
-Todos los personajes que construyes tienen algo de ti. En algunos momentos hago cosas a través de ellos que me gustaría hacer en la vida real, pero que es imposible, como cometer un asesinato (ríe). En otros, son ellos quienes "chupan" de mí. Alex Serra, la protagonista de mis últimas novelas, sufre un ataque de ansiedad en un momento dado. Es propensa a ello. Escribiendo esa escena sufrí yo mismo un ataque de pánico. Soy propenso también. Mientras aguantaba el miedo y contenía el instinto de salir huyendo pensé que no había una mejor forma de documentarse (ríe de nuevo).
-De escritores o escritoras, ¿a quién le hubiera gustado parecerse? O ese libro que dice: "ojalá lo hubiera escrito yo"...
-Hay muchas novelas que a uno le hubiera gustado escribir. Se me ocurre ahora mismo Marina de Carlos Ruiz Zafón, El nombre de la Rosa de Umberto Eco, Asesinato en el Orient Express de Agatha Christie, o cualquiera de las buenas de Stephen King.
-València Negra le ha permitido conocer a muchos autores internacionales. ¿Quién le ha impresionado más?
-Puedo nombrar a varios: Donna León, Markaris, Ellroy … Recuerdo con especial cariño a Pierre Lemaitre. Vino al festival con su familia y se comportó todo el tiempo con sorprendente humildad y una generosidad inmensa.
-¿A qué autor/a se llevaría de copas?
-A muchos, pero en especial a John Connolly, en Dublín. De hecho, me llevaría él y yo intentaría seguirlo. Es un hombre maravilloso y tengo la fortuna de disfrutar de su amistad.
-¿Para cuándo Stephen King en València Negra?
-Le invitamos a venir al festival y a vivir en València cuando dijo que si era elegido Trump como presidente (en 2016) se iba del país. Todavía no ha contestado, pero no perdemos la esperanza.
-¿Alguna manía o superstición a la hora de escribir?
-Aspiro a tenerlas y, si es posible, muy extrañas, porque quedaría bien en mi biografía (ríe), pero no lo consigo. Bromas aparte, me gusta tener un buen bolígrafo porque, a veces, cuando corrijo el borrador de una novela sobre papel lo suelo llenar de dibujos. También me gusta escribir en bares -mi favorito es el Café Tertulia, en el barrio del Carmen de València- porque hay tanto ruido alrededor que se transforma en una especie de vacío.
-¿Gustos musicales?
-Por lo general soy muy ecléctico en mis gustos culturales y, por tanto, también en los musicales. Pero mi grupo de referencia es Dire Straits, desde que un amigo me prestó el Alchemy en primero de BUP. Cuando esa noche escuché Sultans of Swing en mi cama ya no pude dormir. Ahora tengo todo lo de Mark Knopfler. Pero escucho cualquier cosa, me encanta la música. En el coche es mi hija la que elige. Hemos pasado del reguetón a convertirnos en "swifties" (seguidores de Taylor Swift).
-Es un gran viajero, ¿el viaje que más le impactó?
-Myanmar, con mochila, junto a mi pareja. Un día estábamos en un mercado donde estaban matando a animales. Los pies (en chanclas) sumergidos en el barro, por el que corría la sangre y restos sin identificar. Calor sofocante. Miles de moscas. Decenas de sonidos y olores intensos y una multitud alrededor. Mis sentidos colapsaron superados por las sensaciones. Solo me ha ocurrido una vez. Fue aterrador, como caer en otro mundo, pero al tiempo, maravilloso.
-¿De dónde le viene la afición a la montaña?
-Tengo familia en el sur de Francia. La forma más sencilla de reunirnos era quedar a medio camino, en los Pirineos, y la forma más barata era acampar. A partir de entonces, la montaña ha sido muy importante en mi vida. También he sido scout muchos años. En la montaña he pasado algunos de los mejores momentos de mi vida y otros realmente difíciles.
-¿Y su afición al dibujo?
-Mi madre dibujaba y mi tío es un excelente pintor. Yo era un chico de notables, pero al llegar a COU lo suspendí todo. Cuando mis padres me preguntaron qué había pasado les contesté: "Me he dado cuenta de que Dios no existe". Lo pienso ahora, como padre, y no sé cómo no me mataron. Sin embargo, lo que hizo mi madre fue animarme a inscribirme a un curso de dibujo en la Escuela de Artesanos. Quizás lo vería como una posible salida para su hijo descarriado. Allí conocí al primer amor de mi vida y a uno de mis mejores amigos. Y aprobé COU.
-¿De mayor le gustaría ser...?
-Me gustaría no perder la pasión por vivir. No dejar de soñar. Estoy convencido de que, si lo haces, estás muerto. EFE